Prefacio.

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El automóvil se alejo dejando a la niña en la solitaria carretera.

Ella Llevaba solamente una fina camiseta de algodón que parecía no ser de su talla junto a unas zapatillas desgastadas. Tembló de frió.

La espesa neblina que se disipaba en el lugar tapada gran parte de su visión. 

—No le digas nada a nadie pequeño monstruo. No te comportes como una una niña mala. —El susurro en su oído.— Haz como si nada de esto hubiera pasado y así nunca mas volverás a saber de mi. ¿O acaso quieres que vuelva por ti?

Recordó las palabras del hombre y negó con la cabeza repetidas veces.

Si Había algo que ella sabia es que no quería volver a estar nunca con el. 

Se sentó en la orilla del camino y espero. 

Mamá vendrá por mi. 

Pensó y sonrió. 

Un nuevo automóvil se detuvo a su lado y de este bajo una mujer junto a su esposo que tria en brazos a un bebé.  

No es mamá. 

De pronto las ganas de llorar la invadieron. 

¿Que se sentirá que te lleven en los brazos?

Se pregunto.

Hace mucho que nadie hacia eso con ella. 

La pequeña aparto la vista de la familia y permaneció mirando el suelo esperando que se fueran. 

—Pobrecilla ¿Te has perdido cariño? —La maternal voz de la mujer hizo que la mirara, esta le sonrió. 

No le digas nada a nadie pequeño monstruo. No te comportes como una una niña mala.

Las palabras de aquel hombre se repitieron en su cabeza. 

—¿Donde esta tu mamá? —Volvio a preguntar. 

Permaneció en silencio. 

Ni siquiera lo sabia. 

—Debe estar asustada. —La mujer miro a su esposo. —Spencer debemos llevarla a la comisaria, aquí no hay nadie mas, sus padres la deben estar buscando.  —El asintió.  

—Ven cariño, iremos a encontrar a tu familia. —Tomo su mano he hizo que la niña se levantara.  

Comenzó a temblar. No quería que el volviera, no quería que la buscaran. Ella solo quería a su mamá. 

—Vamos, no pasara nada. —La mujer insistió y la guió hacia el pequeño automóvil. 

Se sentó en la parte trasera y jugo con sus dedos, esperando. 

La comisaria parecía no estar tan lejos, porque llegaron en lo que ella considero poco tiempo. 

Bajo junto a la mujer y ella la entrego a los policías.

—No te preocupes cielo, vendrá. —Le dijo antes de despedirse con un beso en su mejilla. 

Se sintió mareada. 

Sabia que ella ya no vendría. 

Voces le comenzaron a hablar, preguntando quienes eran sus padres y como se llamaba.

Pero ella no podía hablar y hace mucho tiempo había olvidado la respuesta.

Battle CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora