Tae, un niño incomprendido por muchos, valorado por pocos, se aventura en el bosque encontrándose con su destino.
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~♡ Aclaraciones ♡~
✷TaeJin Soft
✷El ambiente de esta historia está desarrollada en un pueblo de Japón 💜
✷ Portada creada po...
—Primero me encargaré de ti — dijo agarrando a Jin en un ágil movimiento que a pesar del escudo que el pequeño unicornio puso, lo atravesó, y ahora tenía a Jin entre sus garras — un espíritu de bosque es muy delicioso — dijo la grotesca voz mientras comenzó a consumir la energía espiritual de Jin.
Taehyung se espantó al ver el cambio en la fuerza del Akunaki, ahora se sentía mucho más poder que antes. Quiso atacarlo sin pensar para poder apartar a Jin de él.
Pero sus fuerzas no le respondieron, su brazo derecho estaba inmovilizado. En el momento en que más frustrado estaba comenzando a sentirse, divisó que los ojos del Akunaki estaban completamente cerrados y uno del lado derecho donde antes había atacado, recién estaba terminando de regenerarse.
Eso llamó su atención. Rápidamente analizó todo el cuerpo deforme de ese Akunaki, cuando vio que, en el centro de éste, justo en medio de su enorme boca que estaba abierta de par en par por estar consumiendo a Jin, pudo ver qué había una especie de ojo principal o sería una perla de color rojo, no estaba seguro, pero algo dentro de él le dijo que era un punto vulnerable, por algo se encontraba en un lugar de tan difícil acceso.
Sin dudarlo Tae juntó toda la energía que le quedaba en su mano izquierda, y con todas sus fuerzas, corrió hasta llegar al lugar, para lanzar la más poderosa de sus ráfagas para que impactara en ese punto sin posibilidad de fallas.
En cuanto el ataque impactó al Akunaki, éste soltó un sonoro quejido, dejando ir de inmediato a Jin que fue recibido ágilmente por Tae.
—Ma… maldito…humano… cómo… — el cuerpo del Akunaki comenzó a desestabilizarse mientras sus múltiples ojos estallaban uno por uno.
Taehyung se alejó al ver que ese Akunaki parecía que de un momento a otro explotaría.
—No… no me puede vencer… un estúpido… humano — dijo lo último antes de estallar por completo.
—Ya te dije, que no es estúpido — dijo Jin con un hilo de voz mirando a Tae con ojos llenos de amor.
—Me salvaste — dijo Tae correspondiendo la mirada, agradecido de que su unicornio estaba a salvo, pero cayó inconsciente en ese mismo segundo.
Jin se asustó, trató de salir de entre la mano de Tae quien lo estaba aprisionando contra su pecho, pero tampoco tenía las energías suficientes, y cayó inconsciente al igual que Tae.
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Namjoon llegó finalmente a donde Yoongi se encontraba luchando lo más que podía mientras protegía a Hoseok gravemente herido.
—Lamento la tardanza — dijo Namjoon al momento de hacer desaparecer a todos los Yokai al abrir un portal y lanzarlos a todos allí.
—No es momento de charla, vamos — dijo Yoongi quien rápidamente corrió rumbo a la dirección por la que Tae se había ido corriendo con Jin en los brazos.
Namjoon cargó a Hoseok en los brazos y siguió a Yoongi.
Al llegar, ambos quedaron impactados al ver que el lugar estaba destrozado. Había árboles partidos por la mitad y otros con cortes múltiples. De repente, escucharon un fuerte rugido más al fondo.
Namjoon y Yoongi vieron perplejos la escena. Tae estaba a pocos centímetros del Akunaki y de él emanaba una increíble cantidad de energía espiritual, la cual atravesó el cuerpo del Akunaki.
Yoongi estaba inmóvil, no podía creer que Tae tuviera ese poder, y de paso que fuese capaz de derrotar a un Akunaki.
El dios de la montaña estaba igual o más sorprendido. Nunca había imaginado que un humano pudiera poner su propia vida en peligro por salvar a uno de los suyos.
Yoongi se acercó rápidamente al ver que Tae se había desplomado al suelo.
—Yo lo llevaré — dijo Namjoon sorprendiendo a Yoongi.
El Bakeneko quiso decir algo, pero prefirió callar al ver las lágrimas de Namjoon brotar de sus plateados ojos, entendiendo que Namjoon debía estar sintiendo en ese momento demasiadas emociones encontradas.
Namjoon los llevó a todos al lago de la montaña. Hoseok era el que estaba más dañado físicamente estaba. Pero Taehyung, aparte de las heridas físicas, junto con Jin tenían el daño espiritual más fuerte, al haber sido desgastado por el Akunaki.
Namjoon no se movió de la orilla del lago, vigilando la recuperación de todos. Hoseok se recuperó en un día. Pero Tae y Jin no despertaban y ya habían pasado 3 días.
—Ya avisé a los amigos del humano que Tae seguirá algunos días más acá — informó Yoongi al llegar a la laguna acompañado de Hoseok.
—Soy un tonto— dijo Namjoon al sentir la llegada de ambos, quienes ahora se habían vuelto amigos — cómo no vi que ambos sentían un amor tan fuerte y sincero — los ojos de Namjoon volvieron a derramar lágrimas.
—Sólo estabas cegado por la oscuridad, no te culpes — Yoongi trataba de calmar a su amigo.
—Soy un dios, se supone que debo tener en equilibrio amas fuerzas. No debí permitir que me dominara — hundió su cabeza entre sus manos.
Hoseok se asombró al ver en ese estado al dios de la montaña. Él creyó que, por ser un dios, uno estaba libre de sentirse frustrado o de cometer errores, pero al parecer no era así. Ser un dios era aún más complicado, porque tener el acceso a ambas fuerzas, la luz y la oscuridad, lo hacían más vulnerable y mantener el equilibrio entre ambas era mucho más complicado.