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La arena entre mis dedos estaba fría, pero era una sensación más agradable que sentir el barro en la planta del pie. Una suave brisa Marina me golpeaba el rostro, estaba comenzando a creer que esta era mi nuevo lugar en el mundo.
– el mar es muy bonito ¿verdad?– con vos algo rasposa preguntó Irene tomando mi mano con delicadeza. de todos los lugares que recurrimos en nuestras citas a escondidas este sin duda es el que más me está gustando. sólo que las palabras de mi madre me rondaban en mi cabeza una y otra vez.

“ el mar es peligroso ____, jamás entres al agua”

supongo que para una mujer que se volvió una viuda siendo muy joven es aceptable ser sobreprotectora.

–si–de todas las cosas malas que había hecho está creía que era la peor de todas. Venir a la playa durante la noche sabiendo que mi madre puede llegar a matarme si se entera es algo que me causa miedo. Soy la clase de chica buena que obedece a su madre en todo. Esta es la primera regla que rompía.

–deja de preocuparte desana, tu mamá y el resto del mundo– soltando mi mano tomar mi rostro con cariño Irene hizo que la mirara a los ojos. Tan profundos como dos pozos sin fondo, mostrando una sonrisa con sus dientes perfectos hablo –nada malo te pasará si estás conmigo–acortando la distancia que nos separa Irene me besa como tantas veces habíamos hecho antes. como dos amantes clandestinos siempre a escondidas y entre las sombras para que nadie se enterarase metiéndonos en problemas. Separándonos acarició la mejilla de la chica que mantiene su frente pegada a la mía. estaba aterrada porque mi madre descubriera que había venido a la playa desobedeciendo su única orden.

–creo que deberíamos irnos ya es algo tarde–murmuro bajito porque la verdad no quería irme, pero sabía que si estábamos más tiempo aquí mi madre podría sospechar. mi madre creía que estaba trabajando en casa de una compañera.

–antes de irnos debo llevarte al muelle–acepte su oferta sin protestar,todo lo que me dijera Irene era perfecto para mí. o al menos eso creía hasta que puse un pie en ese viejo muelle de madera. Crujía bajo nuestros pies y eso me daba mucho miedo, la madera parecía no estar en un buen estado.

caminamos en silencio hasta la mitad del puente Irene paro para enseñarme cómo se veía la ciudad de lejos. ella soltó mi mano 5 segundos que le sirvieron a la madera para romperse y dejarme caer al agua. Frío mucho frío es lo que sintió mi cuerpo al caer en la masa de agua que me recibió. Y como si mi cuerpo pesar a toneladas el luchar para salvar mi vida hacia qué me hundiera más.

por más que intentar a subir a la superficie había una fuerza que me lo impedía. mis pulmones se encontraban a quemar por el esfuerzo que hacía por mantener el poco oxígeno que me quedaba. Estaba apunto de ahogarme y lo único en qué pensaba es en los hola que dejaré a mi madre por mentirle. Las fuerzas me abandonaron cuando mi cuerpo comenzó a colapsar mis ojos dejaron de ver la superficie oscura y difusa.

Dicen que cuando estás por morir ves tu vida pasar ante tus ojos, yo sólo veía un enorme pasillo con columnas doradas. No veía a mi madre, tampoco a mi mejor amigo o a mi crush. Tan sólo ese pasillo que no recordaba haber visto jamás. cuando una figura masculina parecido al fondo del pasillo todo comenzaba a oscurecerse.

Mucha agua salió de mi boca mientras tú hacías buscando oxígeno. estaba desorientada en un segundo estaba en el agua y ahora me encontraba tirada en la arena con Irene abrazándome. Debía morir, pero eso no sucedió.








La Hija De Poseidón.   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora