Death or De' Ath / The 100/Temp 2.

Capítulo siete

P.O.V Lee

Nunca antes me había preocupado tanto con alguien, tampoco me había relacionado con gente que no fuera mi hermana. Por obvias razones jamás pensé en fallarle a la comandante como su mano derecha, vivía por ella y para ella. Por los Trikru. El hecho de estar ahora en esta situación era solo por la deuda que tenía con Lincoln y que el muy amablemente me recordó cuando fue a la aldea a pedir ayuda por Octavia y un guerrero un verdadero guerrero jamás olvida las promesas.

En este momento a pesar de que sabía que no era del todo correcto mi forma de actuar no me arrepentía, estaba buscando a Lincoln tal y como él lo hizo con mi hermana, sin darse por vencido. Había caído en una maldita trampa y estaba atrapado, pero estaba vivo. El tiempo que he estado aquí solo he sentido como introducen una jeringa en mi cuello y un inmenso dolor. Después es como si algo tremendamente caliente hiciera contacto con mi cuerpo y entonces pierdo el conocimiento. Quizá no he estado más de 13 horas aquí pero para mí ya es una eternidad, la persona que me inyectaba le dijo a sus compañeros que me prepararían como un proyecto, proyecto T-213 escuche que decía y luego me habían abandonado aun con los ojos vendados. Desde que llegue tenía la sensación de ser observado profundamente, escuchaba respiraciones por lo tanto no estaba solo, quizá alguien vigilándome. De pronto sentí como alguien picaba mi piel con algo puntiagudo como verificando que aun viviera.

- Aléjate de él Mason- escuche que alguien decía, no reconocía la voz. El tal Mason hizo caso omiso a la petición ya que siguió picando mi cuerpo esta vez con más insistencia- aléjate Mason aún no sabemos cómo va actuar y ahora mismo no tendré fuerzas para defenderte

Lo que sea que me estuviera molestando hizo un sonido de frustración y se alejó.

- Sé que estas despierto- escuche decir- no sirve de nada el que quieras atacarnos o sacarnos información- se acercó a mí y retiro la venda de mis ojos, era el hombre que encontré en el túnel de los destripadores el que me ataco, se veía diferente, su piel estaba más pálida. Solté un gruñido de impotencia quería atacarlo, por su culpa yo estaba aquí- aquí no te servirá de nada

Mire a mi alrededor y estaba en una habitación gris, no había ninguna puerta no entendía como me habían traído hacia acá. Estaba en una silla con cadenas en mis muñecas. Delante de mí estaba otra silla desocupada y alrededor nada más, sentí que algo picaba mi espalda y voltee molesto. No supe cómo reaccionar. Una criatura pequeña a mi parecer con ropa extraña estaba atrás de mí, en su cabeza tenia lo que parecía ser una tela vieja y desgastada cubriendo su rostro solo se podían ver sus ojos escudriñándome con curiosidad. Eran unos pequeños ojos más brillantes de lo normal. Lo que más me impacto es que uno de ellos era totalmente blanco, como si no existiera nada más ahí, el otro ojo era morado. Me sobresalte un poco y el coso ese se hizo hacia atrás con miedo.

- Se llama Mason- dijo el muchacho con el que había peleado antes

- ¿Qué hacemos aquí?- me anime a preguntar, estaba sorprendido pero tenía que buscar la manera de salir, el muchacho esbozo una sonrisa

- Nosotros visitar al nuevo compañero- me miro- tú conociendo tu nuevo hogar- termino viendo hacia arriba, al levantar mi cabeza pude ver lo que parecía ser unas rejas. Estábamos encerrados.- bueno- continuo y le hizo una seña al coso ese- suerte con la etapa uno- la reja de arriba comenzó a hacer un ruido extraño y a abrirse- vámonos masón- el coso ese se acercó a mí y dejo en mi regazo un montón de hojas amarradas en una forma extraña, el muchacho lo veía de reojo mientras sonreía de lado- le caíste bien- me dijo

El tal masón estiro las manitas hacia el muchacho mientras él lo subía a sus hombros. De arriba cayo una cuerda que fue sujetada por el muchacho y los comenzó a subir; yo los mire desconcertado recibiendo una mirada de lastima del muchacho. De pronto sentí una insaciable sed y un profundo dolor, de mi nariz comenzó a salir sangre y el dolor se hizo más fuerte, de pronto todo se volvió negro.