Capítulo ( 13 ): El tobillo torcido

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Capítulo 13: El tobillo torcido

—Bueno, ¿Y cómo estan los bebés grandes de ese enano gruñón? En cualquier momento superan en altura a su padre.— Hange hacía caras raras frente a Reiji mientras hablaba con Mikasa, a la que se le había encontrado en un pasillo con los dos niños sostenidos en su pouch que rodeaba su torso. Reiji estaba en su pecho reaccionando a las expresiones faciales de Hange mientras que Rachel jugueteaba con la punta de los cabellos en su nuca (la obligó a tomar la desición de cortarse de nuevo el pelo después de varios jalones bastantes fuertes) medio dormida del cansancio de jugar y parlotear palabras, algunas entendibles y otras no.

—¿Es normal que crezcan tan rápido?

—Quizás debe ser porque no heredaron la altura del enano.

Mikasa y Hange rieron por el comentario pero se callaron abruptamente por fuertes pasos que aumentaban cada vez más en su dirección.

—¡Mikasa!

Sasha entró sin preocupaciones y jadeante por aire, de manera que exaltó tanto a la azabache como a la castaña de lentes.

Es Levi.

...

En una habitación de la sala de urgencias más cercana a donde estaba, Levi estaba frunciendo el ceño lo más que podía por la situación. Ya había vivido una vez el dolor de un tobillo torcido al salvar a una Mikasa con una panza de unos seis o siete meses de resbalarse en una calle congelada por el frío y nevoso invierno. Fue él solo a una revisión de paso a su casa pero no era para nada grave, el dolor era soportable y el descanso era solo unos días.

Más esta vez, sí no estuviera rodeado de personas, maldeciría las más "dulces" y "encantadoras" palabras por unos buenos minutos.

—¡Tch!— se quejó otra vez. El doctor había perdido la cuenta a partir del número 34.— Ya he dicho que estoy bien, solo me "enganche" un pie.— Levi estaba indignado, había repetido varias veces a Erwin y al idiota de Nile que no era nada grave, pero como estos hombres eran tan testarudos que lo llevaron de todas formas a un hospital. Aunque era entendible, después de varios insultos, malas palabras y expresiones de dolor de Levi al apoyar el pie del tobillo herido, ya era preocupante y no dejarían que justamente el cabezota de Levi se resista a una consulta.

—Señor, su pie está claramente herido, no podrá caminar de manera correcta durante varios días.— comento el médico que lo atendía. Se escucharon golpes suaves en la puerta y el hombre pregunto quién era.

—Buenas tardes, soy la novia, una amiga me dijo que estarían aquí.— habló con un poco de apuro, estaba algo nerviosa.

—Oh, si, pase, debe ser Mikasa. Su novio se tropezó en una escalera y para amortiguar el golpe, terminó torciendose el tobillo.

—No es grave, ¿Verdad?

—No, solo tendrá que hacer una dos o tres semanas de reposo.

—Esta bien. Gracias.

El hombre anciano se retiró unos momentos de la habitación, dejando solos a la pareja de Ackermans. Mikasa se acercó a Levi y corrió de la cara uno de los pelos de su flequillo que tapaban su reconocible entrecejo fruncido.

—¿Cómo estás?— preguntó en un tono divertido.

—Indignado. Nadie me escucha y siento que moriré con la cantidad de olor a muerto en este lugar. Esas dos lacras humanas...— Levi se quejó de la situación en la que lo obligaron a estar Erwin y Nile.

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