Capítulo ( 17 ): Decisiones

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Capítulo 17: Decisiones

Levi y Mikasa salieron de las oficinas cuando la lluvia que cayó sobre la ciudad iba disminuyendo a solo un rocio leve. Aún así, usaron paraguas hasta llegar al estacionamiento, nunca se sabía con el clima que era normal o loco cuando se le antojaba.

Hicieron la misma rutina de todos los días cuando se iban del trabajo: sentar a los mellizos en sus asientos de la parte trasera del auto, subirse ellos en la delantera (después de asegurarse que a los dos no les diera el capricho de "no quiero separarme de mami ni aunque este delante mío" e hiciera que Mikasa fuera en la parte de atrás y luego emprender viaje a su casa. Era simple y nada fuera de lo normal.

Lo que sí no fue normal fue lo callada y pensativa que se veía Mikasa. Levi la observaba de reojo, había puesto la radio y sonaba unas de sus canciones favoritas y ella ni la estaba tarareando. En un semáforo en rojo, primero vio por el retrovisor el reflejo de sus hijos peleando por un diminuto peluche de un pollito que les había hecho su abuela materna. Luego se dirigió a Mikasa, sacándola de sus pensamientos.

—¿Qué te pasa?— pregunta directamente viéndola a los ojos. Mikasa deja de mirar a la nada y forma contacto visual con su novio.

—¿A mí? Nada.— Mikasa niega con la cabeza al responder pero cuando Levi iba a regresar la mirada al semáforo para corroborar si estaba en verde, ella agrega:—Solo estoy pensando en algo...

—¿Me lo quieres contar?— preguntó volviendo su vista en ella.

—Más tarde.— y da por finalizada la charla. Los quejidos de sus hijos peleándose atrás se hicieron presentes en el ambiente una vez más.

Cuando llegaron al departamento, Levi se llevó a los niños a cambiarse de ropa por una cita al pediatra que tenían pendiente después de su almuerzo mientras Mikasa cocinaba la comida. Almorzaron en armonía hasta que llegó la hora de ir al médico.

La espera a la cita no fue larga y los hicieron pasar a los diez minutos de estar esperando. Cómo se esperaba, los niños estaban totalmente sanos aunque eso no haría a Levi bajar la guardia durante el siguiente invierno que venía por seguramente enfermedades o gripes.

Regresaron a su casa cuando estaba anocheciendo, tardaron un tiempo debido a que decidieron comprar helado de postre en su heladería favorita. Más que nada por capricho y antojo.

Los mellizos quedaron en la sala de estar, sentados en la alfombra mientras jugaban y a veces dirigían la mirada a los dibujos animados que les había dejado sus padres para que vean. Levi acompaño a Mikasa a la cocina mientras ella se llenaba un vaso de agua. Ahí empezó a hablar.

—Estoy pensando en renunciar.— inició yendo directamente al punto principal.

Levi se sorprendió aunque en su rostro solo haya mostrado un levantamiento de cejas.—¿Huh? ¿En serio?— Mikasa asintió después de beber—. ¿Pasó algo?

La azabache suspiró.—He estado sintiendo últimamente... Qué este sector no es lo mío. Sé que lo hago bien pero... No me siento...

—¿Cómoda? ¿Satisfecha?

—No creo que sean esos términos... El ambiente es bueno pero a veces me mata de estrés... ¿Y satisfecha? El pago es bueno pero esos no son los problemas. No sé describirlo.

—¿Contenta?— Mikasa hizo un ademán indicando que era más o menos lo que sentía. Levi decidió no intentar aclarar más lo que sentía Mikasa sobre su laburo. Después de todo tampoco es que le debiera explicaciones.— ¿Donde piensas trabajar?

—¿No te molesta?— Mikasa frunció el ceño, confundida.

—¿Por qué? Son tus decisiones después de todo.— Ambos se dedican una sonrisa íntima y tierna entre ellos, Mikasa incluso se sonroja levemente. Levi cambia el tema y lo dirige a su anterior pregunta—. ¿Donde trabajarás?

—Vi puestos para la empresa de modas de Historia. Y sí no me contratan, tengo otras opciones.

—Ya veo.— Levi se acercó a ella y posó sus manos en su cintura, acercándola a él.— Bueno, lo conseguirás, eso es seguro.

—Tienes mucha confianza en mí.

—Porque confío en ti. Eres más de lo que se espera.— Mikasa sonríe, él no habla solo de su experiencia laboral.

Levi la besa y Mikasa corresponde como siempre. Pero el beso es interrumpido por varios quejidos y golpes en la pierna del hombre. El azabache baja la mirada y es su hijo, Reiji, quien tiene la misma cara como cuando él se enoja.

—¡No! ¡Papá no!— se queja fuertemente Reiji en exclamos.

—¿No puedo abrazar a mami?— pregunta Levi siguiendo el mismo teatro que su hijo estaba haciendo solo por una muestra de cariño a su novia.

—¡No!— vuelve a negar Reiji.

—Que pena, mami es mía.— en realidad, Levi nunca había declarado a Mikasa como que solo le pertenecía a él más que en sus relaciones sexuales cuando ella le pedía que le dijera que era solo suya por excitación pero nada más que eso, aunque tenía que admitir que le gustaba decir que Mikasa era de él y él de ella, en broma o no.

Reiji volvió a chillar.—¡No!

—Sí, lo es. Y ahora me la voy a llevar.— apenas termino de decirlo, paso un brazo por atrás de las rodillas de Mikasa y el otro por su torso y se la llevó.

—¡Levi!— exclamó Mikasa sorprendida, no le había dado ni tiempo de analizar lo que dijo. Y tampoco pudo salirse de su agarre porque el susodicho estaba huyendo con ella en su hombro mientras Reiji los perseguía con sus pasitos aún torpes y entre sus alaridos por su madre "secuestrada". Rachel también se les unió aún sin entender la situación, solo quería divertirse. Eran como dos patitos, uno llorando y otro riendo.

No duró mucho su juego, fueron desde la cocina hasta la sala de estar donde Reiji cayó sentado mientras lloraba por no poder alcanzar a su madre. Levi bajó a Mikasa de sus brazos y ella se sentó junto con su hijo lloriqueando.

—Bueno ya, no lo es. Toda tuya tu mami.— el padre se hincó ante la vista de su novia e hijo que cuando vio a su madre, al instante dejó de llorar y la abrazó por el cuello.

—¡Mía!— gritó por última vez el niño.

—Sí, sí, ya entendí.— Levi volvió a repetir.

Durante la semana, los amigos del trabajo de Mikasa se enteran de la próxima renuncia de la susodicha y le hacen una "fiesta" de despedida como si estuviera a punto de irse del país. El jueves, Erwin acepta su renuncia y le desea lo mejor en su campo laboral y también le avisa que algún día irá a visitar a Levi y sus hijos en su apartamento, Mikasa responde que es bienvenido cuando quiera.

El viernes, Levi se toma el día libre para cuidar de sus hijos mientras que Mikasa se iba a su primera entrevista de trabajo en la empresa de Historia. La mujer de cabello rubio se sorprendió y alegró al verla pero aún así conservo el profesionalismo con ella, aunque no había mucha diferencia, Hisu seguía siendo igual de agradable como con sus amigos.

Mikasa llegó a su casa a las 2:30 PM con algunas bolsas de más. Levi supo cómo le fue en la entrevista apenas vio su actitud al entrar a su hogar. Estaba de muy buen humor cuando su novio e hijos la recibieron.

Mientras cocinaban, Levi la abrazó por la espalda y atrevidamente empezó a recorrer con sus manos el cuerpo de su mujer. Se acercó a su oído y le susurró.

—Entonces... ¿Quieres celebrar por tu nuevo trabajo?

Mikasa le corrió la cara con una mano mientras reía algo avergonzada, pero era seguro que aceptaría su propuesta por la noche.

...


verdad que te engañe?

todavía no creo que sea momento de smut sorry soy una cobarde 😩

fue re fácil este capítulo y estoy contenta 👍 aunque el título lo voy a cambiar cuando se me ocurra algo mejor que ese

gracias por leer 💗

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