No podía entender como Jeon Jungkook podía dormir en esta situación. Si me duermo siento que no me podré defender si entra alguno de esos montruos.
Tenía mis piernas abrazadas y de ves en cuando miraba mi móvil para fijarme en la hora. Ya tenía la mochila preparada y le di las llaves de mi auto a mi vecino para cuando llegue Jimin sea sólo correr y meterme en su auto.
— ¿No dormirás un poco?— brinqué en mi lugar cuando sentí la voz del que dormía.
— Es imposible que lo haga con lo aterrada que estoy, duerme tu que puedes hacerlo.
— Te dije que estando aquí dentro no te va a pasar nada.
— Lo sé, pero mi imaginación es mayor y entonces le creo más a ella.— el chico niega y vuelve a retomar su posición anterior para seguir durmiendo— Por cierto ¿donde está tu cachorro?
— Murió— me sentí apenada por haber tocado ese tema— Gracias a él descubrí la existencia de esas cosas, los animales huelen el peligro.
— Lo siento...
— Y la señora Nam... también murió.
— Si— recordé esa imagen y me dieron escalofríos— Vi como ese extraño ser se la devoraba.
— Ella era como mi madre...
— ¿Y tus verdaderos padres?— quise saber.
— Mi madre falleció cuando tenía 12 años y mi papá trabaja en Seúl y viene de vez en cuando.
— Si estuvieras allá con él, no estuvieras pasando por esto.
— Tienes razón, pero no son horas de lamentaciones.— sentimos un ruido en la parte de afuera, que nos sacó de onda— Mantente callada.
El castaño caminó despacio hasta la ventana, sorprendiéndose al hacer a un lado la cortina. Yo aguanté un grito, al verlo brincar hacia atrás.
— Joder— dijo después de soltar un suspiro.— Es tu novio.
— Hay que abrirle rápido.
Me levanté a quitar un poco de muebles que estaban detrás de la puerta y cuando logré abrir, me le tiré encima dándole un fuerte abrazo.
— Al fin llegaste— lo beso varias veces y lo ví quejarse— ¿Te sucede algo?
— Me lastimé con el cuchillo— miro su mano y sangraba.
— Tenemos que vendarte, regreso enseguida...
— Espera— habla Jungkook, frenando mi caminar — Yo ya me iré, gracias por darme tu auto.
— ¿Le diste tu auto?— cuestionó Jimin.
— Si, él no tiene y a nosotros con uno nos basta.
— ¿Por qué crees que llegué caminando? Mi maldito auto se descompuso cuando doblaba la esquina, tenemos que irnos en el tuyo— apenada miré a Jungkook y él mordió su labio.
— No te preocupes— me da las llaves— ,ya me las resolveré.
— Ven con nosotros, después que me salvaste de ese monstruo y que te quedaste hacerme compañía, no puedo dejarte sólo.— miré a Jimin— ¿Verdad que no hay ningún problema con que vaya con nosotros?— quise confirmar.
— No, para nada— vuelve hacer una mueca, casi me olvidaba de su herida.
— Bueno Jungkook, ve por tus cosas aquí te esperamos.
— Gracias por la ayuda, regreso enseguida.— trotando va hasta el final del pasillo donde se encuentra la puerta que da al patio.
— Jimin, gracias por aceptar.
— Él cuidó de mi pequeña y le estoy agradecido— agarra mi cabeza y deja un beso en mi frente — Ve por la venda ¿si?
— ¡Oh!— salí corriendo hacia mi cuarto.
El me siguió y allí en mi cuarto le pude poner una pomada y la venda.
— Jimin ¿de dónde coño salieron esos bichos?
— Son llamados lungets JiSeo, supe que todo es culpa de un científico loco que buscaba resucitar a su hermana que acababa de morir de tuberculosis, la chica se convirtió en ese extraño bicho y contagió a todos los de el laboratorio, la plaga se fue expandiendo y por eso hay tantos de esos seres, todos los comparan con zombis la diferencia es que estos no buscan cerebro sino pulmones.
— Esto debe de ser una pesadilla— me levanté y caminé hacia afuera— Quisiera despertar de inmediato.
— Ojalá fuera así.
Desesperados toques en la puerta trasera se sintieron, y corrí a abrir.
— Diablos, casi me atrapa un monstruo de esos— respiraba agitado.
—¿Hay muchos allá afuera?
— Unos cuantos— traía con el un arma, y dos mochila.
— ¿De dónde sacaste eso?— preguntó Jimin.
— Es de mi padre, le gusta ir de caza.
— ¿La sabes utilizar?— está ves la curiosa fui yo.
— Si, él casi me obligó y antes lo odiaba por eso pero ahora se lo agradezco.
— Que bueno que sabes utilizarla— habló Jimin caminando hacia donde había dejado su mochila.— Debemos irnos ahora, antes que amanezca.
— Esos bichos no ven de noche ¿verdad? El que venía hacia mi sintió el ruido que hice al cruzar la cerca y por eso me atacó.
— Eso creo.
Llevé mi mochila a mi espalda y me preparé mentalmente para salir. Jimin tomó mi mano para tranquilizarme y besó mis labios.
— Todo saldrá bien— asentí, poniendo toda mi confianza en sus palabras.
— Hagan el menor ruido posible— sugiere Jungkook— Saldré primero.
Abre con lentitud la puerta y mira a todos lados para ver si había algún lungets de esos. Hace un ademán y lo seguimos con rapidez, hasta llegar al coche, pero todo se salió de control, cuando le quitamos el seguro al coche.
— Ahí vienen, daos prisa— yo me bloquee al sentir los rugidos, y Jimin tuvo que empujarme hacia el interior del auto.
Jimin puso el auto en marcha, atropellando a varios de esos montruos.
— Vienen muchos tras nosotros.— me aterroricé al ver aquella multitud de lungets.
— Nunca nos alcanzarán, no te preocupes.— el de pelos dorados me regala una sonrisa.— Cuando lleguemos a las afueras de la ciudad verás que ya no veremos más ninguno.
Ojalá y así sea. No quiero seguir viendo esos terroríficos seres que me están dejando la vida traumada.
Quería aclararles que los lungets fue algo que me inventé, lungs es pulmones en inglés y pues de ahí salió el nombre, en la multimedia dejé un ejemplo, para que tengan una muestra de cómo son.
Espero que les guste, la historia.
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Desastre en Daegu ➳ ᴘ.ᴊɪᴍɪɴ
Fiksi PenggemarEs difícil despertar y ver que todo ha cambiado. Aquella mañana Daegu se convirtió en una película de horror para todos sus habitantes. Unos seres extraños atacaron la ciudad, sin tener compasión de nadie y dejando a muchos sin sus familiares. Muy p...