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Napoleon: 25 años
Arno: 21 años

Ya había pasado mucho tiempo desde que Napoleon y su familia se mudaron a Paris. Ahora ya era todo un adulto, había olvidado completamente a Arno. Había olvidado aquella "promesa" que era bien absurda.

Ya tenía pareja, una hermosa mujer llamada Josephine. Se amaban demasiado.

Una noche mientras el francés, comandante de una armada, caminaba sólo en las calles de Paris, había escuchado cierto rumor de un sujeto demasiado raro quien vagaba y deambulaba por la ciudad. 

Obviamente no le tomo importancia, de seguro debía ser un pobre que vagaba para conseguir algo que alimentara su pobre y miserable vida.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no percató la presencia de una persona quien lo seguía en las sombras.

Aquella personas agarró bruscamente del hombro del comandante y lo volteo rápidamente quedando frente a frente con Napoleon.

- ¡¿Pero qué..!?- El desconocido le cubrió la boca con la mano escondida bajó un guante, evitando que llamara la atención. - ¡¿Quien eres?!- Susurró por lo bajó sacando su revolver. El desconocido se quitó la capucha, era un joven de ojos enorme color chocolate, pelo largo de un marrón oscuro y una cicatriz en su nariz. Era muy apuesto, no lo iba a negar.

- ¡Napoleon! ¿No te acuerdas de mi?- El comandante negó con la cabeza confundido. - ¡Soy yo! ¡Arno! ¡Arno Victor Dorian!- Ese nombre le sonaba pero no recordaba en donde lo había escuchado, el rostro del mayor delato su confusión ante Arno. - Vamos... ¡Tu novio! ¡Tu prometido desde la primaria!- Y ya todo se le vino a la mente.

Ese mismo niño solitario muy extraño que andaba sólo sentado en una banca durante el recreo en su colegio.

- ¿Tu eres ese niño de..- Arno le asintió multiples veces sonriente. Finalmente encontró a su futuro esposo. El menor le abrazó con fuerza.

- Te eche de menos mon amour- Napoleon estaba muy inquieto. ¡Él ya tenía una pareja! ¡No se sentía atraído por un hombre como Arno! - No sabes cuanto tiempo estuve buscándote, nunca me rendí porque sabía que iba a encontrar a mi luz, mi salvador... mon roi. ¡Ya nos podremos cazar! ¡Podremos cumplir la promesa que me hiciste!- Napoleon quedó mudo, intentaba soltar una palabra pero nada salía de su boca. - ¿Que dices mon Napoleon? ¿Donde y cuando te parece mejor casarnos? Se lo contaré a mis padres.- 

Había acabado con un problema, y se le viene otro.

Me perteneces [Napolarno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora