Pasiones Rebeldes [#2 Pasiones-BL]

Capítulo 12 (Dereck)

Llego al pequeño claro del bosque a las afueras del pueblo, es el mismo lugar donde tuvimos el primer enfrentamiento con los híbridos varios meses atrás, continúa igual a como lo recuerda mi mente. Frente a mí se alza el antiguo hospital psiquiátrico, aún se puede sentir el olor de la sangre y carne putrefacta de todos los asesinatos ocurridos en este lugar en el tiempo que secuestraron a Tobías, quizás también de un poco antes. Las vegetaciones de los alrededores se entremezclan con la edificación creando algunas grietas en las paredes y provocando que el hospital luzca incluso más viejo de lo que es. Quien lo viese a primera instancia pensaría que está en verdad totalmente abandonado, sin embargo, yo sé que no es así.

Avanzo lentamente sin perder de vista los movimientos que puedan ocurrir a mi alrededor, aunque la verdad no me importaría arrancar una o dos cabezas antes de mi encuentro con Erick, pero como era de esperar, el híbrido no se retrasa ni un segundo a nuestra reunión. Observo su delgada figura de pie frente a la entrada del manicomio, solo olerle hace que se me revuelva el estómago, deseo matarle lenta y dolorosamente, pero Michael no sobreviviría si hago eso.
Recobro mi forma humana, estoy completamente desnudo ante él, sin embargo, no me importa, es como si tuviese una gran armadura que me cubriese por completo, jamás me he sentido tan decidido en mi vida, jamás pensé en hacer algo así por una persona que no fuese yo mismo. Además, sé que Erick no me matará, no hubiese armado todo este teatro si esos fueran sus planes.

No estamos solos en medio del claro, de todas las direcciones a mi alrededor siento la intensidad con que nos observan miles de estas terribles criaturas de ojos color sangre; no obstante, no puedo dejar de observarle a él, con su pálida piel, su traje blanco y sus dorados cabellos, tal perece que me encuentro en presencia de un ángel, no obstante, la frialdad de su sonrisa acompañada de unos afilados colmillos me recuerda que solo es un maldito demonio. No es de extrañar, después de todo, Lucifer era un ángel.

—Un gusto que me hallas llamada querida pantera, ¿a qué dedo tal honor?

—Dame el antídoto. —Logro que mi voz se escuche sin vacilación.

—Veo que nuestro pequeño Logan reconoció el veneno. —Su tono es indiferente, como si estuviésemos conversando del clima—. Lástima que has venido en vano, a tu pequeño perro le queda muy poco tiempo y yo no tengo intenciones de entregarte nada.

Lucho por que las lágrimas no comiencen a brotar, no quiero mostrar mi dolor, pero Erick sabe dónde golpear y no duda en hacerme entender que es él quien tiene el poder en estos momentos. Si fuese yo moriría, no abandonaría mi orgullo ni mi dignidad, sin embargo, ahora existe una vida que me importa más que la mía, por lo que no dudo en arrojarme de rodillas al suelo para suplicar.

—Por favor.

Erick camina hacia mi ubicación y sin un ápice de delicadeza hala mi cabello hacia atrás obligándome a mirarle a los ojos. Ambos sabemos que él ha ganado, pero va más allá. Quiere terminar de humillarme por completo, ese es el objetivo de alargar esta reunión.

—Cuéntame encanto, ¿Por qué debo de ayudarte?

—Me marcharé contigo, dejaré que me transformes, no opondré resistencia, seré tu siervo. —Quería que le rogase y suplicara y eso estoy haciendo—. Dijiste que vendría a ti por propia voluntad y aquí me encuentro.

Me arroja al mugriento suelo con una sonrisa en sus labios, no hay vuelta atrás, aunque tampoco tengo la intención de cambiar lo dicho.

—Sabes, he estado en muchos problemas con nuestro líder las últimas semanas solo para tenerte. —Le miro sin entender a qué se refiere—. Tuve que permitir que tú y el lobo se marcharan con nuestro querido conejillo de indias.

Estoy desconcertado, no entiendo a qué se refiere ¿Por qué clasifican a Logan como un experimento? ¿Por qué ha tenido tantos problemas por dejarle marchar? Sin embargo, no me cabe la duda que es Erick quien me desea, no los híbridos. El de ojos color sangre se percata de mi duda y prosigue.

—¿No te lo ha contado? —Vuelve la burla—. Interesante, te dice lo del veneno, pero se guarda el resto para sí mismo. —Se encoge de hombros—. Ya te enterarás de todo dentro de poco, ahora solo te deseo a ti, cuando llegue el momento tú mismo me traerás al híbrido traidor.

—¿Piensas enfrentarme a mis propios amigos?

—Solo pondré a prueba tu lealtad, siempre debes recordar que, si pude envenenar una vez a tu lobito, puedo hacerlo dos. —Da media vuelta para marcharse con una sonrisa en los labios, no confía en mí y debo cambiar eso para salvar a Michael.

—Espera por favor, te lo ruego. —Es consciente de lo mucho que abandono al decir esas palabras—. Permíteme llevarle el antídoto y regresaré a ti en menos de veinticuatro horas, haré lo que me pidas y traeré al chico cuando ordenes, solo permíteme salvarle y despedirme de él.

El llanto comenzó a brotar, no fui capaz de contenerlo por más tiempo.

—¿No lo entiendes aun cambiaformas? Nunca he deseado que el lobo muera. —Chasquea los dedos y en fracciones de segundos el vampiro que se encontraba junto a él en el antro de Los Ángeles está a mi lado con un pequeño frasco entre as manos—. Si eso llegase a ocurrir ya no tendrías motivos para permanecer a mi lado. Me di cuenta de ello en cuanto Michael fue a rescatarte, él era la llave para atraerte a mí, lo amabas más que a tu propia vida, solo faltaba que te dieses cuenta de ello, cuando finalmente lo hiciste jugué mis fichas, teniendo su vida en mis manos te tendré a ti por toda la eternidad.

Cierro los ojos con fuerza. Nunca hubo oportunidad, si tan solo me hubiese percatado antes.

Todo estaba planeado, por eso nos permitieron marcharnos sin oponerse en los almacenes, por eso cuando nos persiguieron solo se aseguraron de herirle a él.

—Toma el antídoto y entrégalo, nos veremos en veinticuatro horas en este mismo lugar, si tardas un solo minuto o me traicionas, el lobo muere. Te recomiendo que partas rápido, no le queda mucho tiempo.

Esas cinco palabras no me hicieron dudar en transformarme y tomar el frasco con el antídoto delicadamente entre mis colmillos, por lo menos, si vive, aunque este junto a Erick, mi vida tendrá sentido.

«Lo siento Michael, no podré mantener mi promesa de estar a tu lado, pero por lo menos estarás vivo.»