━━━━ REDES ♡RIGINALES ━━━━
donde el idiotα de kol tuvo lα mαgníficα
ideα de instαlαr αlgunαs redes sociαles
en los celulαres de sus hermαnos.
ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ ִֶָ...
No subestimes el encanto de la oscuridad, incluso los corazones más puros se sienten atraídos por ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Klaus Mikaelson.
♥︎ / / /
Auto de Klaus, Carretera principal.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— ¿Ahora hacia dónde? - Pregunta Klaus a su hermano, pues era él quien tenía el mapa para poder llegar a Beacon Hills.
La idea de salir de Nueva Orleans para ir a un lugar del que no tenía ni idea de su existencia le parecía algo fascinante, no era algo grato el ir porque a alguna bruja se le ocurrió conspirar en contra suya, lo sabíamos, sin embargo Klaus Mikaelson siempre sabía cómo divertirse.
— A la derecha. - Responde Kol sin dejar de ver aquel mapa, la verdad es que no lograba entender nada. — No, no. Era a la izquierda. - Vuelve a bufar ganándose una mirada de molestia del híbrido.
— Lo estás sosteniendo al revés, Kol. - La dulce voz de Davina logró llamar la atención de Klaus, quien detuvo el auto en seco al escuchar eso. ¿En verdad fue tan idiota como para dejar a Kol a cargo del mapa? Al parecer sí.
— Mierda, llevamos tres horas siguiendo ese camino. - Sin esperar una respuesta de parte de su hermano, el híbrido toma el mapa y lo lanza a la parte trasera del auto, y eso significaba una cosa: Davina iba a guiarlos esta vez.
— ¿Por qué estamos usando un mapa y no un GPS? Estamos en el 2020. - Kol se queja abriendo la ventana de su lado del auto, era de noche y el viento golpeando sutilmente su rostro era perfecto.
— Nuestros datos no agarran, estamos lejos de la ciudad. - Esta vez responde la brujita Claire tomando el mapa para así buscar su lugar de destino.
Damon Salvatore estaba algo atrasado, él y Kai Parker se habían detenido en un local a comprar diversas papitas para el camino y, gracias a eso, habían perdido el auto de los Mikaelson. Aquello no les preocupaba en lo absoluto, la forma de conducir del mayor de los Salvatore no era la más correcta y era más que obvio que no tardarían más de cinco minutos en alcanzarlos.
