10 - final

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LA VERDADERA REVELACIÓN



Sus ojos se posaron en el calendario con una sonrisa. Se acercó para tachar el 11 de marzo con una gran equis. Dejó el marcador sobre la mesa y continuó organizando las cajas de la mudanza. Abrió las ventanas para que el aire fresco del departamento disipara la humedad mientras luchaba contra las alergias causadas por el polvo.

El ruido exterior la anunció la llegada de alguien. Giró la cabeza sobre su hombro hacia la puerta. Crane entró cargando unas cajas, con el rostro sonrojado por el calor.

—Mudarse resulta más complicado de lo que pensaba —le dio un beso en la mejilla. Ella sonrió mientras tomaba una de las cajas y la colocaba cuidadosamente junto a la mesa, que parecía a punto de ceder por el peso—. La universidad es un desafío —se rió cuando ella le dio un golpecito juguetón en el hombro por su vocabulario. Ella también rió.

—Lo sé —se volvió hacia él y empezó a barrer la sala de estar. Continuó con sus quehaceres hasta que recordó la llamada que había recibido unas horas antes—. Por cierto, tus padres me llamaron para decirte que no te olvides de ellos. Necesitan saber que estás bien.

—Sí, sí —suspiró. Aunque ella no lo vio porque estaba de espaldas, supo que había rodado los ojos—. Estoy seguro de que pronto me implantarán un GPS en el cerebro para seguir cada uno de mis movimientos —frunció el ceño, irritada. Dejó de barrer y cruzó los brazos, mirándolo fijamente.

—Ellos solo quieren saber si estás bien. Estuviste desaparecido mucho tiempo y todos sufrieron al pensar lo peor. Ahora que volviste, no querrán perderte de nuevo. ¿No harías tú lo mismo? —él se giró para enfrentarla, con una mirada triste y arrepentida.

—Lo siento —se dejó caer en el sofá, suspirando—. No quiero sonar egoísta, pero desearía que todos olvidaran eso. No hay un solo día en que no me pregunten dónde carajos estuve —ella se acercó hasta quedar a su lado. Él mantuvo su mirada en el piso, recordando lo que había pasado hace tres años—. ¿Cómo les explico lo que sucedió?

Ella no pudo contestar eso, no sabía la respuesta. Se quedó a su lado por un rato hasta que él la miró con un brillo de travesura.

—Te ves linda con esa ropa, me gusta —bajó la vista hasta el delantal de abuelita que vio en una tienda de segunda mano. Sus mejillas se sintieron calientes, pero lo dejó pasar.

—Cállate —se sonrojó aún más cuando él empezó a decir lo linda que era—. Ay, ya basta, Reagan. Sabes que me molesta que me digas esas cosas.

—Claro que no te molestan —aseguró, lamiéndose los labios y poniendo cara de gatito—. Te gusta que te lo diga.

—Dije que no me gusta —frunció el ceño. Él golpeó esa zona y ella arrugó la nariz por inercia—. Deberías saberlo.

—¿Cómo lo iba a saber si nunca me lo has dicho? —inquirió con las cejas alzadas, juguetón. Ella giró los ojos, molesta.

—Pues deberías. Busca la manera de adivinar lo que no me gusta y lo que sí —él abrió la boca, indignado, pero ella no dejó caer su máscara apenas fingida.

—Sí, sí, déjame pensarlo —miró al techo con el dedo en la barbilla, pensativo, hasta que abrió los ojos grandes, mirándola—. ¡Ya sé! Deseo ver la verdad, ser vidente, conocer las cosas que pasarán en el mundo, en el universo, saberlo todo... —ella lo miró con el ceño fruncido, los brazos cruzados y la boca en una mueca—. Bueno, está bien —hizo un puchero adorable mientras se acercaba para abrazarla—. Dejaré de darte cumplidos, te diré lo contrario. ¿Te parece? —ella asintió exageradamente. Él cambió su gesto sumiso por uno juguetón—. Pero antes, dame un besito.

—Eres un manipulador de primera —ella se acercó para darle un beso, pero él la empujó hacia el sillón haciéndole cosquillas.

Pasaron toda la tarde viendo películas, hablando y acomodando las cosas para su nuevo apartamento. Cuando la noche cayó, estaban listos para irse a dormir. Sus ojos pesaban y se durmió profundamente, hasta que un grito de dolor la despertó de golpe.

Se giró hacia Reagan, quien gritaba encogido en el suelo. Tenía las manos sobre los ojos y seguía gritando de dolor, resistiéndose a sus intentos de ayuda. Notó un brillo azul en la nuca de Reagan, similar al de La Luna que no había visto desde hacía un año, pero él no parecía estar quejándose de eso.

Colocó las manos en esa área y comenzó a rogar por su bienestar, pero no pasó nada, todo seguía igual. Siguió el rayo de luz que lo iluminaba hasta que vio directamente a La Luna en su máximo esplendor. Miró a Reagan con pánico.

Por favor, no te lo lleves de nuevo. Te lo suplico, Luna, no te lo lleves.

—Amor, por favor, dime algo —su respiración era agitada, su piel estaba sudada y tenía marcas rojas en todo el cuerpo. Sintió un nudo en el estómago por no saber qué le estaba pasando. Poco a poco, él apartó las manos de los ojos y ella gritó de sorpresa. Sus ojos estaban blancos y sangrantes—. Reagan, por los dioses...

—Reese... —la tomó de los hombros con fuerza, estaba frío y temblaba—. Creo que La Luna se tomó muy en serio mi deseo de conocer la verdad sobre el mundo... la verdad real sobre... Dioses, esto no puede estar pasándonos —negó con la cabeza repetidas veces, mirando al vacío.

—Cariño, todo estará bien... —se arrodilló para estar a su altura.

—No, Reese —poco a poco sus ojos comenzaron a recuperar su color natural, y un par de lágrimas cayeron. Ella sintió que su corazón se hundía.

Tenía un mal presentimiento.

—¿Qué... qué fue lo que viste? —negó con rapidez, aferrándose a su ropa—. Reagan... por favor, dime qué viste —él intentó hablar, pero tartamudeó, y al final, lo que dijo la dejó sin aliento.

—Nosotros nunca nos fuimos, Reese. Seguimos atrapados en el mismo universo, en la verdadera revelación.

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OH DIOS NO LO PUEDO CREER

Y ya llegamos al final de «¿Dónde estoy?». No estoy muy segura de hacer segundo libro porque también deseo hacer un final abierto y que ustedes interpreten lo que pasó. Indecisión full:/

Pero buej, muchas gracias a quienes leyeron hasta acá. Un beso grandote por apoyar este libro, y créanme, una vez que esto esté en borradores lo editaré como dios manda al mundo. Este libro no se quedará así sino que será mil veces mejor, con mejor redacción y trama.

Así que sí, la edición estará dentro de poco y después daré noticias del segundo libro (si es que lo hago).

¡Gracias por leerme!
¡Hasta pronto!(:

¿DÓNDE ESTOY? | TERMINADA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora