Capítulo 14

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Tres meses después

Faltaba solo un día para mi cumpleaños número 18, la emoción por cumplirlos ya no era como antes.

Iba a tener que casarme después de eso. ¿Casada a los dieciocho años? Todo por ayudar a mi padre.

Veo a Michael bajar las escaleras, estaba vestido con unos jeans que estaban rotos en algunas partes, y una remera que dejaba ver sus grandes músculos. Traía en las manos una caja.

—Esto es para ti —Deja la caja sobre la mesa, frente a mi— Quiero que te lo pongas y vayas a la habitación.

Santo dios.

Miro lo que hay en la caja, lo primero que encuentro es un vestido de gala color celeste.

—¿Para qué? —Pregunto con miedo de su respuesta.

Aún no estaba lista para perder mi virginidad.

—Menos pregunta y más acción —Dice antes de volver a subir las escaleras.

*

Una vez que ya estoy vestida con lo que había en la caja subo lentamente las escaleras.

Entro a la habitación, y Michael vistiendo se. Estaba sin camisa, dejándome ver su torso marcado.

—Toma la cámara que está en la cama —Me ordena y lo hago.

—¿Qué haremos? —Se acerca a mi y me quita la cámara

—Nos tomaremos fotos —Al decir eso me saca una foto.

—¿Qué?

—Es tu cumpleaños, se supone que tenemos una relación de meses. No es posible que en ese trayecto no nos hayamos tomado fotos.

****

Después de una larga sesión de fotos por toda la ciudad volvemos a casa, estaba hambrienta.

Y mi estómago no dejaba de rugir. Sentía la mirada penetrante de Michael mientras conducía.

Me doy cuenta que cambia de dirección, a lo lejos puedo ver una estación de comida rápida.
Pide dos hamburguesas con papas fritas, y una coca.

Podía parecer por fuera que no me importaba su gesto, pero por dentro le agradecía muchísimo.

Me da una hamburguesa y la coca cola. No puedo esperar y le doy una gran mordida.

—Gracias... —No dice nada y empieza a conducir de nuevo.

Creo que no era tan malo como creía.


Cuando llegamos a casa nos llevamos la gran sorpresa de encontrar a su familia reunida, incluyendo a Leo, quien me mira mal al ver que Michael y yo veníamos tomados de la mano.

—Hum... Hola —Saludo a todos con un beso o un apretón de manos— Que sorpresa verlos.

Michael pasa por delante de Leo sin siquiera mirarlo, y sigue saludando a su familia. En serio él lo odiaba mucho.

—¿Dónde estaban? —Janet es la primera en preguntar cuando Michael y yo nos sentamos juntos— ¿Estaban disfrutando?

Mueve las cejas varias veces insinuando que salimos para tener sexo, a lo cual estaba muy equivocada.

Pero todos en la familia, sin excepción, creían que yo dejé de ser virgen, por culpa de los comentarios de Michael, la primera vez que los conocí.

—Lo que yo haga con mi futura y hermosa esposa no te incumbe, hermanita —Responde sin humor.

Parecía molesto, pero no sabía por qué.

Tal vez sea porque Leo estaba aquí, en su casa.

—Hijo, no quería tener que decirles, pero me gustaría que se abstengan de tener sexo, hasta el día de la boda —Katherine hace que me ahogue con mi propia saliva.

No puedo dejar de toser durante varios segundos en los que Michael suavemente golpea mi espalda, y Janet me trae un poco de agua.
No lo podía creer. ¿Cómo pueden pensar que estamos manteniendo una vida sexual activa? Su hijo trabaja casi todo el día, eso sería imposible, además de que yo seguía siendo virgen.

—¿Estás bien, osita? —Miro mal a Michael por el apodo.

Se estaba burlando de mi, en su rostro se instala una gran sonrisa que después logra disimular.

—Claro que sí, osito —Bebo el agua—Gracias Janet

Yo solo esperaba que todos se olvidarán de ese tema, pero al parecer Michael quería exactamente lo contrario porque dijo

—Ma, mira a mi chica. No puedo mantener mis manos fuera de ese cuerpo extraordinario que tiene durante mucho tiempo, no sé si podría hacer lo que pides, lo siento.

¡Tierra, tragame!

No podía sentirme más avergonzada.

—¿Al menos usan protección? —Esta vez Joe era el que hablaba.

Espero que nadie me pregunte a mi, porque en serio no sabría cómo responder. Sentía tanta vergüenza, que podría tartamudear.

—No, nos gusta. Mi osita toma la pastilla anticonceptiva —Pasa su brazo por mis hombros y me pega a su cuerpo— ¿Verdad, pandita?

—Así es... —Respondo sin mirar a nadie, pero podía sentir la mirada de todo sobre mi.

—¿Qué hay de tu cumpleaños? —Leo se atreve a preguntarme. Siento como Michael se pone tenso— Es más importante hablar de eso, que de tu sexualidad.

—¿Y eso que te importa a ti? No estás invitado —Michael reacciona— Así que no quiero ver tu culo aquí ese día, o yo mismo tendré que sacarte a patadas.

Pongo mi mano sobre la de él para calmarlo, no me gustaría que tuvieran una pelea aquí.

Atada A Ti (Michael jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora