Capítulo 37

9.9K 795 184
                                    

Capítulo 37

Beatriz abrió la puerta de su casa cautelosamente para no hacer ruido, pero no le sirvió de nada, pues su mamá la esperaba en la entrada, con los ojos bien abiertos y envuelta en un abrigo.

“Ay mamá” exclamó asustada llevando una mano a su pecho “¿qué hace despierta a esta hora? Ya está como mi papá” le reclamó con el ceño fruncido, cerrando las puerta con seguro.

“Agradezca que soy yo y no su papá mijita. Venga, vamos a su cuarto que le quiero preguntar unas cositas”

Betty quedó extrañada pero la siguió sigilosamente hasta su cuarto, una vez dentro cerró la puerta y se sentó en la cama frente a su madre.

“¿Qué pasa, mamá?”

Estaba preocupándose al ver su rostro serio. Doña Julia la miró seria unos segundos más y luego esbozó una sonrisa.

“Cuénteme como le fue con ese señor y por qué ha estado llegando tan tarde mija” ella sospechaba algo pero no quería hacer suposiciones.

Betty sintió que podía respirar de nuevo, y correspondiendo su sonrisa, le contestó.

“Ah mamá es que no le he contado... somos novios”

“¡¿qué?! Ay ¿de verdad, mamita? Y no ¿será muy pronto? Y ¿usted está segura que puede confiar en él? ¿No es acaso el hermano de la novia de don Armando?”

Beatriz rió ante todas las preguntas que le hizo su mamá. Entendía su preocupación, ella también la había tenido tiempo atrás, trato de asegurarle a su madre que confiaba en él y que era distinto a don Armando, también le pidió que no le comentase nada a su papá, pues eso la incomodaría.

Doña Julia le prometió que no diría nada y que se sentía muy feliz por ella. Por fin su hija estaba viendo la luz a final del túnel.

Se levantó de la cama y se acercó a ella para darle un beso, ya mañana sería otro día. Le deseó buenas noches y salió de su cuarto.

Las palabras que su madre había dicho hace tiempo atrás se estaban cumpliendo, las cosas estaban cambiando.



Semanas después, Beatriz se sentía más segura de si misma; de su cuerpo y su personalidad. Poco a poco el recuerdo de Armando Mendoza y lo que había vivido junto a él, se estaba quedando atrás.

Sus dudas respecto a Patricia Fernández quedaron disueltas en cuanto Daniel le aseguró una vez más que no tenía interés en ella, ni en ninguna otra mujer, y ella le creyó por supuesto.

*

Un lunes por la mañana, a las 9 en punto, se abrieron las puertas del elevador, mostrando a un Hugo Lombardi renovado. Aunque llevaba semanas lejos de Ecomoda, las secretarias lo vieron tal como lo recordaban, a diferencia que ahora tenía más cabello y un semblante más alegre.

“Bueno, bueno, ¿qué son esas caras? Alégrense que ya llegó la magia, llegó el color. Mejor dicho, ya llegué yo” habló después de un rato.

“Buenos días don Hugo” saludaron Sandra y Aura María sorprendidas al verlo.

“Huguito, que bueno que regresaste, ni te imaginas todo lo ha pasado por acá” le habló Patricia corriendo hacia él.

“Ay no me lo digas así Patsy pats, qué pasó” su sonrisa se transformó en una expresión de angustia.

“Puras tragedias Huguito, fíjate que Mario y Armando renunciaron” le dijo al oído en susurro.

“¿qué? Ay no me digas, no, ¿cómo es que se fueron esos machos cabríos? ¿y cómo a dónde, ah? No ¿cómo está March?” Preguntó preocupado.

“A dónde se fueron no sé, ni me interesa... y Marce quedó destrozada, aunque últimamente la he visto un poco mejor”

“Entonces tendré que ir animarla” le dijo mientras caminaba a su oficina.

“Oye Huguito, ¿no le vas avisar a la "presidente" que ya volviste?”

“No me hagas reír, qué quieres ah, que vaya y le diga: buenos días mi estimada, ya llegué para alegrarle la vida ¿nos saludamos con besitos? Por favor, Patsy Pat, me voy"

Le dio la espalda y se dirigió rápidamente hacia la oficina de Marcela, él ya se estaba preparando para animarla de cualquier forma. Estaba que no cabía de alegría, ¡por fin March se alejaría de ese monstruo infernal que es Armando Mendoza!
Cuando entró por la puerta, Marcela casi saltó de alegría por verlo, realmente necesitaba otra cara allí, necesitaba algo de diversión en esa empresa.

“¡qué dicha, Hugo! Por fin llegaste” exclamó abrazándolo, y después de darle un beso le comentó lo mucho que lo necesitaba.

“obviamente, yo soy la luz que ilumina sus vidas grises” Marcela no pudo evitar pensar que tenía razón, con él en Ecomoda las cosas eran más llevaderas, al menos para ella. “Ahora, March, cuéntame todo”.

Por la expresión en su rostro la gerente supuso que Patricia ya le había comentado lo importante, así que después de acomodarse en su asiento, le resumió todo lo que había pasado desde que se fue, omitiendo la relación de Daniel con Beatriz, pues le había prometido a su hermano que no estaría por ahí de chismosa hablando de él, aunque era difícil no desahogarse con alguien más sobre ese asunto.

“¿sabes March? Creo que es mejor que ese ogro se haya ido, por fin serás soltera y sin compromisos. Podremos salir juntos, buscarnos unos machos que nos alegren el día”

Marcelo rió ante sus bobadas, aunque el dolor de perder a Armando había pasado, su recuerdo aún la perturbaba, así que su sonrisa no duró mucho.

“¿y tu pareja? ¿al final no arreglaron las cosas?”

“no, cada quien se fue por su lado… Creo que empezaré a buscar un amante”

“¿Un amante?”

“sí, algo sin compromisos, tú deberías hacer lo mismo, Marcela. Como se dice, un clavo saca otro clavo”

“Dudo que eso funcione, Hugo”

“ay, ay no. No me vengas a decir que te vas a deprimir, te vas a convertir en una soltera que ni sale para darse aire”

“Pues…”  quiso comentarle que ya había tomado medidas pero su amigo no le dio tiempo.

“¡Marcela Valencia, usted no se va a volver un monja aburrida! Hoy mismo vamos a ir a un club, y no te puedes negar”

“Hugo… por favor”

La última vez había salido con Patricia y acabó todo su dinero, además de bajarle los ánimos. Ya no quería más guerra.

“Hugo nada, hoy nos vamos a poner bien guapos y vamos a dominar unos cuantos, es una orden”

Marcela suspiró con frustración, pero asintió sin otra que hacer.

“perfecto, ahora lo siguiente de la lista, qué vamos hacer con el moscorrofio ese”

“¿qué vamos hacer de qué Hugo? Beatriz se tiene que quedar hasta que la empresa este aflote y después se largará”

“mientras se largue y no se queda aquí, ¿al final Daniel se quedará con la presidencia? Porque yo ya tuve suficiente con un ogro” Marcela gruñó molesta “bueno digo, a mi no me molesta mucho, mientras no me toquen mi zona, para mí perfecto ¿será un aire no crees, March? ¿crees que Daniel me aceptaría una copa?”

Marcela alzó su ceja con burla, ahora que Daniel tenía un noviazgo con Beatriz, y además él no iba para ese lado, dudaba mucho de que le prestara la mínima atención a Hugo.

“tal vez ¿Quién sabe? Después terminamos siendo familia” dijo encogiéndose de hombros y riendo por imaginarse tal situación “¿hablaste ya con Beatriz?”

“obvio que no ¿por qué ustedes me preguntan eso, ah? ¿creen que quiero verle la cara a ese monstruo transformado después de llegar con todas las buenas vibras? Se me baja la presión de solo imaginarlo.”

“Pues deberías, antes de que se nos monte encima y nos embruje” dijo con una sonrisa burlesca.

*

Mientras Marcela y Hugo se burlaban de la presidente, esta seguía en su oficina viendo los informes de puntos de venta e ideando nuevas estrategias para la nueva colección.

Cuando el teléfono de la oficina sonó, llego a saltar en su asiento pues no lo esperaba, estaba muy concentrada en sus quehaceres. Contestó de inmediato para no interrumpir sus escritos.

“¿sí?”

“doctora Betty, no sé si le han dicho pero ya volvió don Hugo de su viaje”

Soltó un suspiro de alivio, pensó que tendría que esperar más tiempo por él.

“Qué bien... Aura María, necesito que lo cite a él, y a los demás ejecutivos para una junta extraordinaria, ah y doña a Catalina Ángel también, por favor”

El tiempo pasaba, las cifras mejoraban y necesitaban lanzar otra colección cuanto antes. Tomó todo lo que necesitaba para la reunión y fue a la sala de juntas.

En ese mismo momento, Marcela y Hugo iban saliendo de la oficina cuando se encontraron con Daniel Valencia.

“Uy, miren con quién me encuentro acá, con el solterón, Daniel Valencia”

“Pensé que tendría la dicha de no verte nunca más, Hugo” sonríe.

“Pero si Ecomoda no es Ecomoda sin mí, Cuéntame ¿qué haces por acá?”

Daniel sonrió y siguió su camino ignorando su pregunta.

*

El doctor Valencia fue el primero en entrar a la sala de juntas, o eso creía él, hasta que vio a Gutiérrez y a Nicolás Mora sentado al lado de su novia. Debido a que el filipichin aún no le caía del todo bien, decidió sentarse al lado de Betty para no quitarle los ojos de encima.

Cuando Hugo vio a la economista la saludó con ironía, y Beatriz le respondió de la misma forma, lo que le sorprendió al igual que a Marcela, pero prefirió no contestarle.

Siguió conversando con su compañera hasta que se sentaron, le habló de sus viajes, las modelos que había visto y los diseñadores que había conocido. Mientras tanto, Nicolás le hablaba, muy de cerca, a Betty sobre las últimas noticias de Economía.

"Bueno, ¿empezamos o qué? no tengo todo el santo día" dijo Daniel molesto por la cercanía del vicepresidente financiero.

“Sí” respondió esta “Bien, según los últimos reportes del departamento de puntos de venta, la colección pasada fue muy bien. Ya estamos solucionando la mayoría de los problemas con los bancos”

“Así es” afirmó Nicolás.

“Necesitamos lanzar una próxima colección, gracias a la fama que hemos creado, la gente está muy interesada... Eh, don Hugo ¿usted tiene listos los bocetos para la siguiente colección?” Preguntó interrumpiendo su conversación con Marcela.

“Bueno, estuve por unos lugares, ni te imaginas March- Eh doctora, usted comprenderá que yo necesito mi tiempo para crear nuevos diseños, necesito inspiración, yo tomé esas vacaciones para relajarme no para trabajar ¿entiende?”

“Claro que sí, don Hugo”

A pesar de sus comentarios cargados de ironía, la junta siguió su rumbo. Mientras que afuera de la sala, las secretarias peleaban.

“Mire pechugín yo hago lo que quiero, si no quiero contestar el teléfono no lo hago”. Le dijo Patricia entre dientes, cortando la llamada.

“Escuche peliteñida, y si los que la llaman no son ese montón de gente a la que usted le debe plata, sino un cliente importante, Ehh  ¿acaso no va contestar?” reprochó con las manos en la cintura de pie en su escritorio.

“No sea metida pechugín, ese problema no es suyo, así que mire a ver que se pone hacer y déjeme en paz”. Pidió moviendo su cabello a un lado, dando por finalizada su conversación con la ex recepcionista.

Aura María estaba por ir a su escritorio para hacerle frente cuando el timbre del ascensor sonó y de el salió un hombre alto, con el cabello castaño y facciones de otro planeta, con las manos en los bolsillos de su pantalón.

Miró a su alrededor confundido, y
Aura María, después de observarlo unos segundos, fue corriendo hasta a él antes que llegase la peliteñida a acosarlo.

“Sí, a la orden” le dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

“Vengo a buscar a Beatriz Pinzón Solano” contestó con un inconfundible acento francés.

“ah y ¿quién la necesita?”

“Michel Doinel”

Inmediatamente después de escucharlo hablar, Sandra corrió hacia Aura María y le afirmó que ese era el francés de Cartagena.

“Ay, sí, ese papasote es el de la foto” le dijo en voz baja.

“Oigan, ¿qué es esa forma de recibir a un invitado? Sean decentes” les reclamó Patricia desde su escritorio, preparándose para ir a saludarlo.

“Usted se calla peliteñida metida... Ay que pena con usted. Mire, Betty está en una junta en este momento pero le informaré que usted esta aquí, permiso”

Aura María debatió si sería prudente avisarle a Beatriz o no. La presidente solo dejaba que la interrumpieran cuando era importante, y Michel dijo que la iba a "buscar". Después de minutos indecisos, decidió ir a la sala de juntas.

“Ay, que pena con ustedes” se disculpó apenas abrió la puerta “Betty usted me dio permiso para interrumpirla en cosas importantes ¿verdad?”

“Sí Aura María, ¿qué pasa?”

Todos en la sala de juntas la miraban con el ceño fruncido, especialmente Marcela y Daniel, quiénes esperaban que hablase luego para continuar con la junta.

“Este... hay un señor afuera que la está buscando, se llama Michel Doinel”

***

Qué pena con ustedes por la tardanza, inserte voz de BP.

Gracias por leer:)
Y también gracias a mi estimada Anavrin7w7 por ayudarme con el capítulo <3
2/5

Yo soy Betty, la fea; Betty × DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora