Solo tenías un trabajo que hacer, solo uno. Y ese es cuidar de los gemelos Pines; a Dipper y a Mabel. No tenias que incendiar la casa, no darles dulces, no dejarlos dormir hasta tarde, no ponerles películas de terror y no consentirlos al punto de vo...
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Martes por la tarde, "bendito martes por la tarde" para los gemelos en sus primeras semanas de vacaciones de verano. Para Mabel y Dipper Pines era un milagro tener un día flojo. Ya que podían descansar del arduo trabajo que Bill los ponía hacer, mientras él cuidaba de la tienda o mejor dicho su ilusión hechas de sombras.
Pero este día el demonio solo dedico a poner el letrero de cerrado y descansar del fastidioso calor del verano y la molesta gente que se paraba a dar vueltas en la tienda, sin llegar a comprar nada.
El rubio no había tenido más opción más que dejar a los gemelos que se encargaran de su cuidado, excusándose de que tienen edad suficiente para verse por sí solos.
Pero antes, les había dejado bien claro a los gemelos Pines, de que no lo molestaran en su sagrado descanso para el demonio de los sueños. Aunque claramente sabía que un par de chicos de casi 10 años les valdría gorro su advertencia. Más cuando estaban en plenas vacaciones de verano significado de: diversión pura y sin límites.
Pero este día Bill no estaba al cien por ciento usando la razón de su cabeza, y su pequeño problema se iba agravando cada día más. ¿Qué hacer cuando tenías tus propias vacaciones planeadas? El demonio había preparado las mejores vacaciones de su vida, si no fuera por la petición de su amigo Stanford Pines y el trato que hicieron.
Solo quedaban 48 días para que finalizaran las vacaciones de los gemelos. Invoco su calendario y marcaba con una cruz quemada el cuadrito.
- Solo 48 días más. – Se repitió. – Y luego seré libre.
El demonio prefirió pedir comida rápida para tener más tiempo en controlar sus asuntos, debía admitir que no era excelente cocinando en el ámbito humano. Quiso evitar intoxicar nuevamente a los chicos, después de su intento de sopa de coditos. Nadie le dijo que los coditos eran una alegoría de harina y salsa de tomate nadando en agua caliente y condimentos. Antes de cortarle los codos a los cadáveres del panteón de la familia Valentino.
El día de hoy había torturado a toda una familia de ratones que se metió a su habitación, y todavía sediento de satisfacer varias necesidades de diversión y tortura no fue suficiente para el demonio.
- Esto es una mierda – Dejando de levitar el cadáver de un roedor. – Necesito salir de aquí... - Escuchaba mucho ruido afuera de la habitación y la risa de los gemelos correr por toda la cabaña. – ¿Y si los duermo? – Pensó el demonio, hartado de su aburrimiento. – Fez no se daría cuenta, incluso podría reemplazarlos por monos.
Lanzo una mirada al reloj de su bolsillo al darse cuenta que eran las dos de la tarde.
- ¡Mierda! – Se levantó de la cama apresurado. - Olvide alimentar a las sabandijas.
