.°^FREAK SHOW^°.

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"En mundos como este, ser egoista, es lo único que te hace crecer"

La naturaleza siempre había sido su lugar de origen, su hogar, y por tanto tiempo conocerla, sabia lo perra que podía llegar a ser.

-Genial, otra munición gastada, y en absolutamente nada bueno... Me cago en la puta tío...-

Detrás de un arbusto, un chico pronunció.
Se le notaba el estrés, por haberse pasado todo el día vigilando a los animales de la zona e intentando cazarlos.
Era un trabajo crudo y cruel para muchos, pero sinceramente, el siempre había disfrutado de hacer sufrir...
Más a los animales.

Volvió a recargar su escopeta, y acomodando sus lentes opacados, levanto la mirada al frente.

Ya hacia bastante tiempo que no se encontraba con buena caza, y necesitaba pieles para sus trajes y cabezas nuevas para su pared.

Se mantenía atento a cualquier sonido que escuchara, abriendosé lugar por las trincheras que el mismo había elaborado.
Desde ese lugar también llegaba a las trampas que tenia a los alrededores, así que siguió por hay sigilosamente, y con cautela para poder encontrar algo en el camino.

Solo era cuestión de metros para que se diera cuenta de que había un animal atrapado en la trampa.

Caminó más lento, asegurándose de no liarla, era la primera caza en horas, no estaba dispuesto a perdérla.

Una vez llego, colocó sus manos aferradas al gatillo, y con suma rapidez, apuntó al pedazo de hierro sobre el piso.

La trampa había sido activada, pero no tenia atrapado ni un pedazo de carne podrido.

Decepcionado y enojado, rodó los ojos y apretó la mandíbula.
No era justo que teniendo un trabajo tan cansado y mal pagado, encima le fuera de la mierda.

Llego a la conclusión, después de tantos fallos, sobre lo asquerosa que era la vida.

Se levantó sin importarle nada, y camino haciendo todo el ruido posible...
Tiraba ramas y pisaba frutas pasadas en el piso, ademas de que su boca no se detenía a la hora de gritar maldiciones.

Hubo un punto de estrés tan alto ese día, que con suma furia, sujeto su escopeta y ya estando cargada, gritó exageradamente, tirando disparos al aire y a las montañas que lograba percibir.

Se detuvo, y con sumo desagrado, observó una piedra de color marrón muy lisa, lo que la hacia verse bastante bonita.

Flexionó, sujetando aquel objeto con agresividad, lo lanzó lo más fuerte que su brazo le dio, pero lamentablemente, la roca impactó con otra mas grande incrustada en el suelo, regresando por donde vino, y golpeando con fuerza la cara del pelioscuro.

Se llevó las manos al rostro dolorosamente, con un tono de voz alterado mencionó: "Mierda tío...".
Ahora, realmente estaba enojado, pero, colocando un pensamiento de lógica en su mente, tomó aire, y se relajo.
De nada le serviría seguir lanzando cosas y romperse toda la cara.
Regresó a tomar su arma, puesto que se había caído por el impacto.

Atravesó el bosque, de vuelta hasta su casa de campaña, tendría que vendarse y curarse la herida, ya que se encontraba con un ligero sangrado.

...
Estaba oscureciendo, era hora de encender la fogata.
Su cuerpo estaba posado sobre las suaves hojas frescas, no podía percibir bien la luz gracias a la venda que cubría la mitad de su rostro, y con él, uno de sus ojos.