2. El casting

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LUISITA

Tal y como habían dicho, a media mañana pasan a buscarme para ir a la sala de castings. Hay unas cinco chicas sentadas en la sala de espera, todas están visiblemente nerviosas. Las miro con una sonrisa empática. Todavía recuerdo cuando yo estuve en su lugar, casi tuve que ir al baño a vomitar todo lo que había comido en mi vida de los nervios que tenía. Estaba tan nerviosa, que cuando tuve que decir mi texto, empecé a hablar tan rápido que se escuchó alguna que otra carcajada en la sala. Por suerte me dijeron que era justo lo que buscaban. Lucía era una chica alegre y nerviosa que hablaba de manera atropellada la mayoría del tiempo.

Ahora, solo unas semanas después de que mi personaje apareciese por primera vez en los capítulos emitidos, algunas seguidoras subían vídeos a las redes imitando la forma de hablar de Lucía y me etiquetan en ellos. Saber que el personaje al que yo doy vida está teniendo éxito, me llena de orgullo. Hasta mi hermana María me había llamado para decirme lo bien que lo había hecho.

Una vez dentro de la sala, las chicas van entrando una a una. Después de presentarse, repasan conmigo el guión que les acaban de dar de la escena en la que nuestros personajes se conocen, y luego improvisamos un poco siguiendo esas pautas.

Después de tres chicas, empiezo a pensar que igual hoy no será el día en el que se encontrará a la actriz definitiva. Estos días me había dedicado a investigar cómo iba a ser el personaje de Aurelia. Era una mujer ambiciosa, llena de talentos y con un pasado muy duro. En definitiva, era una mujer compleja, y hasta ahora todas las chicas me han parecido bastante planas.

Estoy empezando a notar el cansancio cuando entra la siguiente chica. Es guapísima, de eso no hay ninguna duda. Tiene el pelo moreno con unos rizos preciosos. Cuando nuestros ojos se encuentran, de alguna manera siento una conexión que no sé explicar muy bien. Me acerco a ella para presentarme.

- Hola. Soy Luisita. - le extiendo la mano y la chica la coge. Puedo notar la tensión saliendo de su cuerpo.

- Yo soy Amelia, encantada. - me dice mostrándome una sonrisa enorme. ¿Realmente tenía algo feo esta chica?

Después de repasar con ella el texto, pasamos a la improvisación. Amelia está nerviosa en algunos momentos pero, si soy sincera, la veo perfecta para el papel de Aurelia. Encaja muy bien con la personalidad del personaje y entre nosotras la energía fluye sin esfuerzo.

Cuando termino con todas las chicas, Raúl, el jefe de casting, se acerca a despedirse.

- Pues muchas gracias, Luisita. En cuanto sepamos algo te diremos quién será tu nueva compañera. En seguida viene alguien a llevarte de vuelta al plató.

- Ni darlas, es mi trabajo. - Tengo intención de marcharme, pero llevo un rato dándole vueltas a un tema. - Oye, una pregunta.

- Dime.

- ¿Mi opinión cuenta a la hora de elegir candidata?

- Claro, Luisita. La decisión la tomo yo, pero siempre tengo en cuenta vuestra opinión. Al fin y al cabo, sois vosotras las que vais a trabajar juntas.

- Fetén. Pues si te soy sincera, ninguna encaja bien en el papel. - me mira frunciendo el ceño. - Excepto una.

- Tú dirás. - Me mira de forma insinuante. Ya sabe qué nombre le voy a decir.

- Amelia.

AMELIA

Luisita me saluda educadamente cuando entro y me sonríe como haría alguien a quien ya conoces. No sé si su intención es hacer que esté cómoda, pero es lo que consigue. Tras la presentación, me explican que su personaje es Lucía y que tienen pensando que sea una buena amiga del personaje al que yo opto. Por eso han elegido a ella para esta segunda prueba.

Debemos interpretar el primer encuentro entre ellas. Ya nos habían dado el guión a todas las que habíamos pasado. No hemos tenido demasiadas indicaciones. Nos han informado de que la escena trataría de que Aurelia llegaba desanimada al bar en el que trabajaba Lucía y allí empezaban a conocerse mientras ésta le servía una copa. No nos han dado demasiado texto, ya que sólo hemos tenido unos minutos para mirarlo. Además así verán también cómo nos desenvolvemos improvisando.

Aunque en un principio me asusté bastante, tengo que reconocer que me ha sorprendido lo sencillo que se me ha hecho al final. Siento que no estoy actuando y que realmente estoy conociéndome con esta chica. Además, el sentimiento de desánimo de mi personaje no es muy diferente al que yo había sentido en esta última etapa de mi vida. Toda la actuación fluye de una manera espectacular. Realmente hay una buena conexión entre nosotras. Yo le cuento que he perdido dos trabajos en un mismo día y ella intenta animarme. La verdad es que todo está yendo genial. Pero entonces, mi mente intenta boicotearme, recordándome el momento tan importante que estoy viviendo, que esto puede cambiar mi futuro y me hará poder empezar esa nueva vida que quiero. Y me bloqueo. Me entra el pánico y no puedo continuar. Sé que Luisita lo está dando cuenta, no creo que sea complicado notar que estoy en blanco. Me mira fijamente y me sonríe de nuevo, con la misma familiaridad que cuando me saludó. No sé cómo la hace, pero consigue relajarme de nuevo.

- Así que vedette. Qué bien. Nunca había conocido a una. - dice para llamar mi atención y hacer fluir de nuevo la conversación.

- Sí. Me encanta bailar y cantar.

Y continuamos el par de minutos más que nos dejan hasta que dicen que es suficiente. Después se despiden de mí diciendo que ya me llamarán en un par de días si soy finalmente elegida. Salgo de la sala con los nervios de nuevo dentro de mí. Tantos que hasta que no llego a casa no me doy cuenta de que no le he agradecido a Luisita lo amable que ha sido y cuánto me ha ayudado. Y me siento realmente mal por ello.

Esta noche consigo dormir bien después de mucho tiempo. Descanso todo lo que tenía pendiente desde hacía demasiado tiempo. Pensaba que los nervios no me dejarían hacerlo, pero el cansancio pudo conmigo y he dormido como nunca.

Pero me he levantado hiperactiva, no puedo parar un momento y sé que esto será así hasta que reciba o no esa llamada. Necesito pasar este día ocupada o acabaré desquiciada. Así que decido llamar a mi madre, para contarle bien cómo me fue en el casting, ya que aún no le he dado mucho detalle. Ella está más ilusionada incluso que yo y, como cualquier madre, segura de que su hija habrá sido la mejor candidata.

Mientras hablo con ella, mi teléfono no para de emitir ese sonido que te informa de que estás recibiendo otra llamada. Sé que mis amigos están tan impacientes como ella por saber cómo me fue todo. Pero tengo todo el día para hablar con ellos uno por uno y así estar distraída.

Nada más colgar, una nueva llamada entra.

- ¿Amelia Ledesma?

- Sí, soy yo.

- Hemos estado llamando para informarle de que el papel de Aurelia es suyo y que puede pasar por aquí cuando quiera para hablar todo lo necesario. Nos gustó mucho su prueba y no hemos necesitado más días para pensar.

KomorebiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora