Capítulo 12

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No sabía qué hacer. ¿Qué pasaría? ¿Cómo terminaría todo? ¿Su amado alfa lo seguiría temprano o tarde?

Antes de partir al famoso duelo que iba a cobrar, Madara se dirigió hacia su suegro quien a pesar del tiempo del perdón ese lo seguía mirando con odio.

—Sé que en el pasado he hecho cosas horribles... Pero necesito tu ayuda. —Habló Madara mientras veía a su suegro sentado tocando el piano.

—¿Qué sería eso? —Interrogó Butsuma con seriedad, dejando de tocar la sinfonía.

—... Iré a un duelo... —En cuanto comenzó a decir esas palabras su suegro se giró rápidamente para verlo con asombro, sabía que ese refutaría así que antes de que lo hiciera prosiguió a hablar. —Si no voy yo... Puede que el próximo en una bolsa de morgue sea Hashirama u Obito... Sabes que Hikaku desde que entregue aquella arma quiere arrancar mi vida desde raíz. —Ante la declaración pudo ver como su suegro bajaba la mirada.

—... —Butsuma quedó un tiempo callado hasta que alzó la vista para ver a Madara a los ojos. —¿Qué sería ese favor?

—...Sé que tu imagen ha sido opacada por mi persona... Pero necesito que con tu voluntad la manchas aún más... Te necesito como respaldo en mi ausencia...

"Una regla de duelo es que los Omegas son mal vistos si toman un arma."

—...Tendrán que ir todos a ver el duelo... ¿Sabes?

—No, con tal que vaya un solo testigo basta. Pero sé que irán más a Nakano.

—Te acompañaré... Pero no me haré cargo de los actos que llegue a hacer si la cosa se desenlaza de otra manera.

Luego de la charla Madara decidió escribir una carta cual dejo en la mesa de noche al lado de la cama que compartía con Hashirama. Esperaba que algún día Hashirama la leyera.

(...)

Se encontraba dentro de aquella carroza junto a su familia y la familia de su alfa. Ya había pasado un mes desde la charla para planificar en donde sería el duelo. El duelo iba a ser antes pero cuando apenas habían enviado una carta para informarle a Tobirama este se horrorizo y pidió un mes de anticipación al duelo para así lograr llegar.

Apenas la carroza paró a las entradas de Nakano allí los esperaba Tobirama junto a un hombre de cabellos grises a su lado derecho y al izquierdo se encontraba Indra quien portaba un semblante de preocupación, pero no hacia Madara, sino hacia Hashirama.

—Tengo miedo. Aunque no parezca. —Fueron las palabras de Indra.

—Si me muero y tocas a mi alfa, me alzaré de la tumba para degollarte. —Advirtió Madara hacia Indra mientras lo señalaba.

—Madara... —Hashirama trató de hablar para calmar, aunque sus palabras no transmitían exactamente clama. Sus palabras salieron bastante preocupadas mientras que el pequeño Obito preguntaba que pasaba, el pequeño se daba cuenta de la tensión.

—¿Y él quién es? —Intervino Itama señalando al caballero de cabello gris.

—El marido de Tobirama. —Ginkaku soltó con seriedad, haciendo que Itama y los demás presentes tragarán saliva.

—Oh claro, hasta en el otro lado sabrán de este duelo. —Dijo Madara con sarcasmo para encaminar rumbo hacia el Nakano, sacando de sus ropajes su propia arma, inspeccionando la misma.

Todos caminaban callados hacia aquel duelo en especial los Senjus puesto a que les traía varios recuerdos tanto el lugar como la misma palabra duelo.
Itama podía notar como su padre a cada rato estaba observando su propia manga derecha, algo le decía que no estaba bien, pero con los segundos ignoró aquel detalle.

Just you waitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora