Capítulo uno.

1.4K 107 15
                                    

 Desperté de la vieja pesadilla cuando el motor del automóvil paro.

Me recompuse restregando mis ojos y sacando la manta que habían puesto en mis piernas. Ese sueño me arrastraba hasta el fondo y yo mientras trataba de orientarme y recordar donde estaba.

No me  hallaba ahí.

Ahora estaba en la pequeña localidad de Forks, en medio de la mudanza que Amy y John habían preparado. O mis padres, como preferían que los llamara. 

  

   

Ellos me habían adoptado cuando tenia seis años. 

Desde que los policías no encontraron respuesta de mi parte, y ya que con el pasar de las horas nadie parecía estar buscando a una niña extraviada de cuatro años, me llevaron a un orfanato. 

Ahí pase los siguientes dos años de mi vida, apartada del mundo, sin hablar. 

El médico del lugar decía que era autista o que tal vez padecia algún trastorno por estrés postraumatico, lo que impedía que hablara. Pero jamas pudieron llegar a una

Cuando Amy y John llegaron al orfanato jamas pensé que adoptarían a una niña que mentalmente en ese momento parecía ser insana, como muchos lo decían. 

Pero Amy insistió en que había quedado encantada de mi. 

Y ahora habiendo vivido mas de once años con ellos, he aceptado que se encontraban solo un poco desequilibrados. Quiero decir, Amy era un intento de hippie y John un rockero frustrado. 

  

  

—Y bueno ¿Que es lo que piensan? —Mi padre salio entusiasmado del pequeño automóvil abriendo nuestras puertas y elevando sus manos exageradamente hacia la gran y antigua casa que se encontraba al frente. 

—Es perfecta querido. —Mi madre salto de la emoción a sus brazos. —Me imagino regando las múltiples flores que pondré en esa orilla y pintando los cuadros al aire libre, me encanta. 

Sonreí. 

—Y Claire ¿Te gusta? —El uso esa mirada tierna que solía poner cuando quería conseguir algo conmigo. 

Observe la casa. 

Realmente era muy antigua, quizás no tanto, pero se encontraba lo suficientemente descuidada como para que asi lo pareciera. 

Tenia unos cuantos vidrios rotos y la pintura gastada. 

Pero sabia que mi aprobación era muy importante para el. 

—Me gusta mucho John. —Me uní a su abrazo, el cual recibieron con gusto.  

  

  

Luego de que ellos me hubieran adoptado, fue un año completo de lucha esperando a que por fin les dijera algo. 

Amy insistía en que no debían presionarme y que no quería que ningún médico de medicina convencional me examinara. Incluso dijo que aunque no estuviera preparada para hablar nunca, ella me seguiría queriendo. 

Fue en ese momento cuando descubrí mi amor por la literatura ya que ellos, en especial John, me compraban libros de cada ciudad a la que visitaban. 

Battle CryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora