Me perteneces [Napolarno]

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El asesino volvió, ya con sus alimentos recién comprados. Estaba pensativo, metido en su mente. La hermandad no tardará en notar la ausencia de Bellec y comenzarán a investigar lo sucedido, si descubren quien fue el asesino causante de su muerte. Podría estar en problemas.

Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuchó unos golpes en el interior de la habitación de su amante.

Rápidamente fue haya y al entrar, encontró a Napoleon con los nudillos sangrando intentando romper la ventana.

-¡Napoleon! ¡Arrête!- Se fue hacía él, el comandante lo ignoró y siguió golpeando aún más fuerte. Como abrir la puerta de una patada no funcionó, sólo le quedó intentar el método más doloroso. - ¡¡J'ai dis ARRÊTE!!- Lo agarro del hombro y lo aparto de la ventana.

El comandante lo miró con ira. -¿¡Que quieres de mi!? ¿¡Dinero!? ¿¡Poder!? ¿¡Control!?- Empezó a preguntar. Arno lo ignoró y lo arrastro hacía el baño.

-Eres un completo idiota.- Puso la manó de Napoleon bajó el chorro de agua, sus nudillos estaban lo suficientemente lastimados. -No me interesa nada de eso...- Agarró con fuerza el mentón del peli corto y lo besó con fuerza pero sin perder su toque passional.- Sólo te quiero a ti... ¿¡Que no lo entiendes!?- 

Bonnapart sólo se quedaba en silencio con la respiración agitada.

Arno tomo su rostro, está vez con delicadeza, entre sus dos manos. -Te amo maldita sea, nunca había amado a alguien de aquella manera.- Suspiro, escondió su rostro en el cuello del contrario. -... sólo quiero que me aceptes en tu vida, tu corazón.- 

Paseo sus dos brazos alrededor de la cintura del más bajó, abrazándolo.

Napoleon no correspondió, se quedó inmóvil. Poco después, Dorian se separó. -Curate. Y no vuelvas a cometer semejante estupidez. Oh mejor, dormirás en mi cuarto.- Se fue. Se fue al cuarto de su "huésped". Comenzó a arrastrar la sucia cama para su habitación.

Ya hecho, agarró unas cuantas tablas de madera y las colocó de forma en que cubrieran la ventana.

Luego se encerró en el estudio, tomo papel, pluma y tinta. Y se sentó en el escritorio.

-Muy bien. ¿Quien será el siguiente en descanzar en paz?-