LITTLE WOMEN|| Mi bailarina
Las hermanas March eran sin duda una atracción que dejaba perplejo a cualquiera.
Meg, la joven cuyo corazón ansiaba formar una familia; Jo, la escritora empoderada y sus firmes ideales; Lydia, la bailarina que siempre e...
Las hermanas March eran sin duda una atracción que dejaba perplejo a cualquiera. Meg, la joven cuyo corazón ansiaba formar una familia; Jo, la escritora empoderada y sus firmes ideales; Lydia, la bailarina que siempre encontraba el lado bueno; Beth, la pianista, con su gentileza y predisposición para ayudar a todo aquel que lo necesitara, tal como su madre; y la pequeña Amy, la artista y su ambición por deleitar al mundo con sus creaciones
Eran tales sus encantos que el joven Laurence no pudo resistirse a ellos, en especial a los de cierta dama bailarina, que desde que había entrado a su vida a tropezones, jamás la había podido sacar de su mente. Ni de su corazón.
Dicen que del odio al amor hay una fina línea, pero de la amistad al amor, es tan borrosa que es difícil descifrar si la has cruzado.
Sentimientos ocultos, dramas, risas y alguna que otra travesura. ¿Qué les puedo decir? Las March son todo un caso.
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┌─────── ∘°❁°∘ ───────┐ LA GALA └─────── °∘❁∘° ───────┘
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Concord, Massachusetts, 1861.
—Me encantaría poder acompañarlas, poder lucir un hermoso vestido y un peinado y...—se quejó Amy, mientras se veía en el espejo.
Todas nos hallábamos reunidas en una habitación, alistándonos para un baile, al cual sólo asistiríamos las tres mayores.
—Yo sólo quisiera ir por la música—dijo mi otra hermana pequeña, la penúltima, Beth.
—Tranquila, yo me la grabaré en la memoria, así luego te la podré cantar—le propuso Jo sonriendo de manera reconfortante. Ella era tan solo un año más grande que yo.
—Si quieres te doy mi lugar Amy. No me gustan este tipo de cosas—espete algo desmotivada mientras me arreglaba el vestido.
—Vamos te ves hermosa, las tres lo están, seguro encontrarán a un príncipe apuesto y bailarán toda la noche y...
—¿Qué es ese olor?—Beth intervino las fantasías de Amy.
—Es desagradable, huele a plumas quemadas—Amy se cubrió la nariz.
Las tres dirigimos nuestra mirada hacia la esquina en donde Jo estaba intentando rizar el cabello de Meg.
—Es normal, descuiden, es el vapor— descartó nuestra preocupaciones, continuando con lo que estaba haciendo—. De acuerdo, al quitarte esto debería quedar un rizo perfecto...
