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Estoy deseando poder olvidar todos los chismes en mi cabeza. No pude decirte lo que falta. Hombre, no es nada específico, sólo un presentimiento.


Louis miró su colección de sobres de té guardados en un frasco desconchado con una leyenda en cada uno de ellos. Una vieja costumbre. Momentos atesorados que nadie más entendería. Se preguntó qué estarían haciendo las personas que fueron partícipes de pequeños trozos que más tarde llamaría recuerdos.

Sonrió para sí mismo y salió del departamento. Era una mañana fría por lo que el suéter color crema que se había convertido en su favorito ya no era suficiente. Una chaqueta dos veces más grande lo cubría por completo y lo protegía del frío.

Tal vez era contradictorio que disfrutase de la neblina matutina siendo tan friolento, pero lo hacía. Las pequeñas gotas de rocío que golpeaban su cara y lo mantenían despierto era un recordatorio de que seguía vivo. Su nariz se pondría roja de inmediato y a él no podía importarle menos. El invierno haciéndose presente.

David lo esperaba en la entrada junto con Valerie.

"¿Por qué no estás en clase?" le preguntó a David a penas lo vio.

"Hola, Louis. ¿Cómo estás? Yo bien, gracias por preguntar" respondió David y el castaño se rió.

"No te queda ese papel" se burló Louis abrazándolo "Es bueno verte, por cierto"

"Lo sé, bebé" sonrió David y miró a la rubia "Mi clase se canceló, al parecer la señora K está enferma"

"¿Señora K?"

"No usa su nombre, sólo lo abrevia con una K. Smith" el moreno se encogió de hombros "Es rara"

"¿Irás a casa?" preguntó Valerie, deseando que sus clases se cancelen para volver a casa y acurrucarse bajo las mantas. Louis probablemente tenía el mismo pensamiento. Aún era muy temprano para existir.

"Quizá vaya a dar una vuelta por ahí y los vea en el almuerzo"

"Está helando, David" señaló Valerie.

"Lo sé. No pensaba caminar en medio de la calle con este clima, cálmate" suspiró David "Tal vez visite a Ismael, no lo sé. No quiero ir a mi casa aún"

Louis asintió. David era esas personas que prefería pasar tantas horas como fuera posible lejos de su casa. Quizá el hecho de que su familia aún no aceptara su homosexualidad todavía sería la razón, pero él nunca lo decía.

"Encontrarás algo qué hacer" le dijo Valerie.

"Sí, lo sé" alzó ambas cejas haciendo un movimiento extraño con su lengua dentro de sus mejillas. La rubia lo golpeó en el hombro "¡David!"

Ambos chicos rieron cuando Valerie enrojeció.

"Problemas acercándose" anunció David mirando a alguien tras Louis.

Valerie y Louis se giraron al escucharlo.

Harry y Evan caminaban en su dirección. Probablemente en otro momento Louis habría rodado los ojos y se hubiera girado evitando prestarles atención. Pero había decidido darle una oportunidad a Harry de no ser juzgado y Evan había sido amable con él. Así que sólo se quedó ahí, viéndolos avanzar.

El cabello de Harry, que estaba más largo desde la primera vez que lo vio, ahora estaba suelto y peinado hacia un lado de su rostro, haciendo resaltar sus facciones libres de la melena color chocolate.

Miró a Evan y éste le sonrió de inmediato al reconocerlo. La juguetona mirada café de Evan le daría ternura a cualquier persona que lo viese. La sonrisa fácil y los gestos suaves, estaba seguro, cautivarían a cualquiera.

ChériDonde viven las historias. Descúbrelo ahora