La Melancolía Del Chacal

Plumas Caídas

Según yo, la oportunidad es perfecta, el ambiente adecuado, estamos por fin solos los dos luego de dejar la casa del felino. Vamos en la parte de atrás del taxi camino a su casa, quiero ser todo un caballero con el cuervito y cargar sus cosas hasta su departamento, pero mas que nada quiero que me note... quiero que sepa que tengo muchas mas intensiones que ser solo su amigo.

Lo veo mirar el camino, esta distraído y no tengo idea en que piensa, solo veo sus ojos mirar las calles sin buscar nada en especial, quizás no sea este el momento perfecto.

-¿Te gustan mucho los gatos?- Digo para llamar su atención.

-¡Me gustan todos los animales! Creo que no tengo una preferencia especial por alguno pero los gatos de Kenma son demasiado hermosos, los conozco desde que son bebes, excepto al viejo gruñón- Dice entusiasmado el ninja.

El camino a su casa se pasó hablando de los animales que conoció en Brasil, las parabas, tortugas, jaguares, monos capuchinos, incluso un animal que no conocía y cuya descripción me pareció curiosa.

-¡Los Ñandú hacen un sonido como "WWEZ"! ¡Y corren súper rápido! ¡Son aves gigantes! ¡Como una gallina dinosaurio! ¡Pero tienen los ojos grandes y son lindas! ¡Pero si llevas algo brillante contigo puede que te lo quiten con su pico!

Se puso a hacer el gesto de pico con sus manos picoteando al aire, verlo hablar con tanto entusiasmo mientras luces de diferentes colores lo alumbran a lo largo de las autopistas es una imagen que me resulta por demás de hermosa... podría escucharlo toda la noche hablar de animales extraños.

Llegamos finalmente al edificio donde vive, me ofrezco a cargar la pesada caja con su generoso regalo y él solo lleva consigo una bolsa de ropa y otra con más dulces. Su departamento es uno de los mas altos, el sexto piso, no me extraña, después de todo a este cuervito le gustan las alturas. Dejo la caja en el suelo de su sala mientras él me ofrece una gaseosa por haberla cargado, nos sentamos en su sofá a seguir conversando, ahora siento que la suerte finalmente esta de mi lado, el cuervo parece tomarme cada vez mas confianza, se sienta a mi lado mientras no para de hablar del calor de Brasil y como allá las bebidas frías son ya casi mas una necesidad que un gusto.

-Atsumu a ti que te gusta más ¿El invierno o el verano?- Me pregunta quizás por que nota lo callado que estaba mientras lo observo.

-Shouyou.. puedes decirme Tsumu.. si quieres- Le digo intentando que suene más como algo sencillo que como una petición -Diría que me gustan ambos o ninguno en particular, el frío me hiela los pies y calor me hace sudar- Le contesto pensativo.

-¡Por como me lo dices mas parece que no te gusta ninguno!- Me dice con una risa al final -Tsumu- Me llama al finalizar sus risas.

El corazón me golpea el pecho intentando salir disparado con cada latido, me siento realmente emocionado solo con escuchar mi apodo de cariño saliendo de sus labios, mi madre me llama "Tsumu" de la manera mas cariñosa del mundo, mi hermano me llama "Tsumu" casi siempre seguido de un insulto como "idiota", "imbécil", "feo" entre otros, pero escucharlo de Shouyou entre sus risas se siente totalmente diferente.

-Disculpa.. a veces puedo sonar quejumbroso, hasta yo lo sé- Digo mientras deposito mi bebida en la pequeña mesa que tengo en frente mío -Sinceramente me gusta más el otoño, es un clima templado, una brisa suave por la que no necesito abrigarme demasiado...- Solo un poco más, me recorro de donde estoy sentado solo un poco más para estar lo suficientemente cerca del pequeño ninja -Además sus colores me parecen hermosos... sobre todo el anaranjado- Mando todo a la misma mierda y me doy la libertad de acariciar la mejilla de la persona mas linda del mundo, llevo mi mano hacia atrás y siento sus cabellos entre mis dedos... -Es el color mas precioso que conozco...