Capítulo 1. Pesadilla

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***No quiero publicar este primer capítulo sin antes agradecerles a ustedes por leerlo y por último y no menos importante a Astareth por ser receptora de las locuras que se me ocurren escribir y también por sus ojos cuando he necesitado de ellos ;)

Ahora si dejo que lean tranquilas***

2 de octubre de 1919

Todo está oscuro.

Corro por inercia en un intento desesperado por salir de este lugar. Tengo la impresión de que, si no lo hago, me quedaré atrapado para siempre dentro de esta oscuridad.

Busco desesperadamente la luz, pero sin importar hacia donde dirija mi vista, no puedo ver nada.

Corro sin descanso hacia algún lado. Creo que estoy dando vueltas en círculos.

Mi corazón me grita en cada sucesión de acelerados latidos que huya, ¿pero de qué?

Busco con mi mirada quien pudiera estar persiguiéndome, incluso intento captar con mis oídos los pasos de alguien tras de mí, pero nada, sólo soy capaz de escucharme a mí mismo respirando con dificultad, mientras que mis pasos hacen eco dentro de este espacio lúgubre que de pronto parece interminable. Infinito.

Una voz en mi cabeza repite incansablemente que debo salir a toda costa de aquí.

Que mi vida depende de ello, pero mi carrera se ve interrumpida cuando me tropiezo con algo que no alcanzo a distinguir de inmediato y sin remedio caigo de lleno al suelo.

Aturdido, giro mi rostro hacia atrás para ver qué es lo que ha provocado mi caída, pero lo único que alcanzo a distinguir es un bulto que yace atravesado en mi camino.

Lentamente me acerco a gatas hacia el objeto que detuvo mí carrera, pero al reconocer poco a poco que no es una cosa, sino una persona, un sudor frío recorre mi frente al tiempo que los latidos de mi corazón resuenan fuertemente en mi garganta.

Unos centímetros me separan de ese ser, pero la oscuridad es tan densa que no me permite distinguir quien es el que ahora yace en el suelo de espaldas a mí.

Con movimientos torpes y temblorosos, acerco una de mis manos al hombro de esa persona y sin más preámbulos la giro en mi dirección.

Una exclamación de sorpresa escapa a través de mi boca cuando veo que es Candy.

Desesperado, la tomo entre mis brazos y la sacudo violentamente con el fin de hacerla reaccionar.

"Mi vida, ¿¡Qué te pasó?! ¡Despierta!" Candy continúa inconsciente.

Parece... muerta...

Ese pensamiento eleva mi pánico a niveles que nunca había experimentado.

¡Si ella está así, es mi culpa! pienso una y otra vez mientras la acuno contra mi pecho, cuando para mi asombro, el cuerpo de Candy se convierte en polvo. Quiero alcanzarla, abrazarla, retener su esencia a mi lado, pero el viento la aleja cada vez más rápido de mí.

Me incorporo velozmente y corro tras de ella como si mi vida dependiera de ello.

¡Detente! ¡No me dejes! Te necesito, le grito a mis adentros, pero nada, soy incapaz de llegar a ella, cuando de improviso, una figura fantasmal surge de la nada a mi alrededor.

¡Es Candy!

Luce igual que aquel día que la vi por última vez en las escaleras del hospital. Ese lugar maldito en el que, debido a mi debilidad y falta de carácter, me vi obligado por mí mismo a decirle al amor de mi vida, adiós.

InolvidableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora