Capítulo 5

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Fue la mentira más grande que dio Madara a Hashirama en su vida. Perfectamente sabía que no iría a ese viaje por varios motivos que se estaba enterando.

En busca de derrocar a Ootsutsuki Indra, su contrincante en la sala, pidió ayuda a la única persona que era mayor que él y más sabia, su propio padre. Si bien podía ir y hablar con Butsuma había recordado que su esposo le mencionó que había conflicto así que decidió no ir. Otro motivo por el cual iba a hablar con su padre era por lo que le dijo otro miembro de distinto partido al suyo, Uzumaki Ashina. Uzumaki le prometió que no participaría en las elecciones.
Aquel hombre canoso mencionó que en un tiempo Tajima había sido alguien importante y que quiso adentrarse en la propia política como un vocero, más alguien le impidió aquello manchando su orgullo, haciendo que se retirará del cargo. Y si descubría que fue el motivo que hizo que Tajima se alejara de todo lo relacionado con la política, Indra sucumbiría.
No podía creer que su padre estuvo tan cerca de un cargo alto y que desde que él nació estaba sumido en la miseria trabajando en pandillas.

— Así que fuiste vocero del consejo o mejor dicho del antiguo consejo. — Madara mencionó viendo a su padre con seriedad. Ambos se encontraban sentados en la mesa de la sala, uno frente al otro.

— Es algo que no deseo recordar... Pero supongo que debías saberlo algún día. — Tajima asumió mientras suspiraba pesadamente, cerrando los ojos por breve momentos hasta abrirlos. — Puedo contarte todo... Pero sé que no volverás a ver a tu suegro y a mí como nos veías antes.

— Dudo que sea tan malo...

— Bien... Te narraré:

Me encontraba trabajando como vocero para el partido de la señora Ootsutsuki Kaguya, aquella mujer alfa que se encontraba presente en el poder en ese entonces. Lo recuerdo como si fuese ayer, aquella noche donde me encontraba plenamente solo, tu madre se encontraba en las afueras en la casa de sus propios padres y todavía no te habíamos planeado. Esa noche me encontraba preparando los panfletos y las cartas que debía llevar al siguiente día a la conferencia para aquella corrupta mujer, admito que la odiaba con mi alma, pero era mi trabajo ser su vocero.
Estaba todo plenamente callado hasta que sentí el toque en la puerta y fui a ver quién era. Un hermoso hombre había tocado mi puerta, un hombre de casi mi edad, piel bronceada, ojos profundamente negros y un cabello marrón lacio hasta los hombres. A pesar de todas sus características físicas había algo que me había cautivado y fue su aroma. Un aroma bastante cautivador, una mezcla varios aromas, desde el césped en roció hasta jazmín... Era un omega.

— Sé que es un hombre honorable, lamento molestarlo en su hogar, pero no sé a dónde ir... He llegado solo hasta aquí. — El Omega me había dicho aquellas palabras, lo veía bastante afligido con la mirada baja.

— Gracias por los alagos, y no me molestas. ¿Pasa algo mi estimado?

— Mi esposo no me trata bien, me golpea, desprecia y me engaña también... De repente ya no está... Y yo no sé cómo continuar.

Había sentido bastante pena por él.

— Puedo acompañarte mi estimado. — Le ofrecí y él inmediatamente aceptó.

Salí de la casa con él rumbo hacia la suya, él me iba guiando.
Por lo que me dijo anteriormente pensé que su esposo ni siquiera le daba para mantenerse, así que le entregue unos 30 dólares.

— Es muy amable usted señor. — Me agradeció y me tomó del brazo. Apenas caminamos una cuadra cuando él me señalo su casa. — Esta mía es.

Lo acompañe hasta la puerta, más al llegar allí él no me soltaba.

— Bueno... Debo volver. — Recuerdo como en ese mismo momento el mismo aroma me había embriagado por completo, recuerdo como lo vi sonrojado, he de admitirlo, me pareció hermoso. Y de la nada ya me encontraba en su habitación.

Just you waitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora