Tony Stark se presentó por primera vez al consultorio del que sería su terapeuta hace un año y medio, Era un manojo de nervios y aunque al principio no quiso hablar, sentándose por medio hora frente a su doctor con la vista perdida y las manos temblando.
—Ellos... ellos me destruyeron.
Bruce recordaba muy bien los ojos del ingeniero, lo miró y supo exactamente cómo se sentía, todo lo indefenso que estaba, suspiró soltando su libreta inclinándose un poco para que entendiera que estaba interesado en escucharlo, que realmente estaba ahí para él. Por un momento Banner pensó en recetarle pastillas antidepresivas, calmantes para ayudarlo, pero lo escuchó lo suficiente para darse cuenta que el hombre frente a él era increíblemente fuerte, capaz de atravesar esto y cualquier otra cosa que la vida le pusiera enfrente.
—Me tuvieron en un hoyo, me dejaron morir de hambre, me dejaban sin agua por días, me descubrían los ojos para ponerse a jugar con su pistola frente a mí, juraban que me matarían, y yo deseaba que lo hicieran, ya no aguantaba más, porque les dije mil veces que no los ayudaría, prefería seguir ahí, prefería agonizar antes de darles el poder de utilizarme —La voz de Tony se hacía aguda en algunas partes, apretaba los puños recordando vívidamente todo.
—Tengo entendido que el ejército te estuvo buscando todo el tiempo, jamás pararon hasta encontrarte, el documento de tu hallazgo dice que te negabas a ir con ellos —Tony río un poco al escuchar eso.
—Los malditos terroristas habían matado al primer escuadrón de rescate, y les parecía divertido utilizar el uniforme, cada vez que me torturaban veía ese traje, veía la bandera de América. Cuando llegaron por mi opuse resistencia, no soportaba verlos con ese uniforme, luego no solo era el uniforme, sino las armas que portaban, les rogué que se alejaran, lloré porque me dejaran ahí.
—Y tuvieron que dormirte.
—Y tuvieron que dormirme —afirmó Tony, un tanto más relajado, suspiró mirando al suelo—. Al despertar de todos modos no fue muy diferente, me tenían amarrado, por mi propia seguridad según ellos, y durante el viaje los veía ir y venir, andando tan altaneros, y yo ya no podía encontrar la diferencia entre estar en ese hoyo y con ellos, porque de igual manera me usaron, solo quisieron las armas y me botaron. Si fueron por mí era por culpa o porque querían más armas, pero al pisar el país abogue que nunca volvería a crear nada para la armada, y no les importó, no les importó cómo regresé, ni cómo de mal me había ido.
—Desafortunadamente así es el sistema, muchos veteranos son olvidados sin importar todo lo que dieron por su país.
—Pero yo no soy un veterano, yo no soy el tipo que porta el arma, yo solo la inventé, yo...
La alarma interrumpió a Tony, habían pasado los cuarenta y cinco minutos, pero el doctor solo la apagó y le insistió en que siguiera.
—No tiene caso, sé que no soy ni más ni menos inocente que ellos, tal vez merecía eso, todo lo que me pasó. De cualquier forma estaba solo antes de irme y mucho más ahora que regresé, tal vez mi destino era morir en aquel mugroso hoyo.
—No lo creo Anthony, estás aquí, por lo que tu destino todavía sigue pendiente —Tony le miró, y Bruce vio un pequeño brillo en los ojos del ingeniero, brillo de esperanza, porque el genio realmente tenía ganas de recuperarse, de volver a ser el mismo de antes—. Si tienes paciencia, te prometo que estarás bien, no te aseguro que pronto, esto lleva su tiempo, pero lograras superarlo Anthony, lo lograras.
Y la primera consulta había terminado así, dónde Banner al despedirlo había intentado con todas sus fuerzas no dejar que pasara, pero algo en su interior se había despertado, interesado por el paciente que acababa de atender, intrigado por saber más y sobre todo, por obtenerlo.
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Almas rotas
FanfictionTEPT Tony Stark tomara clases de boxeo para tratar de despejar su mente, pero su instructor y su amigo llegaran para distraerlo lo suficiente.