¡Gracias por las notas y los votos! Amo el ZhuiYi!, sin más, a leer...
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-yo... creo saberlo...pero por hoy... solo aquí...por favor... A-Yuan... - su voz jadeante y suplicante, acompañada del rostro sonrojado y los labios húmedos e hinchados lo hizo estremecer.
-A-Yi... Vas a volverme loco...
Con la habilidad que poseía en sus manos se apresuró a arrancar las ropas de Jing Yi, este soltó un jadeo ante la acción tan atrevida, y ahí frente a sus ojos contemplo el cuerpo desnudo de su mejor amigo, que tal vez no era la primera vez que lo veía así, pero si la primera vez que estaba consiente en cuanto a lo que quería que el fuese en su vida, con ambas manos volvió a estrujar la estrecha cintura, un jadeo más fuerte surgió de aquellos labios húmedos, se deslizo por las caderas, llego hasta los muslos, eran blandos y tan fáciles de marcar, acaricio la parte interna de estos, sus ojos se dirigieron al miembro de su amigo, que estaba ahí, palpitando en busca de atención, la punta ya estaba húmeda, casi escurriendo pequeñas gotas aperladas, se relamió los labios y se inclinó ante él.
-mmmh...A-Yuaaan...-un dedo se dirigió hasta aquella boca, acaricio casi con ternura los labios, para después posar su dedo en medio de estos en señal de que no hiciera ruido, Jing Yi se mordió los labios para evitar algún gemido fuerte - mmh...
Con su lengua fue desde la base hasta la punta, después engullo el miembro, el sabor salado invadió su boca, pero no era algo desagradable, era casi adictivo, subió y bajo su cabeza, a veces rápido y otras veces lento, las manos de Jing Yi se enterraron en su cabello, sintió que el cuerpo debajo de él se contraía, el miembro en su boca se endureció y luego libero a chorros sobre su garganta el líquido perla, al principio creyó que se atragantaba, pero no quería perder ni una sola gota, si alguna escapaba enseguida era lamida por la lengua de Si Zhui, haciendo estremecer a Jing Yi, sonrío lleno de satisfacción ante la reacción de su amado, deseaba hacerlo sentir bien, feliz y amado.
-A-Yi...-subió hasta donde estaba su rostro y le planto un beso de nuevo, apasionado y lleno del sabor de aquel líquido, ninguno sintió desagrado, parecía incluso más excitante aquel beso, pronto sintió que una mano trataba de sacar el suyo de entre la ropa - no es necesario...-dijo besando tiernamente los labios del otro.
-También quiero tocar el tuyo, probarlo...- Si Zhui recargo su frente sobre la otra, dio un profundo suspiro, ¿de dónde es que su A-Yi había aprendido a actuar tan atrevido?, tal vez era natural y no lo había notado hasta ahora, dejo que esa mano suave se abriera paso entre su ropa, pronto su miembro estuvo expuesto, siendo observado con admiración y deseo por esos ojos hermosos que adoraba - ¡wow! A-Yuan...es increíble.
Si Zhui capturo los labios de A-Yi, pues temía que si seguía hablando así no podría controlarse y entonces nada en el mundo los haría callar hasta que ambos estuviesen saciados de su deseo, atrajo aquel cuerpo que era más pequeño que el de él, hizo que se sentara sobre sus piernas, logrando así juntar ambos miembros.
-Así...-dijo susurrando sobre los labios de Jing Yi, ambos acariciaban el miembro del otro y hacían que se rozaran, creando así sensaciones en todo su cuerpo, sus labios no se separaban excepto para respirar profundo y volver a unirse, sus pechos chocaban a veces sentían el calor húmedo a su alrededor - A-Yi...para, voy a... - antes de que terminara, Jing Yi se apartó y se inclinó sobre su miembro engulléndolo por completo, la sensación de aquella pequeña y húmeda boca alrededor de su pene lo hizo estremecer, lanzo la cabeza hacia atrás, sus dedos se deslizaron entre el suave cabello, se estremeció cuando Jing Yi relamió de arriba abajo su semen, tal cual lo había hecho anteriormente, cuando estuvo seguro que nada se le había escapado, se acomodó de nuevo en su regazo para poder besarlo de nuevo, besos largos y besos cortos le siguieron al clímax, se separaron un poco solo para observarse.
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El gran maestro de la confusión
Teen FictionLan Jingyi es el gran maestro de la confusión, pues no puede descifrar los síntomas que le impiden dormir... Sentía que la cara le hervía de vergüenza, como era posible que se durmiera en clase, que Shizui viera semejante acto asqueroso como dejar...