Azizler

Capítulo 7

Azize
Me dio un beso en la frente y me sonrió con todas sus ganas.
-Bien, pues me ducho y nos vamos juntos a llevar esto, taman?
-Taman. Le acaricié la cara cariñosamente y cerró los ojos ante el tacto de mi mano, creo que
yo también me daré una ducha, me beso la palma de la mano y me contestó.
-Perfecto en veinte minutos quedamos sevgili
-Ve anda. Lo vi salir por la puerta, la cara me ardía, se supone que debería afectarme menos
que la primera vez, pero era todo lo contrario, aparté de momento esos pensamientos de mi
cabeza y me fui a la ducha, no tenía mucho tiempo, tardé cinco minutos en ducharme, otros
cinco en secarme bien, ponerme la ropa interior y echarme desodorante y perfume, me recogí
una coleta, pero el mechón seguía escapándose de detrás de mí oreja, lo deje por imposible y
elegí la ropa, estaba cayendo la noche y estaba refrescando, me puse unos jeans claros, unas
botas planas con cordones de color burdeos, básica blanca y fina de manga larga y cogería mi
chaqueta roja, adoraba esa chaqueta, me puse rímel, marque la línea del ojo y me puse brillo
en los labios, me di cuenta de que estaban hinchados, no me extrañaba para nada, todo sea
dicho, la puerta sonó y entró Eren, podría haber sido modelo perfectamente, llevaba unas botas
negras medio desabrochadas, pantalones pitillo negros, una camiseta básica gris que se
adaptaba a él perfectamente, una bomber negra bastante liviana, su cadena al cuello y un sello
en el dedo anular derecho plateado, porque tenía que ser tan guapo.
¿-Qué miras, pasa algo Azize? Me acerqué a él de forma juguetona, sabía que los cumplidos le
hacían sentirse tímido.
¿-Sabes lo realmente guapo qué eres? Creo que no eres consciente del efecto que tienes.
-Si tú lo dices... pero en realidad solo me importa tener ese efecto en ti.
-Lo tienes créeme que lo tienes, vamos a llevarnos todo y lo cargamos en tu coche si lo has
traído te parece?
-Si, lo aparqué dentro para poder cargar las cajas más fácilmente, Eran cuatro, cogió tres aún no
sé cómo y me dejó una, bajamos las escaleras y las cargamos en el maletero del coche.
-Bien sube. Me abrió la puerta del coche.
-Sabes que puedo abrir mi propia puerta no?
-Lo sé, pero si la abres tú no puedo oler tu perfume de cerca. Me mordí el labio como acto
reflejo y me subí en el coche, parecía que no conseguía coger el aire suficiente, no debía ser
sano sentirse así cada dos por tres, entró en el coche y arrancó, bien vamos a mí barrio.
¿-Donde es?
-No lo leíste en mi ficha de empleado? Me enarcó las cejas.
-No, solo miré el teléfono, no sabía si querías que supiera donde vives, hasta yo tengo mis
límites, sé qué es difícil de creer. Me reí.
-Azize sabes de qué me he percatado en este tiempo. Arrancó el coche y emprendió el camino.
-De qué?
-Sabes que cuando mientes apartas la mirada y juegas con tus manos porque te pones
nerviosa, no se te da bien mentir
-Cómo lo sabes?
-Soy muy observador con todo lo que tiene que ver contigo.
-Ya veo...
¿-Bien me dices por qué no miraste mi dirección?
-Estaba nerviosa por llamarte por teléfono y se me olvidó mirarla, contento? Abrí los brazos con
las manos hacia arriba en gesto de rendición
-Mucho. Miraba la carretera pero podía ver la sonrisa de medio lado en su cara.
-Me vas a decir dónde vives?
-Tarlabaşı, ahí vivo.
-Voy a conocer todo Estambul gracias a ti, es como tener mi propio guía turístico, está relación
está llena de venta... Dije relación, no sé que éramos sinceramente y corte la palabra final de la
frase percatándome de ello.
-Porque te callas Azize.
-Nada, nada
¿-Es por lo de relación? Porque te he dicho que estoy enamorado de ti, y tú me lo has dicho a
mí, doy por hecho que eres mi novia. Paramos en un semáforo, yo sonreía por su respuesta,
pero quería picarlo.
¿-Qué te hace creer que quiero que seas mi novio? Se acercó a mí y me habló a pocos
centímetros, podía oler su perfume, no me dejaba pensar.
¿-Seguro que no quieres? Le puedo pedir opinión a Nuray a ver qué me dice, o a Hande, o mejor
a ambas, ¿qué crees? No me di cuenta de que estaba reteniendo el aire y lo solté de golpe, se
apartó y siguió conduciendo.
-Si tengo el poder de dejarte sin respiración y de que me digas que estás enamorada de mí,
tengo el derecho de ser llamado tu novio.
-Engreído... dije entre dientes. Siguió conduciendo en silencio y aparco. Se giró hacia mí y me
habló en voz baja y ronca.
-Tú tienes el mismo poder sobre mí y me gusta que lo tengas. Colocó el mechón de pelo
rebelde detrás de mí oreja y me sonrió. Se bajó del coche, lo rodeo y me abrió la puerta.
-Hemos llegado Azize, vamos.
-Taman.


Eren
Señale el edificio, esperaba su reacción.
-Puedo ver tu casa?
-Por supuesto.
Un momento haré una llamada y subimos.
Busque el número de Kerem y lo llame.
-Abi, puedes pasarte a por unas cosas delante de mí casa lütfen?
-Taman oğlum, estaré ahí en un minuto, estoy casi al lado.
-Hasta ahora. Colgué y Azize me habló.
-Van a venir a recogerlas?
-Si, por ahí viene ya.
Kerem apareció en su todoterreno negro, y se bajó.
-Qué pasa oğlum, que necesitas que me lleve?
-Tenemos varias cajas para donar.
-Tenéis? Azize se me adelantó y se presentó.
-Hola, soy la novia de Eren, Azize, encantada de conocerte. Le extendió la mano y Kerem le
devolvió el apretón.
-Encantado Azize soy Kerem, como una especie de hermano mayor para Eren, encantado
kizim. Kerem me miró comprendiendo quién era, volví a hablar de las cajas para evitar su
mirada.l, no lo dejaría correr, estaba seguro.
-Son cuatro cajas abi, dos de ropa y zapatos, otras dos de libros, llévalas a la biblioteca del
barrio, sabes que siempre están necesitados, y la ropa tú sabes mejor que nadie quien la
necesita, así que la dejo en tus manos.
-Taman oğlum, en un momento estará todo repartido, ya hablaremos, adiós chica guapa, un
placer conocerte.
-Lo mismo digo Kerem abi. Lo vi irse en el coche y cogí a Azize de la mano.
-Venga subamos a saciar tu curiosidad señorita.
-Lo estaba deseando.
-Entonces soy tu novio no. Le pregunté mientras subía las escaleras.
-Te gusta recrearte verdad. Me dio un codazo en las costillas y me reí. Saque las llaves y las
puse en la puerta.
-Adelante, estás en tu casa. Giró la llave y entró, la seguí detrás y cerré detrás de nosotros.