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El viernes Tony decidió no salir de casa, su estado de depresión parecía regresar, tenía diversos mensajes de los chicos, unos cuantos en el grupo y otros por privado, el ignoro los audios y le mando un texto solo disculpándose sobre faltar a la clase de ese día, aún estaba "enfermo". Ignoró de igual forma los siguientes mensajes de ambos, al parecer estaban bastante comunicativos.

El fin de semana fue el más oscuro que pudiera recordar, obviamente sin contar los que estuvo capturado, el sofá fue el único lugar que conoció, no se levantaba, no comía, ni dormía, miraba fijamente el techo como si esperara que ahí se escribieran las respuestas que buscaba, pero maldita sea, sabía que no iba a ser así.

Encendió su celular por fin después de aquellos dos días, saltaron las notificaciones rápidamente, casi cien mensajes, ambos chicos al parecer se habían preocupado por él, en lo más profundo de su corazón sintió un poco de esperanza, un poco de dicha por el hecho de que se interesaran de verdad en él. En él, alguien roto.

~~~~~~Neverland~~~~~~

"¿Ocupados?"

—Tony Stark 12:17 p.m.

"NO"

—Bucky Barnes 12:18 p.m.

"Claro que no"

—Steve Rogers 12:18 p.m.

"¿Un café?"

Tony Stark 12:30

~~~~~~

Después de una larga lucha interna se atrevió a proponer aquello, entonces cuando ambos le respondieron afirmativamente pudo sonreír un poco, se duchó, arreglándose un poco y decidió salir con la cabeza arriba hacia el lugar que habían establecido.

*

—Hay que desistir.

—Sí, es lo mejor, no quiero espantarlo más —secundó Steve, después de recibir el mensaje de Tony habían estado charlando sobre eso de coquetearle los dos, competir entre los dos, jamás lo habían hecho y la primera vez que lo hacen hicieron que Stark huyera—Tal vez simplemente no está interesado en ninguno y solo quiere ser nuestro amigo.

—Oh eres muy tierno Rogers

— ¿Qué?

—Que he visto cómo te mira, créeme que no solo quiere tu amistad —el sonrojo en la cara de Steve le dio bastante gracia a James.

—A ti también te mira demasiado —comenta el rubio mirando al suelo, estaban en camino al lugar que les había mandado el castaño.

Entonces si Tony parecía atraído por ambos ¿porque detenerse en intentarlo?

—No podemos pelear por el —susurró Steve mirando a sus pies.

*

El día era agradable, se suponía que lo era, parecía de esos días sacados de cuentos de hadas, los pajaritos refugiándose todos en sus nidos, acurrucándose muy juntos por el frio, los niños corriendo por la acerca arropados hasta las orejas, hombres que sacaban humo por la boca, pero eso era más por los cigarrillos. Tony se dirigió al café, pensando seriamente en que debía regresar a encerrarse en su apartamento y no salir jamás, pero ya había hecho todo el camino hasta ahí, puesto que estaba en la puerta, y realmente su sistema ya le rogaba por un poco de cafeína. Entró, el lugar no era ostentoso, era más hogareño, no hace mucho lo había encontrado, su yo de antes odiaba esos lugares, pero el ya no era ese tipo, porque su yo de antes nunca llegaba a tiempo, y había llegado mucho antes de lo planeado y por supuesto los otros dos aun no llegaban.

Almas rotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora