| Capítulo 14 |

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—El presidente la buscará

—Ese hijo de puta ni me lo menciones —tira su cigarrillo —, es solo una basura que tenemos por presidente... no hace nada por los ciudadanos, desde que comenzó su estadía presidencial ha habido más secuestros, violaciones y muertes —me mira —Presencie ver el cuerpo de Bea, ver como estaba totalmente desnudo, con unas heridas en sus costillas, en sus uñas había piel del presunto secuestrador, en su "parte intima" existía semen

—¿Los analizaron?

—Ni una mierda, el cabrón de tu presidente; prefirió cerrar el caso y dejarlo como "secuestro" no profundizaron en la violación, en su ropa llena de sangre de otra persona— estoy sorprendida, luego de tanto preguntar por fin pude tener respuestas

—¿Por qué Barnett me dice Bea?

—Creo que es evidente esa respuesta —se pone de pie —eres idéntica a Bea, Lua; tu cabello cambia un poco, así como algunos rasgos; pero eres como la hermana perdida de ella

—Entonces...

—Claro, Barnett solo esta contigo por tu parecido a ella, por que quiere hacer las cosas "bien" — en su mirada puedo identificar rabia —, pero se ha repetido la historia

—¿A qué te refieres?

Bajo la mirada, algo ya sospechaba. Pero no estaba tan segura de que esas fueran las razones por la que estuviera conmigo

—Tanto como tu y Bea nunca se enamoraron de Barnett— dice —ella de alguien imposible; mientras tú de Levent

—No lo quiero— sé que no siento nada por Levent

—Además, tu novio es solo un títere de su tío— camina hacia la salida —lo que pida, mi tío lo hago— emita la voz de su "amigo" —estoy seguro que la desaparición de mi novia es por culpa de ese par

—¿A dónde vas?

Se encoge de hombros —lejos, buscaré por mi cuenta a mi novia— baja la mirada —si te preguntan; diles que me regrese con mis padres...

Fue una gran descarga de información que me hizo llegar él, trato de poner en claro todo lo que se habló, pero me es inevitable.

—Amor —llega hasta mi Barnett —ven

Trata de jalarme, pero no me mueve. Su mirada luce preocupada —¿Tú me quieres?

—Claro, que te quiero, Bea —cierro los ojos, creo que ya estoy entiendo todo —ven, mi tío dará un anunció por televisión y quiere que estemos ahí para ser una "familia" — suspiro —también vendrá tu amigo y su primo, así como los chicos que iban en ese carro con Reneé

—¿Por qué?

Niega su cabeza —va a tener una platica con ellos antes de hablar en televisión; y los mostrará como la fuerza de todos para encontrarla

En esta ocasión subimos las escaleras hasta llegar a una recamara de color azul marino con gris. Pude identificar que se trata de la de él, su aroma predomina

—Te traeré un vestido para que te cambies, ya vengo

Asiento, tras cerrar la puerta. Comienzo a caminar alrededor de su recamara, encontrándome con una foto de Levent, Barnett, una chica y el presidente. Me siento en su cama, admirando esa fotografía; las sonrisas de los cuatro.

—Espero que te guste el color amari...— guarda silencio al ver el portarretrato que tengo —¿Qué haces con eso?

—¿Ella es Bea? —no despego mi vista de esa mujer, a lo lejos escucho como murmura un "sí". Tenía razón Jungkook, nos parecemos muchísimo, sus ojos son de color café claro, tiene su cabello castaño claro, nariz afilada, ojos medianos, boca pequeña y de estatura puede que haya medido 1.63 o 1.65

—Pero, no es lo que piensas— camina hasta mi —eres tu por quien late mi corazón, ¿te pareces a ella? Sí, que rayos con eso... solo quiero estar contigo, hoy y siempre

Sus palabras no las siento tan creíbles, han pasado las cosas de manera tan rápida que tengo dudas de todo.

Deja el vestido a un lado de mí, sale su recamara cabizbajo ante mi seriedad. Después de todo, he vivido engañada

Me pongo aquel vestido de tirantes amarillo, los tenis que traía me los dejo. Salgo de su recamara con mi teléfono en manos hacia las escaleras, viendo cómo ha llegado un gran equipo de camarógrafos en el área de la sala.

Lejos de ir a ese lugar donde esta Barnett y su tío, me dirijo al jardín. Quiero respirar aire puro, salir de esas paredes que solo me están atormentando tanto.

Observo como en las nubes se ha formado un arcoíris, algo distinto a lo normal que se ha visto. Enciendo la cámara de mi teléfono para tomarle foto a ese fenómeno. Apreciando que en la parte de abajo se encuentra alguien.

—Lo siento, no quería tomarle la foto a usted— veo con detenimiento quien es

—No se preocupe, señorita— camina hasta mi Ryan —¿Por qué no está adentro?

—Necesitaba salir de ahí— le digo —hay más preocupación por como saldrán en televisión que por mi amiga

Se encoge de hombros —por desgracia, a ellos les importa más eso— camina hasta mi —luce bien en color amarillo, señorita

—Gracias —le doy una cálida sonrisa —, ¿sabes? La única persona que me trato bien desde que llegue a este país fue Reneé, estaba preocupada por todas las cosas que decían de mi los demás; me trataba como su hermanita menor... y hoy, solo se encuentra en cualquier lugar de este país o incluso se la pudieron haber llevado lejos

—Tranquila —me da un pañuelo al ver mis lagrimas —la vamos a encontrar—me toma de las manos —te lo prometo

—Thompson— la voz de Barnett hace que Ryan me suelte rápidamente de las manos alejándose un poco de mi —Necesito que vayan todos al museo de Zafiro, hemos decidido que se hará en ese lugar— me jala hacia con él para tratar de besarme, giro mi rostro antes de que choquen nuestros labios —yo me iré con mi tío, los gemelos y Asthon ... por cierto, ¿dónde está Jungkook?

Apenas noto la usencia de su amigo —me comento que se iba a ir con sus padres

—Como siempre, siempre hace eso cuando todo esta mal— pone sus ojos en blanco —llévate el carro —se detiene antes de irse —mejor, tu Ryan vienes conmigo y los demás en ese carro

Así fue, aquellas dos chicas que en su momento acompañaron a Reneé antes de que pasara todo, ahora estaban conmigo. Adelante esta Richard charlando con Levent.

Luego de dos semáforos en verde, nos detenemos en el tercero. Comienza a avanzar Richard, pero frena de seco al atravesarse una camioneta negra.

Todo a mi alrededor comienza a desmoronarse al ver cómo nos detiene una camioneta oscura. Los movimientos de todos se vuelven lentos, la frustración de las otras chicas que vienen en el carro, el tratar de salir corriendo de los únicos dos hombres que vienen... desgraciadamente es inevitable, no podemos huir

—Bájense— nos dan la orden, aquella vieja costumbre que tengo de temblar a vuelto, pero de una manera muy notoria. —Veamos, que linda niña nos vamos a llevar hoy

ZAFIRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora