Un olor agradable llegó hasta su nariz, era el típico olor que uno sentía cuando abría la puerta de un Starbucks, ese olor a café recién hecho con una mezcla un tanto dulzona para su gusto, posiblemente era olor a capuchino. Era, si no se equivocaba, la cuarta vez que sentía ese olor estando en un atraco de Kid. Era un olor que siempre le había agradado, un olor que le encantaba y que realmente quería saber a quién le pertenecía. A cada robo que asistía en donde el ladrón de la luna plateada estaba involucrado, el detective terminaba olisqueando a cada persona, buscando ese olor, pero nunca encontraba ese olor, siempre desaparecía antes de que el pudiese encontrar su procedencia.
Pero esta vez había sido diferente, en vez de desaparecer o mezclarse con cualquier otro aroma, se intensificaba y comenzaba a abrumar a la cuarta parte de los presentes. Muchos comenzaron a murmurar, había un omega en celo y sus feromonas se sentían en todo el museo.
El pequeño detective se puso a buscar el olor, olvidando por un momento que estaba allí para capturar a Kid, pero de la nada las luces se fueron, Kid hizo aparición y se llevó la joya que había anunciado que iba a robar. Conan, olvidando por un segundo el olor, siguió el rastro de Kid, pero a cada paso que daba sentía que ese olor a mokkaccino que iba incrementando y nublado un poco sus otros sentidos.
Finalmente llegó a una habitación, una bodega improvisada, allí las feromonas se hacían cada vez más fuerte. Conan se tapó la nariz con un pañuelo y entró. Él era un alfa, pero siendo Conan no presentaba su casta real ni tampoco emitía feromonas, lo único que lograba emitir era un tenue olor a jazmines que era por ser un crío todavía.
El chico abrió la puerta, descubriendo una gran cantidad de cajas a medio abrir y embaladas, a cada paso que daba ese magnífico olor se hacía más fuerte. Para finalmente encontrarse a Kid, apoyado su hombro contra la pared mientras intentaba mantenerse en pie.
— ¿Kid estás bien?
— No te acerques Meitantei —rogó intentando ahogar un gemido.
— ¿Qué ocurre? —Se acercó a pesar de las advertencias.
Allí fue cuando el mago cayó al suelo, temblaba, sus piernas le fallaron y en cuanto tocó el suelo pudo sentir el contraste entre la temperatura del piso y de su cuerpo.
El niño rápidamente llegó a su lado, notando el rubor en su rostro, con las gotas de sudor que caían desde frente, la respiración entrecortada y los pequeños espasmos que le deban cada cierto tiempo.
El detective abrió los ojos de par en par sorprendido. Kaitou Kid era un omega y en pleno atraco había venido de visita su celo. ¿Cómo es que hasta ahora no habían notado que Kid era un omega y como justamente ese día el ladrón había entrado en celo?
— ¿Tienes un inhibidor...?
—Tócame... —gimoteó
El chico quedó helado. Obviamente esas palabras venían de parte del lado Omega del ladrón.
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My Little Alpha [Kaicon/Conkai]
FanfictionUn olor agradable llega hasta la nariz del pequeño detective estando en medio de un atraco de Kaitou Kid, al ir tras el origen de ese aroma descubre que proviene de un omega y ese omega no es nada más ni menos que el mismísimo ladrón fantasma Kaitou...