Capítulo 46: A solas

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Narra: Jin

Se fue por la izquierda según Jennie. Inmediatamente salí en su búsqueda

¿dónde se habrá metido esa chica distraída?

-¡Jisoo! ¡Jisoo!

Seguí caminando rápidamente con todos mis sentidos concentrados.

Mientras me alejaba más de los otros, más temía por ella. No quiero ni pensar que algo malo le haya pasado.

-¡¡Jisoo!! ¡¡Jisoo!!- continuaba llamando

Será mejor que ahora vaya por la derecha, tal vez se desvió hacia ese lado.

-¡Jin!- escuché un grito

Retrocedí mis pasos sin dudarlo, era su voz

-¡Jisoo! ¡¿Dónde estás?!- grité de vuelta

Miraba al panorama pero no lograba divisarla

-¡Por aquí!- respondió

Salí corriendo hacia la voz con desespero

-¡Cuidado!- advirtió de pronto

-Wow!- me detuve bruscamente

Había una ligera bajada en el terreno y Jisoo estaba sentada en el suelo de abajo. Despacio me acerqué, con cuidado de no resbalar

- ¿Estás bien?- pregunté de cuclillas junto a ella

-Sí, pero creo que se me torció el tobillo- apuntó al lado lesionado

-¿Podrás levantarte?- le extendí mi mano

Poco a poco se puso de pie, cojeando por la pierna izquierda.
Con la mano que aún le sujetaba, rodeé mis hombros y comenzamos a andar muy lentamente.

-Park Jisoo...- tomé aire para antes de continuar- ¡¿se puede saber qué hacías aquí?! ¡¿cómo te hiciste daño en primer lugar?! ¡¿te heriste en algún otro lado?!

-¡Seokjin!- levantó la voz y me detuve de la impresión
-No empieces- me miró con tedio y se soltó. Siguió caminando por su cuenta apoyándose de los árboles

-¡¿Cómo qué no empiece?!- volví a tomar su brazo para caminar como antes- ¡Me tenías muerto de miedo!

-¡Lo siento!- alzó la voz de nuevo

-¡¿Por qué me gritas?!- solté en el mismo tono
Cada vez que alzaba su voz, el chillido me rompía el tímpano

-¡No lo sé! ¡Tú gritaste primero!

-¡¿Y por qué sigues gritando?!

-¡Por qué me gusta!

Ambos hicimos silencio, luego lo rompimos a carcajadas.

-Gracias por venir Jin- agregó con una amigable sonrisa

-Esto no funcionará- pensé en voz alta

-¿Acaso estás rechazando mis gracias muy mezquinamente?- entrecerró los ojos para mirarme con enfado

-¡No no!- negué rápidamente- No me refería a eso

La solté con suavidad y me agaché

-¿Qué haces?- cuestionó

-Vamos muy despacio, así llegaremos más rápido- dije de espaldas, aún esperando a que se acercara

-¿M-me vas a c‐cargar?- tartamudeó

Me volteé para mirar su rostro. Un ligero tono rojizo se asomaba en sus mejillas y desviaba la mirada con nerviosismo

-Qué pasa, ¿No crees que tengo la fuerza necesaria o estás tan pesada que te da vergüenza?

ஜн¡ɢн รcн๏๏ℓ г๏ണคภcεร Donde viven las historias. Descúbrelo ahora