Aries es un viajero ambulante que esta en la búsqueda de una persona a la que aprecia, en su aventura por encontrarlo conoce a personas interesantes que estarán con el, pero hay un problema todos aquellos tienen una mente muy malvada para el Ariano...
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Grito cuando sintió un enorme dolor en su pecho, abrió los ojos y se encontró con la nada en aquella habitación.
—Acuario— murmuró con la voz algo seca.
Sin duda no estaba bien, algo le decía que sus compañeros estaban en peligro lo sentía en la piel.
Sin pensar mucho alejó la cobija de su cuerpo para intentar levantarse de su cama pero el sonido estruendoso solo logró que cayera al suelo. Eso era una explosión.
Intento levantar se pero el temblor de sus piernas no se lo permitió, su cuerpo se sentía más pesado y sudoroso de lo que había sentido antes acaso era un efecto secundario de su enfrentamiento. Por supuesto quien se aventaba de un carruaje en movimiento pero el sólo pensaba en vivir.
—A..Ayuda..— hablo pero muy apenas su voz salía de su boca.
Estaba sólo. El sonido de varios pasos se escuchaban fuera de la posada pero en solo unos minutos todos secaron y el silencio reino.
—¡Mierda!— una voz se escuchó en su cabeza como un tipo de lamento.
—Nos traicionó— volvió a escuchar y a sentirse a impotente.
Sin duda esos no eran sus propios pensamientos, no era parte de él.
Empujó la puerta con fuerza para poder salir de su habitación arrastrándose por el suelo mientras más sentimientos y voces dolorosas se escuchaban en su cabeza, mientras que el sólo podía seguir arrastrándose sin encontrarse con sus compañeros, sentía temor.
—Me necesitan—pensó cuando llegó al inicio de las escaleras, no quería lastimarse más pero era necesario.
La mirada de Escorpion llegó a su cabeza como un destello recordándole las palabras que le dijo al pequeño vengador hace momentos atrás "No tengo miedo de la muerte, sabes que me lastimare lo necesario si se trata de proteger a alguien" no iba a dudar ahora.
Colocó la mitad de su cuerpo en el escalón y lentamente fue bajando la mitad superior ese proceso se retiró por unas veinte veces acaso era tan alta la segunda planta. Cuando estaba en los cuatro últimos escalones su cuerpo se resbaló y cayó de cara hacia el duro suelo de lo que parecía ser un bar. Las mesas estaban deshabilitadas, el suelo manchado por varias bebidas y comida tirada.
Escucho el murmullo a unos pasos de él y lo miro en la entrada afuera de él local lo que parecía ser una gran multitud mirando hacia el horizonte.
—Proviene del castillo— escucho una voz.
—Una explosión, estan bajo ataqué— menciono un cliente -pero donde esta la guardia.
Se mordió el labio volvió a moverse sobre el sucio suelo para llegar a la puerta, el sentimiento de miedo llegó a apretar más su propio corazón, sus compañeros estaban en peligro por su culpa.
