Capítulo 5

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Azize
Me desperté temprano, más que de costumbre, me di una ducha y me vestí, jeans claros altos,
camiseta corta azul cielo y unas zapatillas de deporte del mismo tono, una cometa sería lo
mejor, hacía buen día pero en el ambiente había humedad, un recuerdo del día anterior vino a
mí, todavía podía sentir el roce de sus manos en mi cara, el tacto de sus labios y su olor
mezclado con el de la lluvia, una sonrisa apareció de manera espontánea en mi cara, y sabía
que si no dejaba de pensar en aquello quedaría atrapada en ese bucle, sacudí la cabeza para
ordenar mis pensamientos y baje a la cocina, con la sonrisa aun en la cara me senté y Zeynep
estaba allí.
-Günaydın Zeynep
-Günaydın Azize, te veo muy contenta esta mañana, que tal el día de ayer, no te vi llegar.
-Llegue tarde, seguramente estabas dormida.
-Bueno me vas a contar por qué sonríes así o no me dijo conteniendo la risa.
-Solo diré que algo bueno paso, pero no el que.
-Ni el culpable?
-Un banco precioso Zeynep
-Seguro que el banco es ideal, fuerte y confortable.
-Lo es lo es, llegará hoy.
-Azize soy poco mayor que tú y no me gusta meterme en asuntos ajenos pero...
-Sabes que siempre te escucho Zeynep, dime él pero.
-Dime que jamás volverás a verte con Emre por favor te lo pido.
-Esa rata está muerta para mí Zeynep, puedes quedarte tranquila vale, no volverá a entrar
jamás en mi vida, ya me ha quitado demasiado y hoy voy a empezar a recuperarlo. Zeynep
sonrió y me apretó la mano y yo le devolvía el apretón.
-Me hace muy feliz Azize de verdad.
-Sabes me hace feliz que estés feliz, así que, ¿qué hay de Yaman? Aunque era morena de piel
la cara le cambio de color.
-No pasa nada con Yaman, que va a pasar.
-Si tú lo dices... te dejo con tus pensamientos, tengo que hacer unas llamadas. Cogí un poco
de té, un vaso de zumo y unas tostadas que Zeynep había hecho y fui hacia mí habitación, salí
al balcón y me comí el desayuno. Tras unos minutos de respirar saqué el móvil y pulsé el
nombre en la agenda y alguien respondió al otro lado.
-Si?
-Hola Nuray soy Azize, sé que no hemos hablado por mucho tiempo y quizá no quieras saber
nada de mí, pero necesitaba intentarlo.
Azize Amiga...
-Nuray, podríamos vernos en un par de horas en mi casa, tengo que hablar contigo, es
importante para mí si no es mucho pedir.
-Azize a las diez en punto estaré ahí, no lo dudes.
-Gracias amiga, hasta dentro de un rato.
El cincuenta por ciento estaba hecho, ahora venía lo más difícil. Llame y daba la llamada pero
nadie contestó, así que volví a intentarlo. Esta vez alguien contesto.
-Que quieres Azize, porque me estás llamando?
-Hande yo, necesito que nos veamos.
-No sé si quiero Azize.
-Por favor Hande, Nuray vendrá hoy a las diez, necesito hablar con ambas, si no vienes lo
entenderé, pero por favor, déjame que te cuente qué pasó.
-Me lo pensaré.
-Gracias amiga.
Estaba hecho, si no era hoy sería otro día, no iba a dejarlo pasar, pero no quería presionar
mucho, no tenía ese derecho, solo quedaba esperar a que el momento llegará, eran las ocho y
cuarto, Eren llegaría a las nueve y quería contárselo, y para qué engañarse, quería verlo.


Eren
Me levanté a las ocho y prepare la ropa que me iba a poner y la mochila con la ropa de trabajo,
me desnude y me metí en la ducha, mi cabeza daba vueltas con lo ocurrido el día anterior y
solo deseaba estar junto a ella, sentirla cerca y volver a notar el tacto y olor de su pelo, mirar de
cerca sus ojos brillantes y que el mundo se volviera a parar solo para nosotros, pero el peso de
lo que le ocultaba apareció opacando el recuerdo, grité de frustración, pero el agua ahogaba mi
voz, que iba a hacer, salí de la ducha con la toalla en las caderas mire la hora y corrí, cuanto
tiempo había estado pensando bajo el agua, iba a llegar tarde, me vestí corriendo y cogí todo lo
necesario, por suerte tenía el coche en la puerta, iba a llegar justo, pero no tarde, eso sí el
tráfico se lo permitía.
Más tarde hablaré con Kenan sobre quién nos siguió ayer, ahora no tenía tiempo.


Azize.
Casi eran las nueve, así que fui al tocador y me puse un poco de brillo en los labios, un eye
liner discreto, rímel y un poco de colorete, me asomé al balcón y lo vi entrar, llevaba las manos
en la espalda y andaba de manera despreocupada, mire el móvil, las 8:58, hay que reconocerle
la puntualidad, de repente las manos me empezaron a sudar y mi respiración se aceleró,
necesitaba recuperar la compostura, iba a parecer una loca si aparecía así. Espere un poco y
baje las escaleras, me quedé delante de la puerta del vestuario y respire profundo, entonces
llamé.
-Eren puedo pasar?
La puerta se abrió de repente y tiró de mí hacia dentro y cerró.
-Günaydın Azize. Me dio un beso en la frente.
-Günaydın Eren. Dije despues de recuperar el aliento.
-Lo siento, tenía muchas ganas de verte. Agache la cabeza, la vergüenza me invadía ahora.
-Mentiría si dijera que yo no. Me alzó la cabeza poniendo el dedo en mi barbilla y me miró a los
ojos.
-Sabes eso que me dices de "cuando sonríes pareces un niño" pues ahora mismo lo
pareces tú, estás tan roja como está orquídea. La puso delante de nuestros rostros.
-Sabes leí que simbolizan esperanza y ánimo.
-Si así es. La colocó en mi oreja.
-Pero también he leído que simbolizan pasión y amor. Me besó de repente, mi cuerpo estaba
contra la puerta, no podía escapar, ni quería, pase la mano por su pelo y coloque la mano en
su nuca y respondí al beso, electricidad recorrió toda mi columna vertebral, el suelo
desapareció de debajo de mis pies o al menos eso sentí. Eren se separó y apoyó su frente
contra la mía y habló mientras cogía aire.
-Azize... no sé qué tan bueno será que vengas al vestuario a verme.
-En realidad venía a decirte algo pero no me ha dado tiempo. Ambos nos reímos por la
situación.
¿-Y qué querías decirme? Dijo poniendo unos centímetros de distancia de por medio.
-Ésta mañana llamé a mis amigas, vendrán a verme a las diez, quería que fueras el primero en
saberlo y que tú me animaste a hacerlo. La sonrisa le llegaba de oreja a oreja.
-Por lo que veo he acertado con la flor...
-De pleno.
-Bien pues voy a trabajar, algo me ha distraído como sabrás.
-Si, creo que esas distracciones a la jefa no me importan, pero...
-Pero?
-Ahora me tengo que ir, pronto llegarán las chicas. Le di un beso en la mejilla y salí del
vestuario a toda prisa, si me lo pensaba no saldría de allí en todo el día. Creo que tengo que
volver a ponerme brillo en los labios...

Eren
Me quedé apoyado unos segundos contra la puerta, y pase la mano por mi pelo, no sé qué
pasaba cuando estaba cerca de ella, solo quería que no se alejara, que no se fuera, podría oler
su perfume todo el día y me parecería insuficiente, no sabía por qué hacía todo aquello, eso iba
a acabar pronto, en cuanto Azize tuviera algún apoyo y supiera quien nos seguía, pero no
podía decirle la verdad, no podía decirle que el encapuchado que la asustó, que la hizo sentir
miedo e impotencia era yo y que ahora trabajaba en su casa, y peor aún había llegado a ella
con mentiras, no tenía mala intención, pero la había engañado y cómo le explicaría todo
aquello. Aparte esos pensamientos a un lado y me cambie, ya iba bastante retrasado y tenía
que seguir arreglando el jardín, me lave la cara, me eche agua en el pelo y me sequé con la
toalla, hora de trabajar. Pasado un rato de estar comprobando si el césped había agarrado a la
tierra con éxito y puliendo detalles vi que el portón de la casa se abría y un Audi A1 color
blanco aparcaba delante de la casa, me erguí, no creo que hubieran dejado entrar al despojo
de Emre de nuevo, pero por si acaso tenía que intervenir estuve alerta, una chica se bajó del
asiento del conductor, era delgada, pelo negro recogido en un moño y blanca de piel, llevaba
un vestido hasta media pierna color marrón y unos botines negros, sería una de las amigas de
Azize, mire hacia el balcón y ella miraba hacia abajo nerviosa, entonces vi entrar otro coche a
los dos minutos, un Mercedes Clase C coupé en color rojo, de ella se bajó otra chica de pelo
negro por encima de los hombros, la chica tenía buen gusto para los coches, había que decirlo,
era un poco más alta que la otra, seguramente lo mismo que Azize, vestía unos shorts negros
camiseta blanca corta y pegada como una segunda piel y unas zapatillas negras, se abrazaron
y pasaron dentro de la casa, solo esperaba que todo fuera bien para las tres.


Azize
Estaba en el balcón de mi habitación, eran las 9:55 y el portón se abrió, entró un Audi A1
blanco y de él se bajó Nuray, me puse un poco nerviosa, pero no me dio tiempo ni a pensarlo
porque a los dos o tres minutos llegó un Mercedes Clase C coupé rojo y parco detrás del coche
de Nuray, Hande, el rojo siempre había sido su color. Baje corriendo para recibirlas, cuando
llegue entraban por la puerta y se quedaron allí de pie paradas, Nuray tenía cara de echarse a
llorar en cualquier momento, sin embargo Hande tenía el escudo levantado, podía verse por
sus brazos cruzados contra el pecho.
-Gracias por venir a las dos. Hande se quedó allí pero Nuray salvo la distancia entre nosotras y
me abrazó llorando.
-Azize amiga. Empecé a llorar yo también, ya había conseguido montar un drama y las pobres
no habían pasado de la puerta. Hande hablo.
-Bien estamos aquí Azize, que tienes que decirnos después de todo este tiempo. Nuray se
separó de mí al oír a Hande.
-Azize que pasó?
-Podemos subir a mi habitación y hablamos por favor?
-Taman. Respondieron ambas a la vez. Les sonríe y me siguieron.
Entramos y les indiqué que se sentarán en el sofá, yo me senté en el suelo delante de la cama
mirandolas.
-No me di cuenta de que lo hacía.
-Qué hacías el que? pregunto Nuray
-Alejarme de todos, no me daba cuenta, no conseguí verlo a tiempo, fue mi culpa, él me iba
quitando pequeñas cosas, de repente un día ya no sonreía, no me sentía bien conmigo misma,
me sentía poco para cualquiera, no creía que mereciera la amistad ni el cariño de nadie, no me
di cuenta. Los nervios hacían que me frotara la frente de manera compulsiva.
-Azize quien hizo que te alejadas quien. Dijo Hande levantándose repentinamente y viniendo
hacia mí
-Emre.
-Azize mírame por favor, alza la cabeza. Me cogió la mano e impidió que siguiera frotándome
la frente y la miré.
-Nos estás diciendo que todo esté tiempo ese cabrón te ha estado maltratando
psicológicamente?
-Si, hasta hace nada era así, pero lo deje de verdad, abrí los ojos, escapé, pero no le dije nada
a nadie, así que se presentó hace unos días aquí. Me quedé en silencio recordando, y Nuray
se sentó a mi lado en el suelo.
-Que paso Azize?
-Entro y comenzamos a discutir, era tarde y se le fue la cabeza, le dije que se marchara, que no
volvería con él y entonces me cogió del cuello, me pude soltar pero me golpeó y del golpe me
caí al suelo. Hande se levantó y empezó a andar de izquierda a derecha.
¿-Qué más pasó Azize? Pregunto Nuray dándome la mano.
-A mí nada, le pasó a él. Hande se volvió sorprendida hacia mí.
¿-Como que a él?
Veréis hace unas semanas contraté a un chico que me ayudara con el jardín, porque cambie el
sistema de seguridad, un encapuchado entró a robar el mismo día que deje a Emre así que
decidí cambiarlo pero me destrozaron el jardín y tuve que contratar a alguien para que me
ayudara a reparar el daño.
¿-Y cómo se relacionan ambos hechos? Quiso saber Hande.
-Él se iba a casa pero escucho los gritos y se acercó a ver qué pasaba, yo solo pude ver cómo
atropellaba a Emre, creía que lo mataría os lo juro, tuve que pedirle que parara porque lo iba a
matar. Solo quiero que entendais que no me aleje porque quise, es que ni siquiera me di
cuenta de que me había aislado y no tenía a nadie. Eren me dijo que os llamará, que os lo
explicará, que recuperara mi vida y lo que era importante para mí. Hande había comenzado a
llorar y me levanté.
-Amiga lo siento, perdóname.
-Azize no lloro porque necesite perdonarte, lloro porque no nos dimos cuenta de que
necesitabas nuestra ayuda, no nos dimos cuenta de cómo era Emre y de lo que te estaba
haciendo, ¿en qué clase de amigas nos convierte eso a nosotras? La abracé
-Ni siquiera yo me percaté Hande, ¿cómo ibas a hacerlo tú? No te tienes que sentir culpable,
os lo quería contar por qué os quiero de vuelta en mi vida, os echo de menos y os necesitaré
siempre. Nuray me abrazó por la espalda y las tres volvimos a estar juntas de nuevo.
-Quiero matarlo con mis propias manos Azize.
-No vale la pena, además ya obtuvo parte de lo que se merecía, la vida se encargará del resto.
¿-Y quién es Eren Azize? Pregunto Nuray.
-Es el jardinero, el que me salvó.
-Queremos conocerlo.
-Taman, vamos, os lo presentaré.
Nos acercábamos donde se encontraba trabajando Eren, iba con los jeans desgastados de
trabajo, las botas y una camiseta gris básica de pico. Estaba cavando huecos para plantar más
flores. No nos oyó llegar.
-Eren. Se giró hacia mí sonriendo hasta que vio a Hande y Nuray.
-Te quiero presentar estas son Hande y Nuray. Se quitó los guantes de jardinero y le ofreció la mano a ambas.
-Mucho gusto soy Eren.
-Yo soy Nuray un placer.
-Yo Hande encantada y gracias.
¿-Gracias porque? Pregunto Eren con cara sorprendida.
-Por devolvernos a nuestra amiga. Eren agachó la mirada y se pasó la mano por el pelo, un
gesto que hacía cuando se ponía nervioso.
-Todo lo ha hecho ella, yo solo la animé de verdad.
-Y por pegarle una paliza al desgraciado de Emre gracias también. Me miró y le arqueé las
cejas como respuesta. Hande nos miró a ambos curiosa y Nuray también aunque disimulaba
mejor que Hande.
-Nos vamos Eren, no te molestamos más. Le sonríe y él me sonrió en respuesta.
-No es molestia para nada.
-Adiós Eren. Dijeron Hande y Nuray y no marchamos camino a casa.
-¿Hande has oído eso que dicen?. Miré curiosa.
¿-Que exactamente Nuray? Dijo Hande en tono burlón.
-Ya sabes eso que dicen...
¿-De qué estáis hablando las dos? Pregunte curiosa.
¿-Aaahh eso de que la chica siempre se enamora del que la salva quieres decir no Nuray? Me
frené en seco y ella se giraron hacia mí.
-No digáis eso, que amor ni que nada.
-Azize, te conocemos, te hemos visto la cara al verlo.
-Es agradecimiento nada más.
-Si, la del chico también es de agradecimiento Azize... Empecé a sentir calor.
-Taman, taman, si es verdad, tenéis razón, contentas? no sé cómo ha pasado en tan poco
tiempo. Dije mientras tenía una mano en la cintura y otra extendida hacia ellas.
-Porque te enfadas no es algo malo Azize. Dijo Nuray
-No lo sé.
-Si lo sabes, nunca has estado enamorada del cerdo se Emre en años, pero Eren ha llegado y
te ha descolocado y tienes miedo de que algo salga mal. Hande tenía razón en todo, como
solía pasar, tenía miedo de admitirlo porque entonces todo sería real.
-Azize no debes de tener miedo de eso, puede salir mal o bien, nunca se sabe y quizá no salga
bien y duela pero y si sale bien?
-Azize Nuray tiene razón, vive el momento y después veremos si?
-Que he hecho todo este tiempo sin vosotras dos?
-La vida sin nosotras es más aburrida, ya lo sabes. Dijo Hande. Nos abrazamos y nos reímos.
-Tenemos que quedar para salir, ya lo sabéis ambas, no quiero negativas de ninguna.
-Hande tú siempre quieres salir. Le dije.
-Toca celebrar, no hay peros lo siento, ahora tengo marcharme a la oficina, pero luego
hablamos las tres.
-Yo también me marcho, son más de las doce y hoy estoy de voluntaria en el refugio de
animales y por la tarde trabajo en el restaurante. Dijo Nuray. Nos despedimos con un abrazo y
quedamos en hablar por la noche, espere a que se marcharan y fui a buscar a Eren.

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