EL CONTRATO [MYUNGYEOL]

Capítulo 5

Myungsoo estaba intrigado por su nuevo donante de sangre. Había bebido suficiente sangre de Sungyeol para tener de regreso su sentido del olfato hasta cierto punto, y lo que olía hacía que su pene amenazara con endurecerse.

Sungyeol olía a sexo, a hombre y a sangre rica e intensa. Olía como el cielo.
Que Sungyeol pareciera tener suficiente valor, o falta de sentido común, para hacer frente a Woohyun era un hecho asombroso. Woohyun era uno de los guerreros más feroces que Myungsoo conocía. No muchos eran lo suficientemente valientes para enfrentarse a él. Myungsoo incluso dudó en hacerlo en alguna ocasión.
Esta no era una de ellas.

-Dile, Woohyun -demandó Myungsoo, volviendo a hablar en silencio. No quería perder la fuerza que había obtenido al beber de Sungyeol. Eso podría significar renunciar a la capacidad de oler de nuevo, y Myungsoo no podía hacer eso, no
ahora que había olido a Sungyeol.
Se habría bañado en el olor de Sungyeol si pudiera encontrar la manera de hacerlo.

Woohyun dejó escapar un profundo suspiro y luego cruzó la habitación para tomar una silla. La llevó de nuevo al lado de la cama y se sentó.

-Bien podrías sentarte para esto -dijo al tiempo que hacía un gesto hacia la cama-. No es una explicación breve.

Myungsoo se emocionó cuando Sungyeol se acercó y se subió a la cama junto a él como si lo hubiese hecho miles de veces antes. Había algo tranquilizador en tener a Sungyeol a su
lado. Myungsoo de pronto recordó tener la misma sensación la noche anterior, y su resolución de hablar con Woohyun al respecto, pero cuando Woohyun comenzó a hablar, se dio cuenta de que la conversación tendría que esperar para otro momento. Era más importante que Nam le explicara todo a Sungyeol para que Myungsoo no lo perdiera.

-Tú eres un donante de sangre contratado, Sungyeol.
Esto significa que por la duración de tu contrato, perteneces a Myungsoo. Como donante de sangre exclusivo, hay reglas que debes seguir. En caso de no hacerlo será una vergüenza para Myungsoo.

Un ceño fruncido cubrió el rostro de Sungyeol.

-Chicos ustedes realmente están en toda esta cosa de etiquetar, ¿no?
-Tenemos que hacerlo, Sungyeol -dijo Nam -. Los vampiros siempre están al borde de la violencia. Hemos visto lo que puede ocurrir cuando perdemos el control. Y créeme, no es bonito. Para que podamos mantener el control, tenemos reglas que debemos seguir. Estas reglas incluyen cómo los donantes de sangre son tratados.
-Sigue.
-Trae la caja -dijo Myungsoo en silencio.

Woohyun suspiró de nuevo, una clara indicación de que no era feliz, pero se puso de pie y caminó por la habitación hacia un armario de madera ornamentada contra la pared del
fondo. Lo abrió y sacó una pequeña caja de plata que había sido colocada allí hace años. Woohyun cerró la puerta y llevó la caja de nuevo a la cama, poniéndola al lado de Myungsoo.

-Necesito sentarme -le dijo Myungsoo a Woohyun. Odiaba tener que pedir asistencia, pero sabía que si no lo hacía podría agotarse. Él ya estaba empezando a sentirse débil otra vez. Sabía que necesitaba más sangre, pero quería que esta cosa con Sungyeol terminara antes de tomar más.

Sungyeol tenía que saber todo.
Una vez que estuvo sentado en las almohadas, Myungsoo sujeto la caja. Rápidamente notó que sus manos estaban temblando. Las cerró en un puño apretado entonces las abrió de nuevo, frunciendo el ceño cuando el temblor no se detuvo.

-Aquí, déjame -dijo Sungyeol mientras tomaba la caja.
La recogió y la puso en el regazo de Myung.
Soo le envió a Sungyeol una sonrisa de
agradecimiento. Se sorprendió cuando sus sentimientos de impotencia no salieron a la superficie cuando Sungyeol le ayudó. Ellos rugían en torno a él cuando tenía que pedírselo
a alguien más. Eso era sólo otra cosa que tendría que averiguar más tarde. Por ahora, se guardó parte de la información y se inclinó para abrir la caja.
Arqueó una ceja cuando Sungyeol silbó por lo bajo.