Kimmon abrió los ojos como platos y retrocedió dos pasos, encogiendo el ceño de manera incrédula, como si todo se tratase de una broma y Singto fuese a reírse de un momento a otro y admitir que le estaba tomando el pelo.
— ¿Que yo quiero algo con Krist? ¿De qué hablas? Es solo un amigo... Creo que te has olvidado de que soy el novio de tu hermana...
Singto apretó sus propios dedos en un puño con más fuerza y comprimió ambas mandíbulas, sin dejar de mirarlo con la misma intensidad de siempre.
— No te hagas el imbécil y no vengas a decirme que un hombre puede toquetear a otro hombre como amigo — tomó una bocanada de aire y bajó la voz, arrastrando cada una de las palabras — Lo que pasa es que eres un marica y le has echado el ojo.
Observó cómo Kimmon entrecerró los ojos durante un momento, procesando todas sus palabras, y finalmente se giraba para dejar el plato de ensalada sobre la mesa de un golpazo y volverse hacia él con el rostro algo más alterado.
— Singto, ¿te has vuelto loco? Yo no quiero nada con Krist ni con ningún tipo. Estoy loco por tu hermana.... no entiendo qué diablos tienes en mi contra, ¿ahora vas a inventarte que tengo algo con Kit?
Bastardo. Le estaba mintiendo.
Adelantó tres pasos con gran velocidad y se detuvo a escasos pasos de su cuerpo, casi luchando por controlar los violentos instintos que le incitaban a lanzarse encima y molerlo a golpes como venía teniendo ganas hace mucho tiempo.
— Quiero que escuches muy bien lo que voy a decir, ¿captas?
Abrió los labios y alzó su puño, listo para clavarselo en la nariz después de lo que tenía que decirle, cuando el sonido de la puerta abriéndose lo hizo tragar saliva.
— ¡Mon! — Yihwa apareció con unas flores aplastadas en su mano y se le trepó sobre el cuerpo, enredando sus manos en su cuello — Te amo, eres un maldito cursi, pero te amo.
¿Estaba loca? Singto sintió que la rabia latente en su interior desaparecía y era reemplazada por un sentimiento de asco insuperable ante lo que estaba observando. ¿Cómo carajos podía besar a un tipo como ese y decir semejantes estupideces? Salió de la cocina y subió las escaleras de un salto, metiéndose entre el pasadizo de las habitaciones, mientras la rabia volvía poco a poco a él.
"Yo no quiero nada con Krist"
¿En serio pensaba que le creería? Exhaló y giró el manojo de la puerta, quedándose quieto al encontrar a Krist con tres libros entre sus manos, pasándolas una tela afranelada con mucha dedicación y lentitud, mientras se volvía a mirarlo con una brillante sonrisa y su semblante se oscurecía al encontrarse con su fría mirada.
— ¿Te sucede algo, Sing? — preguntó, parpadeando cuatro veces y dejando los libros con rapidez sobre el escritorio.
— Nada, solo estuve a punto de reventar al imbécil de Kim.
Su rostro palideció y la preocupación lo invadió de inmediato.
— ¿Kimmon? ¿Por qué? ¿Qué pasó?
— No quiero que vuelvas a dejar que te toque la cabeza o lo mataré. Y cuando digo que lo mataré, no estoy bromeando.
— ¿Por qué...?
— ¿Cómo qué por qué? Ese tipo te ha puesto el ojo y eso me jode mucho.
Singto se mordió el labio con fuerza y lo observó encogerse con la sombra de una sonrisa abrazándole los labios y el rubor tintándole sus atractivas mejillas.
— No, Sing, estás equivocado, ¿cómo crees que voy a gustarle a Kimmon? Él está comprometido con tu hermana y ambos se quieren mucho.
— Já, claro, ¿acaso no ves la forma en que abre sus asquerosos ojos y te mira? ¿O cuando abre la boca y dice esas imbecilidades de querer ayudarte o que todo lo que tú haces es delicioso? ¿No ves eso?
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Inocencia Pasional [SingtoxKrist]
Teen FictionHay cinco cosas que vuelven loco a Singto. 1.- La forma en la que el rostro del inocente de Krist se torna carmesí cuando él le susurra cosas indebidas al oído. 2.- Como Krist desciende la mirada cada vez que lo siente cerca. 3.- Cómo Krist se resi...