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No podría quererte más, besándonos en la cocina como si fuera una pista de baile. No podría quererte más esta noche.



Harry lo había invitado a pasar año nuevo juntos y Louis accedió.

En cualquier otro año, Harry habría preferido ir a una fiesta o algo por el estilo en año nuevo. Pero era diferente. Louis estaría junto a él durante todo el día, y no quería desperdiciar su tiempo juntos en una fiesta con más personas en donde probablemente no podría escuchar su voz por la música. De todos modos, se lo preguntó al castaño y éste estuvo de acuerdo con quedarse en casa.

Fueron a la casa de Harry.

Estaba en los suburbios. Muchas casas bonitas, un barrio bonito. Louis vio a varios niños jugar en los jardines llenos de nieve. Podía jurar que durante el verano corrían por las aceras y organizaban carreras con sus bicicletas rodando hacia la puesta de sol.

Las luces navideñas aún brillaban en cada tejado. Louis sonrió porque cuando era pequeño solía pensar que todas esas luces eran por él.

Harry detuvo su auto y esperó a que la puerta del garaje se abriera.

Louis se tomó un minuto para mirar la fachada de la casa. No había más luces navideñas que las de la puerta de entrada y una corona en la puerta. Cuando se bajaron del vehículo, Harry lo acompañó hasta la puerta, abriéndola y dándole paso.

"Bienvenido" dijo, sacudiendo la nieve de su abrigo. Tomó el de Louis y lo coloca en el perchero.

Louis sonrió absorto por la decoración interior. Los pisos de madera y las paredes color crema, los pequeños detalles dorados de los muebles y el cuadro familiar en el centro de la sala daban aquella sensación de hogar. Louis se acercó cauteloso hacia la pintura, mirando con atención a los cuatro miembros de la familia Styles.

Harry aún era un niño y su hermana siendo casi su versión femenina a su lado. Su madre era hermosa, y pudo ver de quién heredó los encantadores hoyuelos. Su padre siendo el único que permanecía estoico en el cuadro familiar. Pero la expresión de sus ojos no era otra sino calidez.

"Era hermosa" susurró Louis cuando Harry se acercó a él.

"Lo era" estuvo de acuerdo el rizado.

"Tienes sus hoyuelos" Louis se volteó para mirarlo "Son bonitos"

"Gracias" Harry no pudo evitar sonreír. Louis extendió su mano y tocó uno de los hoyuelos con una sonrisa.

"Boop" imitó la voz de un niño pequeño en cuanto lo tocó.

"¡Hey!" el movimiento le hizo reír "¿Tienes hambre?" Louis asintió y Harry le tomó la mano para guiarlo a la cocina. Louis no protestó.

No era la primera vez que se tomaban de las manos. La primera vez fue luego del beso. Se habían quedado en el sillón riéndose y hablando de cualquier cosa cuando Harry tamborileó en su pierna y Louis le dijo que se detuviera. No lo hizo y Louis le tomó la mano para que dejara de moverla. El acto tomó por sorpresa a Harry, quien podía jurar que Louis sentía su pulso descontrolado a través de su agarre.

Louis solo sonrió y besó sus nudillos.

Desde navidad sólo se habían visto dos veces. La primera fue en el refugio, cuando Harry sugirió que adoptara a Clifford porque el perro parecía adorarlo. Y la segunda fue ese día más tempano, cuando Harry había ido hasta su departamento para invitarlo a pasar fin de año juntos.

ChériDonde viven las historias. Descúbrelo ahora