Capitulo 5

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Cuando detuvo el vehículo a unos metros de la casa de huéspedes, Justin metió un fajo de billetes en el bolso de Selena. Ella quiso protestar, pero Justin siguió fumando su cigarrillo y la ignoró por completo.

- Ya te dije antes que lo del dinero quedaría entre nosotros - murmuró mientras apagaba el motor. Apoyó el codo en la ventanilla abierta y se giró para mirarla -. Hablaba en serio, pero si como te dije prefieres considerarlo como un préstamo, eso es cosa tuya.

- Te prometo que te lo devolveré... algún día - contestó ella con aire miserable, mordiéndose el labio. Con lo poco que ganaba apenas si le alcanzaría para pagar el alquiler y comprarse la ropa que necesitara.

- Me da igual.

- Pues a mí no - repuso ella algo enojada. Dejó escapar un enorme suspiro -. Oh, Justin, ¿qué voy a hacer? - gimió -. Por primera vez en mi vida me encuentro sola. Ty se ha marchado a Arizona, y no tengo más familia que él... - de pronto se dio cuenta de que estaba evidenciando su debilidad, y bajó la vista avergonzada - Disculpa, no me hagas caso, ya se que no debí haber dicho eso. Solo sé quejarme...

Justin no dijo nada. Nunca había visto a Selena desesperada siempre estaba tan compuesta y calmada... era algo nuevo y algo incómodo verla tan vulnerable.

- Si las cosas se te hicieran demasiado cuesta arriba - le dijo con voz queda -, siempre puedes venirte a vivir conmigo.

Ella emitió una risa ahogada.

- Eso no haría mucho bien a nuestras reputaciones.

- Si las habladurías es lo que te preocupa - dijo Justin echando una bocanada de humo -, podríamos casarnos - lo dijo de un modo indiferente, pero tenía los ojos fijos en ella.

A Selena se le había cortado la respiración. Preguntándose si se trataría de una broma cruel..

- ¿Por qué querrías casarte conmigo?

Justin habría deseado no tener que contestar a eso. No podía admitir que aún la amaba.

- Tú necesitas un lugar donde vivir - le dijo encogiéndose de hombros -, y yo estoy harto de estar solo. Desde que Abby y Calhoun se casaron y se fueron, la casa parece un maldito mausoleo.

- No es verdad, lo harías porque me tienes lástima - lo acusó ella.

- Tal vez - murmuró él dando otra calada a su cigarrillo -. Bueno, ¿y qué si es así? - replicó molesto girándose hacia ella -. Tampoco es que tengas demasiadas opciones: o aceptas mi dinero para alquilar una habitación a la señora Simpson, o te quedas en el cochambroso almacén de la oficina de Barry Holman, exponiéndote a ser seducida por él.

- Para ya con eso, ¿quieres? - masculló ella incómoda -. El señor Holman no es de esa clase de hombres, y además, si ya no te importo, no tienes razón para mostrarte tan posesivo respecto a mí.

- ¿No la tengo? - repitió él clavando sus ojos claros en los de ella -. Tal vez, pero me temo que es algo que no se puede evitar. Una vez estuvimos prometidos, Selena, y los sentimientos que implican esa clase de relación no mueren fácilmente.

- Menuda relación fue... - murmuró ella con un suspiro -. Nunca entendí por qué querías casarte conmigo.

- Para mí no fuiste más que un tanto que me apunté - mintió él con frialdad-. Eras una joven rica y sofisticada, y yo un chico provinciano lleno de ilusiones. Me lo hiciste pasar muy mal, pero la venganza es un plato que se sirve frío, y aquí estamos, yo me he convertido en un hombre influyente y con dinero, y tú te ves ahora humillada por el destino - entornó los ojos - No pienses ni por un momento que quiero casarme contigo porque quedé en mí algún rescoldo de pasión porque no lo hay.

Selena lo miró con amarga tristeza. No era capaz de perdonarla. Se casaría con ella solo para hacerla suplicar su amor, un amor que él juraría una y otra vez que jamás había sentido. Tenía gracia que la despreciara porque creía que se había acostado con Tom Wheelor, por algo que era una burda mentira. Aún era virgen, y sería desde luego un tremendo shock para él si llegaban a casarse y lo averiguaba.

- No soy tan estúpida como para pensar que aún me deseas - le respondió -, no después del modo en que herí tu orgullo - añadió alzando los ojos para estudiar el arrogante rostro -. Pero sí creía que me querías un poco, aunque nunca lo dijeras.

Aquello era verdad. Nunca había llegado a saber qué quería casarse con ella. Hasta aquella noche no había dado muestra alguna de desear llevarla a su cama y no era un hombre que mostrara sus sentimientos de un modo abierto. Sin embargo, posiblemente por lo enamorada que estaba ella de él, no había reparado jamás en lo poco que él se daba.

- Si lo que quieres es una cierta seguridad - dijo Justin ignorando sus palabras-, puedo dártela. Nunca te faltaría nada... aunque lógicamente no tengo la fortuna de tu padre.

Selena cerró los ojos al sobrevenirle una oleada de vergüenza. Precisamente su padre y su propia ingenuidad eran los culpables de que él estuviera resentido Sin embargo, estaba claro que lo único que quería era venganza, y no estaba dispuesta a ofrecérsela en bandeja de plata.

- Justin, no me casaré contigo - le dijo al cabo rato -. Sería una locura -murmuró.

Entonces de un modo inesperado, él puso su mano sobre la de ella, para retirarla al instante.

Justin..... Un vengador Enamorado ~jelena~(adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora