La Guardia del León : Tú eres mi único Amor

Episodio 02

░Danza de los Destinos░

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Kion estaba en las praderas cuando vio la figura de Zazu acercándose con esa rigidez formal que lo caracterizaba. El joven príncipe se enderezó, intuyendo que la visita no era casual.

—Su Alteza —anunció Zazú, haciendo una breve reverencia—. Su padre solicita su presencia en la oficina. Desea hablar con usted... con urgencia.

Kion asintió, aunque sintió un ligero peso en el estómago. Después de la conversación con su madre, no podía evitar temer lo que Simba pudiera decirle.

Tras un breve trayecto, llegó a la oficina de su padre. Simba estaba de pie, de espaldas, mirando por la ventana como si el paisaje le diera respuestas que no podía encontrar en ningún otro lugar. Al escuchar la puerta, se giró lentamente y le indicó a Kion que tomara asiento con un gesto.

—Padre —saludó Kion, con respeto y a la vez algo de tensión. Simba asintió y le devolvió la inclinación de cabeza, con una mirada seria y evaluadora.

—Siéntate, hijo —dijo Simba, sin la calidez que acostumbraba tener en sus palabras. El tono formal de su voz advertía a Kion que el tema de conversación era uno serio y delicado.

Kion obedeció, sentándose frente a su padre mientras Simba volvía a su lugar tras el escritorio. Hubo un breve silencio, cargado de expectativa.

—Kion, sabes bien que la corona conlleva responsabilidades... y sacrificios —comenzó Simba, sin rodeos—. A lo largo de los siglos, los reyes han tenido que tomar decisiones difíciles para asegurar la estabilidad y la prosperidad del reino. Esas decisiones... no siempre son fáciles, pero son necesarias.

Kion lo escuchaba, ya con una idea bastante clara de hacia dónde se dirigía la conversación. Tras lo que había hablado con su madre, no le quedaba mucho por suponer. Tomó una inspiración profunda y decidió enfrentar el tema de una vez.

—Padre, sé que esta conversación no se trata solo de "sacrificios" y "responsabilidades" —dijo, manteniendo su mirada fija en la de Simba—. Hablé con mamá. ¿Es cierto que estás considerando casarme con una princesa extranjera?

Simba hizo una pausa, su expresión se endureció y, finalmente, asintió.

—Así es. Es una propuesta de alianza que fortalecería el vínculo entre reinos. La unión entre dos dinastías es uno de los pilares que aseguran la paz, Kion. Tú, más que nadie, deberías comprender la importancia de las alianzas políticas.

Kion apretó los puños sobre sus rodillas, conteniendo la frustración que iba creciendo en su pecho.

—No quiero casarme, padre —respondió con firmeza—. No es algo que desee y creo que tengo derecho a decidir sobre mi vida. Kiara tuvo la oportunidad de elegir a alguien con quien compartir su futuro, alguien que ama. No veo por qué yo no debería tener la misma libertad.

Simba lo miró con ojos severos, pero mantuvo la calma, aunque sus palabras eran cortantes.

—La situación con Kiara fue... particular. Ella intervino directamente en el conflicto con Zira, y Kovu demostró ser un aliado fiel y un hombre leal —explicó Simba, aunque Kion sintió que había algo forzado en su respuesta, como si el elogio a Kovu no fuera del todo genuino—. Ella actuó en beneficio del reino, y Kovu resultó ser una elección adecuada... aunque, para ser sincero —agregó, suavizando un poco su voz—, yo mismo no estaba del todo convencido.

—Entonces, ¿por qué yo no puedo elegir a alguien a quien amo? —dijo Kion, elevando la voz, sin percatarse del malestar que se había apoderado del rey.