Por un instante consideró la posibilidad de ir a verla y pedirle explicaciones, pero, ¿de qué serviría? La había interrogado acerca de lo ocurrido en el pasado y le había mentido. ¡Qué desgraciada coincidencia que hubiera llegado antes de lo previsto a la ciudad y hubiera ido directamente a recogerla! Pero ya no podría volver a engañarlo. La había visto tal y como era.
Con un suspiro de frustración, cerró los ojos y se obligó a sacarla de su mente, y no fue casi hasta las cuatro de la madrugada que se quedó dormido.
A la mañana siguiente, cuando bajó las escalera lo hizo con una expresión bien estudiada, para que Selena no pudiera entrever las emociones que lo sacudían. Selena estaba ya levantada, y la encontró tomando café y mordisqueando sin ganas una tostada. Alzó la vista hacia él cuando lo oyó llegar, y él vio que tenía los ojos rojos e hinchados, y leyó la incertidumbre en su rostro.
—Justin... Lo que dijiste anoche... no lo dijiste en serio, ¿verdad? — inquirió escrutándolo con sus ojos verdes.
Él pasó a su lado y se sentó a la cabecera de la mesa. Se sirvió un café antes de contestar.
—Lo decía muy en serio, cada palabra que dije —se sirvió bacon y huevos revueltos—. Sigue comiendo.
Selena se estremeció y lo miró espantada.
Justin le devolvió la mirada con los ojos entornados. Parecía cansada y estaba muy pálida.
—No tengo hambre —murmuró.
—Tú misma —dijo él como si no le importara.
En realidad él tampoco tenía el menor apetito, pero se forzó a comer para que ella no supiera que estaba destrozado. Sin embargo, al cabo de un rato, la mirada fija y horrorizada de Selena empezó a hacerlo sentír incómodo.
—¿Qué clase de relación esperas que tengamos a partir de ahora? —le preguntó ella en un hilo de voz con la poca dignidad que le quedaba.
Justin apartó su plato y tomó un sorbo de café.
— Seguirás viviendo en mi casa y te mantendré, pero dormiremos en habitaciones separadas y llevaremos vidas separadas.
Selena cerró los ojos llena de angustia. «¿Y qué va ser del bebé que llevo dentro de mí?», quería preguntar, «¿qué hay de nuestro hijo?»
—Imagino que ya no te importará dormir sola... ahora que ya has satisfecho tu curiosidad — le espetó Justin.
—No, no me importa —murmuró Selena con voz ronca. Se levantó muy despacio—. Voy a llegar tarde si no me marcho ya.
—Sí, Dios no permita que llegues tarde al... trabajo —dijo Justin con puro veneno en la voz.
Sin embargo, Selena se sentía demasiado mal como para captar la indirecta, y salió por la puerta sin mirar atrás.
En el trabajo tuvo que ir al cuarto de baño en cuanto llegó por las fuertes náuseas, y vomitó lo poco que había desayunado. Se lavó la cara y se sentó frente a su mesa, tratando de tranquilizarse. Tenía que hacerlo por el bien del bebé, era lo único que le quedaba. Le sería muy difícil volver a acostumbrarse al Justin frío y rencoroso. Era como haber visto un pedazo de cielo azul a través de las nubes y tener que hacerse otra vez a los días nublados. No estaba segura de poder soportar el seguir viviendo con él, pero, ¿dónde podría ir?
— ¿No te has olvidado del cumpleaños de Calhoum, verdad? —le preguntó Selena a Justin durante la cena el día anterior a la fiesta.
Justin alzó la vista hacia ella, y no pudo evitar admitir que tenía muy mal aspecto. Sabía que era por la frialdad con que la estaba volviendo a tratar, pero no podía sacarse de encima el resentimiento por su traición
—No, no lo he olvidado —le contestó — . No tienes buena cara
—Ha sido una semana muy larga —mintió ella —No tienes por qué preocuparte
—le aseguró con una risa apagada—. Estoy bien. Tengo un techo bajo el que cobijarme, y comida en la mesa, y un trabajo. ¿Que más puedo pedir? He conseguido todo lo que me prometiste cuando nos casamos. No tengo ninguna queja.
Soltó el tenedor, incapaz de permanecer más en la misma habitación que él, y se levantó, pero lo hizo demasiado rápido y le entraron mareos, haciéndola tambalearse ligeramente. Se agarró al respaldo de la silla rogando a Dios para que Justin no lo hubiese notado pero él estaba ya a su lado.
—¿Seguro que estás bien? —le preguntó. Se detestaba. ¿Cómo podía estar tratándola de aquel modo. Era increíble que tuviera que sentirse culpable cuando era ella quien lo había herido a él, pero no podía soportar verla así.
—Estoy perfectamente, ya te lo he dicho —murmuró Selena. Y salió del comedor con la cabeza lo más alta que pudo.
La noche de la fiesta, Selena se había echado a descansar un poco para que nadie notara demasiado su estado. Cuando se levantó, se puso un vestido que tenía de color esmeralda, se recogió el cabello y se maquilló lo mejor que pudo para disimular el cansancio de su rostro. Se preguntaba qué pensaría Calhoun cuando la viera aquella noche. Seguramente Abby le habría dicho lo feliz que la había encontrado aquel día en el supermercado, y le chocaría mucho verla en ese estado, y notaría también sin duda la tensión y frialdad de Justin. Esperaba que no le dijera nada, no quería otra confrontación.
Se llevó una mano al vientre, preguntándose cuanto tiempo más debería esperar antes de ir a ver a un medico. No podría ser el doctor Sims, porque la comunidad de Gom-sville era pequeña, y ella no quería que Justin se enterase. Tal vez si fuera a Houston...
Escuchó música abajo. La orquesta que habían contratado ya había empezado a tocar. Se puso unas gotas de perfume y bajó las escaleras con cuidado, agarrándose a la barandilla. Se sentía temblorosa, no solo por el embarazo, sino también por toda la tensión de la semana, causada por la frialdad de Justin.
En cuanto llegó al rellano inferior vio a Calhoun y Abby entre la gente. Estaban agarrados del brazo, y parecían tan felices que le entraron ganas de llorar.
Selena no vio a Justin hasta un momento después. Allí estaba, tan elegante... Selena se preguntó si pretendía actuar delante de los invitados para que nadie se diese cuenta de que tenían problemas. No quería mirarlo a los ojos, no quería que se diese cuenta de la desesperación que reflejaban los suyos.
Se dio la vuelta y fue junto a María y López, que estaban al lado de la puerta, dando la bienvenida a las personas que iban llegando. Y entonces vio a alguien a quien no querría haber vuelto a ver en su vida. Selena se quedó paralizada y sus ojos relampaguearon.
No podía creerlo, no podía creer la desfachatez que había tenido Justin para invitar a esa sanguijuela. Era el cumpleaños de Calhoun, y sabía que estaría muy mal montar una escena, pero no pudo evitar que la sangre le hirviera mientras avanzaba hacia él, e ignorando a todos, agarró un jarrón y siguió caminando hacia él.
—Hola, Tom —lo saludó en un tono gélido—. Cuánto me alegro de verte.
Y sin pensarlo, levantó el jarrón con las dos manos, y lo lanzó a la cabeza de Tom Wheelor.
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hola chicos, lamento la tardanza
hoy les traigo 2 capitulos largosestamos ya en la recta final.
gracias por leer y sus votos !!!!
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Justin..... Un vengador Enamorado ~jelena~(adaptada)
Hayran KurguSinopsis... Una antigua historia de amor liga al segundo hermano Bieber con Selena. Su separación se debió al padre de ésta, aunque los malentendidos y el orgullo han impedido que se supiese la verdad. Seis años después, muerto ya el padre, Selena e...