¿Papi está ahí?

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Mordred

—Entonces... ¿Se volvió viral?

—Si.

—Mierda.

Mordred fulminó con la mirada a su invitada, Medea estaba riéndose con descaro por la mala suerte de la chica.

—Vamos, no pongas esa cara. Los comentarios hacia tu persona son bastante buenos... Creo que algunos lo son demasiado...

—Supongo... Lo que no entiendo es porqué Aquiles y Cú se desnudaron también.

—Creo que eso fue más por orgullo masculino. Yo tampoco entiendo del todo como funciona, digo, Jason era un imbécil y cuando se trataba de su orgullo, lo era más.

—¿Entonces porque el bombón amargado no lo hizo?

—Porque no tiene orgullo. O quién sabe, a lo mejor no le dieron la motivación correcta.

Me quedé pensando, tal vez ella tiene razón. ¿Cómo podría picar su orgullo aparentemente inexistente? ¿Comida? Es posible, pero yo misma no soy tan buena cocinera como él y queda descartado.

—Sexo.

—¿Perdón?

Me quedé confusa ante su intervención.

—Debes intentar molestarlo con respecto al sexo. Parece ser un hombre experimentado, así que puede ser una buena forma de provocar su ira.

—¿Acaso estás loca? El tipo es capaz de colgarme en un poste con solo mi ropa interior si me atreviera a hacer algo semejante.

La hechicera ocultó una sonrisa burlona que ocultó hábilmente detrás de su taza de té, fingiendo que bebía. No iba a desaprovechar la oportunidad de molestar al hombre de rojo, pero sabía que en una batalla frontal sería despedazada, así que prefiere usar las cosas que mejor sabe hacer, engaño y sutil manipulación.

—Si fueras cualquier otra mujer, probablemente lo haría. Pero eres hija de quien fue su amor de la juventud, tienes cierto parecido físico. Dudo mucho que intente humillarte porque visualmente sería como humillar a tu padre.

Probablemente Medea tuviera razón, pero no estaba dispuesta a admitirlo frente a ella, no quiero agrandar su ego.

—Aún así creo que sería un poco chocante, es como cuando te metes con el ex de tu mejor amiga, aunque en mi caso sería el ex de mi “Padre”.

Di un largo trago a mi taza de té, un poco desanimada, pero aún tenía cosas que hacer. Iba a decir algo más cuando abrieron la puerta abruptamente.

—¡¿Qué demonios quieres Enkidu?!

La hechicera griega ladró de mal humor a su invitado no deseado.

—Sólo vine por Gil, de seguro debe estar fuera de combate luego de la borrachera y la noche de sexo duro.

Luego ignoró los llamados de la mujer, que rápidamente corrió detrás de él, luego de ver que se metía en su habitación.

—Espera... ¿Papi esta ahí?

Pregunté al aire, luego de escuchar el griterío en la habitación contigua.

El Héroe de los Fracasados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora