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✎Capítulo 2: Presentándome a "todos"

Ya habían sido como diez horas de viaje. Había hablado con mamá y Oppa (Namjoon me dijo que podía llamarlo así para adaptarme mejor a esos honoríficos) y estaba ansiosa por mi próxima llegada.

Parte del vuelo me la había pasado repasando mi coreano porque estaba un poco oxidado.

Aunque en New York se habla inglés, en casa también hablamos coreano porque mis padres descienden de familias coreanas.
Mi abuela materna vino de Corea y se casó con mi abuelo, que es norteamericano, ambos criaron mi madre en EE.UU.

Nunca había considerado mudarme a Corea por tanto tiempo.

Cuando al fin aterrizamos, ¡qué alegría!, realmente ya no aguantaba un segundo más en el avión.

Luego de chequear, salí a encontrarme con Namjoon.

-¡¡¡Nam!!!-le grité al rubio que me esperaba con un cartel en la mano, que tenía mi nombre escrito.

-¡Despacio que nos caemos!-dijo entre risas cuando fui corriendo y me abalancé sobre él-Yo también me alegro de que estés aquí, hermanita.

-Hablar en línea no es suficiente, necesitaba ver a mi hermanito en carne y hueso-me puse de puntillas, ya que él era ridículamente alto, y pellizqué sus mejillas juguetonamente.

-¿Cómo estuvo el viaje? ¿Tienes hambre?-su tono preocupado me hacía sonreír, típico suyo-Son las 11:30am-agregó mirando su reloj.

-El viaje estuvo bien, pero agobiante-rodé los ojos- Y ahora que lo mencionas...-toqué mi estómago vacío-muero de hambre.

-Conozco un buen sitio-rodeó mis hombros para caminar y tomó mi maleta-Young Woon nos llevará a todos.

-¡Qué bien!-sonreí y él hizo igual-Por cierto, ¿con "todos" te refieres a nosotros tres?

Namjoon se detuvo junto a un hombre, que al parecer lo esperaba.

-Eun Hee, él es la mano derecha de papá, Kim Young Woon-lo presentó.

Parecía estar sobre los treinta, formalmente vestido de traje.