Capitulo 17

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Recorrió la carretera en una y otra dirección con su coche, pero no vio signo alguno del deportivo.

Más tarde, cuando llegó a la casa, casi cayó de rodillas, aliviado, al verlo aparcado frente al porche.

Inspiró profundamente antes de entrar, procurando controlar el temblor de sus manos que le había causado el miedo a encontrarla en alguna cuneta.

Selena estaba en el comedor charlando con María acerca de una receta.

Cuando lo oyó entrar, alzó la vista, y entonces la risa y la animación se disiparon de su rostro, como si se hubiese producido de pronto un eclipse.

— He cambiado de coche — le dijo a Justin desafiante antes de que él pudiera decir nada —. ¿Te gusta? Es el que tenía Abby antes. Ni siquiera me han pedido un aval, y voy a pagarlo a plazos... de mi salario — le aclaró.

Justin lanzó a María una mirada cuyo significado esta conocía muy bien, y se levantó de inmediato para dejarlos a solas. Justin se sentó a la cabecera de la mesa y encendió un cigarrillo, recostándose en la silla para mirarla fijamente.

— Lo último que necesitas es un coche deportivo, porque, según he oído, ya conduces a demasiada velocidad.

Selena escrutó sus ojos mieles, leyendo la preocupación en ellos.

— Alguien me vio en el coche esta tarde — adivinó.

Justin asintió con la cabeza

— Calhoun— le dijo.

— Sí, me pareció que era él — murmuró Selena dándole vueltas a la fina alianza de oro en su dedo —. No soy una imprudente, es solo que me gusta la velocidad — le dijo incómoda.

— Pues a mí no me gustan los funerales — le espetó él —. Y no tengo intención de asistir al tuyo, así que mañana devolverás el coche o lo devolveré yo.

— ¡Es mío! — exclamó ella. Sus ojos verdes relampaguearon de ira —, ¡y no voy a devolverlo!

— No pienso discutir esto contigo, cariño. Calhoun me ha dicho que destrozaste un deportivo como el de Abby en Europa.

— Eso fue un accidente — se defendió ella sonrojándose.

— Pues aquí no tendrás ninguno — le dijo Justin —. No voy a dejar que te mates.

— ¡Por amor de Dios, Justin, no soy una suicida! — protestó ella.

— No he dicho que lo seas, pero por lo visto necesitas a alguien que te ponga firme.

— Yo no soy Abby, Justin — le espetó Selena. Los dulces rasgos de su rostro se endurecieron —. No necesito un tutor.

Él no contestó a eso, pero se quedó mirándola un buen rato en silencio.

— Y ya que estamos hablando de esto... Tampoco me gusta que trabajes para Barry Holman.

La irritación se estaba apoderando de Selena. Era como si de repente sintiera que le estaban quitando el control de su vida.

— Justin, yo no te pregunté si te gustaba o no — le recordó —. Antes de casarnos te dije que quería seguir trabajando.

— Aquí hay mucho que hacer. Puedes ocuparte de organizar las tareas de la casa. — Selena lo miró indignada.

— María sabe muy bien lo que hay que hacer. Y antes de que se te ocurra sugerirlo, no quiero quedarme en casa todo el día en pijama y bata de seda, dando fiestas un día sí y otro también. Ya he tenido bastante de eso en mi vida.

Justin..... Un vengador Enamorado ~jelena~(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora