Capítulo 2 Esto es Montana

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Esto es Montana

La navidad pasada la señorita  Warren, nos enseñó como enviar cartas, cartas reales usando el correo y todo, incluso compramos estampillas postales que tenían unos duendecillos y un trineo, pues total que nos hizo enviarle una carta a algún conocido en otro estado, y pues yo se la envié a mis abuelos, platicándole del festival de navidad de la escuela; y como a las dos semanas ya tenía mi carta de respuesta, con 10 dólares incluidos; bueno, pues mi mejor amigo Tommy que es muy listo, se le ocurrió que en las vacaciones nos enviáramos correspondencia, ninguno estaría en casa, pero aun así cuando regresáramos tendríamos en el buzón correspondencia, yo le envié nueve cartas, bueno 2 de ellas son postales.

 Primera carta a Tommy 

“Querido Tommy el camino a montana fue muy largo, dormí casi todo el camino,  me desperté cuando empezaron a aparecer los letreros que decían Montana. Paramos para descansar un poco, había una carrito de helados, pero el señor dijo que se le había terminado el helado de chocolate, me enojé y dije -- ¿cómo se puede acabar el helado de chocolate?-- el helado de chocolate nunca se debe acabar, es básico para poder llamarse heladería, pero mi mamá dijo que lo viera como un momento de investigación culinaria, así que pedí helado de nuez, --no te parece extraño --, una niña pidiendo helado de nuez, pude pedir fresa, vainilla, cajeta, que sabes nunca pediría esos sabores porque en california, ¡¡¡siempre hay helado de chocolate!!!, pero ya que estaba aventurándome a nuevas tierras quise probar el sabor nuez,  nunca había comido helado de nuez, y es de lo más extraño el color medio cafesoso y el olor que pica en la nariz, pero al final es delicioso como todos los helados, claro, que espero que nunca se vuelva acabar el helado de chocolate!!.. ”

                                                                                                                                   Con cariño Amy.

Segunda carta

“Hola Tommy, hoy mi mamá y Josh se están arreglando el cabello y mientras espero aprovecho para contarte de los zapatos. Mamá usó casi todo el espacio del auto para cargar zapatos: zapatos para caminar, zapatos para correr, zapatos para escalar, zapatos formales, zapatos informales, zapatos para vestido, zapatos y más zapatos, total que lleno el auto de equipaje de ella sola;  dos maletas son de Josh (de esas de llantitas), más su mochila y a mí solo me dejaron llevar una bolsa de esas de lona donde no cabe nada; y olvidó subir los regalos para los abuelos, así que después de desempacar, nos dimos cuenta de que no teníamos los regalos; así que la primera salida  en Montana fue al  centro comercial y ahí compramos sus obsequios.

--“Regalos son regalos, no importa donde se compren”-- dice mama. Compramos una esfera con arena, conchas marinas y un pequeño delfín, para la abuela Su, que dice California  Imagina lo extraña que es la gente de Montana que vende recuerdos que dicen California,! Ja ja ja! Y  para el abuelo un enorme tarro de café que dice: “amo acampar”;  !mmm! pues creo que el abuelo si va a sospechar… ”                                                                

                                                                                                                        Saludos desde Montana

                                                                                                                Con cariño,  tú mejor amiga Amy.

Mi tercer envío a Tommy fue una hermosa postal de un vaquero montando un caballo, en el fondo hay uno de esos clásicos graneros rojos y a lo lejos se alcanza a ver unas montañas nevadas, al reverso escribí:

El sueño de AmyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora