| Capítulo 6 |

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No sé si he sido una buena en leer a las personas o sencillamente Barnett es muy fácil de hacerlo. A pesar de que puedo notar sinceridad en sus palabras, en sus ojos puedo identificar que no lo esta haciendo, tal vez sea por que llevo muy poco tiempo de conocerlo. O qué sé yo. Tal vez solo sea alguna cosa por mi ciclo premenstrual.

Al estar comiendo nos mantuvimos en silencio; en ocasiones se me dificulta iniciar una conversación con las personas que casi no conozco.

—Vamos a hacer un juego, el de las cincuenta preguntas— pone sus codos sobre la mesa para estar un poco "más" inclinado hacia mi dirección.

—Esta bien —le doy un sorbo a mi bebida —tu primero

—¿Cuánto es tu cumpleaños?

—El 20 de agosto, ¿tu?

—El 31 de agosto— ríe —eres mayor que yo, puede contar como abuso infantil

—Que bobo eres— lo golpeo ligeramente en su hombro —¿tu mayor miedo?

—Buena pregunta... —guarda silencio —... creo que la soledad, es algo que no puedo estar, desde que perdí a mi familia, me ha costado mucho trabajo estar solo—dice —estar con mi tío, no es de gran ayuda; siempre esta en las oficinas presidenciales o en ese tonto museo de diamantes que tiene

—Sabía que hay una mina en este lugar, pero no pensaba que había un museo— juego con mi cabello

—Sí, son cuatro "museos" que tiene, solo que uno esta en mantenimiento—observa Barnett su cerveza —uno se llama Zafiro, es mi favorito; puedo ir y sentir que mi vida no ha avanzado, que todo se ha detenido...

—Espero un día poder ir —juego con mi cabello

—He notado que no puedes controlar el movimiento en tus manos, todo el tiempo estas haciendo algo con ellas— las toma —si quieres puedo darte algo yo para que estén en constante movimiento

—Pervertido— quito inmediatamente mis manos de las suyas —no creas que, por ser el sobrino del presidente, es distinto. En mi país pueden meterte a la cárcel...

Se ríe haciendo un sonido de un cerdito —puedes pintar, a mí me encanta hacerlo así que no dude en prestarte mis brochas y mis pinturas para que puedas hacer algo— bajo la mirada algo apenada por mis comentarios absurdos —, pero me parece encantador que defiendas a las mujeres y que estes dispuesta a meterme a la cárcel

—No fue mi intención— el temblor en mis manos se hace presente —solo que han pasado muchas cosas que debo estar al tanto de cualquier señal en mi contra

—¿Qué cosas?

—Como lo sucedido con Bea— su expresión cambia —dime, dime realmente que paso con ella... por que sus redes sociales desaparecieron y solo quedo una historia destacada en tu Instagram, ¿fue por Levent? ¿Fue tu tío?

Se hace para atrás, cruzando sus brazos —si te dijera la verdad, me odiarías

—¿Tú la mataste?

Deja de verme —algo así —se me dificulto un poco el respirar ante su respuesta —me enteré lo que Levent le había hecho, la confronte y le dije que deseaba que se fuera; nunca hubiera existido —arruga su nariz —ella enojada me respondió que nunca me amo, que siempre estuvo enamorada de otra persona y que se iban a escapar juntos

En mi mente comienzo a armar las piezas de este rompecabezas, Levent salió de viaje luego de haber desaparecido Bea, tal vez sea cierto, él asesino a ella.

—Cuando la encontraron sin vida, fue el peor día de mi existencia— se le entrecorta la voz —¿sabes? Yo la amaba, de verdad que sentía algo por ella, deseaba tener una familia juntos, casarnos

ZAFIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora