Capítulo 22

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Capítulo 22:-

Beatriz no sabía como reaccionar aún, lo único que quería era irse de ese lugar y desaparecer.

"Doctor, ambos sabemos que él no se va a ir, es mejor que nos vayamos" Betty se levantó para irse pero Daniel la detuvo.

"Beatriz, aquí hay cosas sin resolver... Y si algún día llegáramos a tener una relación no quiero que esté el lío de Armando Mendoza ahí" Le habló serio y firme, aunque no entendía por completo lo que pasaba. "Tiene que solucionar ese problema pero no hoy, si quiere irse nos vamos, Armando ya nos dañó la noche" Betty asintió de acuerdo "Pero antes tengo que ir al baño, aprovecharé de pedir la cuenta"

Asintió hacía ella, se levantó del asiento y se fue. Mientras caminaba, iba asimilando lo que había escuchado decir a Armando, aunque le costaba ¿Él enamorado de Beatriz desde hace tiempo? ¿Desde hace cuánto? Debía saber esas respuestas, después de todo, su hermana estuvo a pocas horas de casarse con él. Aunque estaba convencido de que Beatriz algún día le contaría lo que había pasado entre ellos dos pero esperaba que fuese lo más pronto posible.

Armando sentía un ardor en el pecho, como si un cuchillo le estuviese traspasando el corazón, y no sólo sentía celos, sino también traición, dolor y desamor. Le había dolido ver a Beatriz con Daniel pero le había dolido más que ella lo prefiriera antes que a él. Cuando pensó que había perdido la guerra y estaba apunto de hundirse vio su salvación a pocos metros de él. Ahí estaba en el club, el cantante venezolano Ricardo Montaner.

Se le acercó para pedirle que le dedicara una canción a Betty, le explicó que esa era su última oportunidad para no perderla.  Montaner le dijo que él no daba serenatas, pero Armando le rogó tanto que al final, después de regañarlo por leer el diario de Betty, le dijo que lo ayudaría. 

Armando sentía que le volvía el alma al cuerpo, poco a poco iba viendo un rayo de esperanza. No había forma que Betty no cayera.

Montaner se subió a la tarima y las personas que estaban allí hicieron un bullicio, pues varios conocían su carrera musical y se sorprendieron al verlo. El cantante anunció que le habían pedido dar una serenata y Beatriz miró extrañada, tenía un mal presentimiento.

"Armando, tú nunca me dijiste cuál es el nombre de la persona que tú amas, pero si me lo dices yo le dedico está canción"

"Se llama Betty" gritó desde dónde estaba.

Betty no lo podía creer, quería huir de ahí. Se levantó dispuesta a irse pero ya era tarde. Ricardo Montaner había empezado a cantar, mirándola fijamente y todas las personas alrededor se habían dado cuenta de quién era ella.

Bésame la boca con tu lagrima de risa
Bésame la luna y tapa el sol con el pulgar
Bésame el espacio entre mi cuerpo y tu silueta
Y al mar más profundo bésale con tu humedad

Armando recordó todos los besos que habían compartido, y lo mucho que la extrañaba. Desde dónde estaba, la miraba angustiado, sintiéndose culpable por lo que le había hecho e inútil por no poder acercarse a ella de otra forma.

Bésame el susurro que me hiciste en el oído
Besa el recorrido de mis manos a tu altar
Con agua bendita de tu fuente, bésame toda la frente
Que me bautiza y me bendice esa manera de besar.

Daniel salió del baño y escuchó a Ricardo Montaner cantar, se acercó extrañado a su mesa y vio que le estaba cantando a Betty y que a unos pasos se encontraba Armando, mirándola.

Por primera vez en su vida se sintió inseguro. Hace algunos minutos, no tenía ni idea de que entre Beatriz y Armando había pasado algo, no sabía nada de su relación. Solo tenía la certeza de que Armando le había hecho daño y quería recuperarla, pero eso no lo tranquilizaba pues menos sabía si los sentimientos de Betty hacía Armando eran fuertes o no. Aunque ella le había dado una oportunidad, nada era seguro todavía.

Yo soy Betty, la fea; Betty × DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora