Durante los días que Justin estuvo fuera, el señor Holman tuvo dos pleitos por divorcio, otro por una disputa sobre unos terrenos, otro por un accidente de tráfico, y también tuvo que defender a un hombre acusado de asesinato, por lo que Tammy y Selena estuvieron más atareadas que nunca.
—Siento que tengas que hacer tantas horas extra esta semana —le dijo esa mañana Barry Holman a Selena — pero andamos tan escasos de tiempo y hay tanto que preparar...
—No se preocupe —lo tranquilizó ella— Justin está fuera de la ciudad, así que no pasa nada porque me quede unas horas más.
—Bueno, lo que él pierde yo lo gano —murmuró el abogado sonriendo—. Gracias, Selena, no sé qué haría sin ti. Me voy corriendo al juzgado. Si alguien preguntara por mí después estaré en el Carson's Café almorzando, y volveré sobre la una.
—De acuerdo.
Al ir a salir, el señor Holman se chocó con Tammy casi la hizo caer, pero la sostuvo a tiempo por la cintura mientras que ella apoyó las manos en su pecho para no perder el equilibrio. Se quedaron como paralizados un momento, mirándose embelesados el uno al otro. «¡Qué tierna escena!», pensó Selena divertida.
—¿Estás bien, Tammy? —le preguntó él.
—Sí —balbució ella aturdida, sonrojándose y quedándose con los labios entreabiertos. Finalmente Barry Holman la soltó.
—Bueno, ten más cuidado, no quiero quedarme sin secretaria —le dijo suavemente con una sonrisa.
—Sí, señor —murmuró Tammy dócilmente. Los ojos del señor Holman descendieron brevemente a los gruesos labios de ella antes de darse media vuelta y salir.
Selena tuvo que reprimir una sonrisa: de llevarse como el perro y el gato habían pasado a mostrarse tímidos el uno con el otro, y Tammy parecía iluminarse como un árbol de navidad cada vez que él aparecía.
— Yo. um... voy a pasar unas notas —balbució Tammy.
Selena sonrió.
— Pues yo iba a salir. ¿Quieres que te traiga algo de comer?
—Oh, sí, gracias. Una ensalada con atún y unas galletas saladas estaría bien. Gracias, Selena, mañana iré yo.
—Trato hecho. Bueno, volveré enseguida.
Tras pagar sus compras en el supermercado de la esquina, Selena vio a Abby mirando unas tarjetas de felicitación junto a las cajas registradoras.
—¡Eh,hola!
— ¡Oh, hola, Selena! —la saludó sonriente su cuñada—. Estaba buscando una tarjeta para el cumpleaños de Calhoun... Es ya la semana que viene.
—Oh, sí, no lo he olvidado. Sé que tenía que haberte llamado para hablar de los preparativos, pero he estado muy ocupada y... —murmuró sin poder evitar sonrojarse. La verdad era que la tarde que había querido llamarla, Justin se había puesto juguetón y no la había dejado.
—Las cosas os van bien, ¿eh? —adivinó Abby con una sonrisa picara al verla tan colorada—. Calhoun dice que Justin se pasa todo el día en su despacho mirando una foto tuya y soñando despierto.
—¿En serio? —contestó Selena riéndose encantada.
—Humm... la vida de recién casados es maravillosa —dijo Abby—. Me alegra que os vaya bien. De algún modo sabía que sería así. Estáis hechos el uno para el otro. Incluso Tyler lo dije aquel día en el baile, que erais como las dos mitades de un todo.
—Calhoun no sabe nada de la fiesta, ¿verdad? —le preguntó Selena cambiando de tema.
—Oh, no, no me lo sacaría ni a punta de pistola. Por cierto, Justin me llamó anoche para decirme que había invitado a una persona que no está en la lista que hice. ¿No te ha comentado nada de eso a ti?
—Pues no —contestó Selena frunciendo el entrecejo—. ¿De quién se tratará? Espero que no sea una de sus antiguas novias —murmuró celosa.
—No lo creo —la tranquilizó Abby—. Tendremos que esperar para averiguarlo —suspiró.
—Bueno, tengo que dejarte ya, he dejado sola a Tammy. Espero que le encuentres una buena tarjeta — le dijo Selena sonriendo. .
—Hasta luego.
Aquella noche, cuando Justin la llamó desde Wyoming, Shelby pensó en preguntarle sobre ese invitado o invitada sorpresa, pero cuando él le dijo que no volvería hasta el lunes, se le fue por completo de la cabeza
—¡Oh, Justin...! —gimió ella—. En fin, yo también estoy bastante fastidiada... El señor Holman está con pleitos toda la semana próxima, lo que significa que tendré que hacer un montón de horas extras — inspiró.
— Si me hicieras caso y dejarás ese trabajo... — murmuró Justin. Selena casi podía imaginarlo meneando la cabeza—. Bueno, tengo que dejarte, cariño, mañana he de levantarme temprano. Nos vemos el lunes por la noche, ¿de acuerdo?
—De acuerdo. Oye, si llegas a casa y no estoy, podrias venir a recogerme a la oficina.
—Muy bien. Buenas noches.
—Buenas noches, Justin —musitó ella besando el auricular antes de colgar.
El fin de semana pasó lentamente, pero el lunes estaba tan atareada, que casi no tuvo tiempo ni de echar de menos a su marido. El teléfono no paraba de sonar, y Tammy tuvo que ir corriendo dos veces a llevar unos papeles al señor Holman al juzgado.
Hacia el final de la jornada, Selena estaba ya desesperada, preguntándose cuánto faltaría para poder irse a casa. El señor Holman entró en ese momento con unas cartas que quería que le pasara a máquina: Paginas y paginas...
Entretanto, Tammy entraba y salía haciéndole recibos a su impaciente jefe, y Selena se olía que iba a haber problemas cuando vio que en un momento dado Tammy se mordió el labio inferior furiosa y lanzó una mirada furibunda hacia el despacho del señor Holman. Entonces, hacia las nueve, este fue a la mesa de la joven y le hizo un comentario sarcástico acerca de algo que había escrito incorrectamente. Tammy explotó.
— ¡Es que usted quiere que haga milagros! — le espetó muy ofendida—. ¡Llevamos varios días haciendo horas extra, y todavía no hemos cenado! ¡Y casi he tenido que ponerme de rodillas para conseguir parte la información que me había pedido, y encima me grita! ¡Lo odio!
— ¡Eres una blandengue! —replicó él—. ¿Qué crees?, ¿que lo que haces es un trabajo muy duro?, yo te daría unos días del mío para que lo probaras...
Y con una sonrisa de autosuficiencia, se giró sobre los talones y volvió a su despacho.
—¿Qué se ha creído? —exclamó Tammy. Lo siguió, y cerró la puerta del despacho con violencia.
Selena oyó más gritos, y algo que caía al suelo pero de pronto se hizo un silencio muy sospechóso. Selena sonrió. Bueno, parecía que al fin el amor lo había atrapado.
Sin embargo, al hombre que había fuera, en la calle, sentado en un Thunderbird negro, las dos siluetas amalgamadas en un ardiente beso que vio a través de las cortinillas del despacho del abogado no le parecieron las de Barry Holman y Tammy Lester, sino las de Barry Holman y Selena Gomez......
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hola a todos les traigo 2 capitulos nuevos.
¡¡gracias por sus votos !!
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Justin..... Un vengador Enamorado ~jelena~(adaptada)
FanfictionSinopsis... Una antigua historia de amor liga al segundo hermano Bieber con Selena. Su separación se debió al padre de ésta, aunque los malentendidos y el orgullo han impedido que se supiese la verdad. Seis años después, muerto ya el padre, Selena e...