Muralla de Acero

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Si mi batalla se ganara solo con lucir estoico, rudo y fuerte, definitivamente perdería todas mis esperanzas. Pues hoy acabo de descubrir que la persona que encaja más con esa descripción, el hombre mas imponente en tamaño y porte que yo alguna vez haya conocido casualmente también es mi rival.

Y es que para Takanobu Aone pareciera que el concepto de "delicadeza" no esta presente en su apariencia, peor aun en su mente a la hora de dirigirse a nuestro interés en común, el pequeño ninja recientemente integrado en mi equipo y amor platónico, Hinata Shouyou.

Durante el entrenamiento, tal cual un ninja, apenas lo pierdo de vista en un segundo este se encuentra totalmente fuera de mi campo visual, corriendo para alcanzar un balón que se dirige fuera de la cancha, gracias a mi y a mi potente saque sale volando un balón casi perdido debido a una recepción dificultosa de Sakusa, esta es sin duda una buena prueba para la velocidad del pequeño cuervo, el cual persigue esa pelota sin perderla de vista mientras corre con todas sus fuerzas, tan concentrado en su objetivo como yo en él, no puedo perderle de vista un segundo mientras corre a toda velocidad, siempre impresionandome con la destreza con la que el cuervo alza el vuelo, pero es este enfoque desmedido en ambos lo que nos impide ver que Shouyo-kun se dirige directamente hacia una persona que se encontraba observando nuestra práctica.

-¡Hinata! ¡Cuidado!- Grita Samson, nuestro entrenador, el primero en notar el incidente que se avecina para nuestro pequeño ninja.

Pero la advertencia llega demasiado tarde, Shouyou-kun se estrella contra la persona que se encontró en su camino, sorprendentemente a pesar de la velocidad con la que iba nuestro ninja la persona contra la que impacta no retrocede un solo centímetro, es como si de un muro se tratase. En lugar de ello Shouyo-kun queda colocado como una calcomanía pequeña pegada en la pared.

Ahora lo reconozco, el anterior jugador de Datekou, el muro de acero. Recuerdo muy bien su presencia en los partidos, su tamaño y temple lo hacían lucir totalmente intimidante, podría tranquilamente encarnar él solo el apodo con el que era conocido su equipo. Me llego a enterar luego por Shouyo-kun que ahora Takanobu se dedica a construir muros tanto dentro como fuera de la cancha, trabajar en construcciones le dio a su complexión una ayuda que ni necesitaba. De un muro el tipo pasó a parecer un edificio de concreto con su gran tamaño y sobre eso, luciendo un elegante traje todo en tonos de gris.

Aone sostiene por los hombros al pequeño cuervo estrellado, con un rostro de facciones duras como piedra tallada, sin haber cambiado de expresión en ningún momento pero prestando atención al aturdido cuervo, Shouyou-kun ni siquiera tiene los pies en la tierra, esta sostenido por el gigantón.

Luego de un momento de aturdimiento y el mareo, el pequeño ninja parece tomar consciencia de donde esta.

-¡Aone-san! ¡Lo-lo-lo siento mucho!- Exclama retorciéndose un poco aún suspendido en el aire, comienza a molestarme la manera en la que se encuentra el pequeño cuervo en este momento. Solo después de ver su reacción el gigantón lo deposita por fin en el suelo.

Una vez separado del edificio con pies, este aumenta la distancia entre ambos retrocediendo un paso el cual para su altura es bastante largo y realiza en dirección al ninja una reverencia brusca que a todos en la cancha nos deja bastante extrañados, pero nuestro pequeño cuervo, no se sorprende como los demás y solo le corresponde con una delicada reverencia a modo de responder a su saludo junto a una sonrisa risueña, creo que hoy estaré de mal humor todo el día.

A pesar de toda esa demostración de imponente presencia puedo notar fácilmente que algo esta pasando por la cabeza del gigantón, algún pensamiento del cual me molesta tener sospechas por que de pronto su mirada sin dejar de ser dura se torna nerviosa, algo fácilmente notable para todos excepto para el búho que tengo a mi lado el cual esta mirando curioso la escena, preguntando con la mirada por que no seguimos jugando, el gigante le dice algunas cosas a Shouyou-kun que no puedo escuchar por la distancia y él sonriente asiente feliz provocando una ligera sonrisa en el duro rostro de la muralla andante. Definitivamente estaré de mal humor este día.

La Melancolía Del ChacalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora