Capítulo 49: Últimos arreglos

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— Singto, despierta.

Krist Perawat se detuvo frente a la cama, observando detenidamente la imagen que tenía frente a su vista. Singto continuaba enredado entre las sábanas, inerte sobre el colchón, con la cabeza echada y los ojos plenamente cerrados. Los rasgos de su rostro se marcaban con exactitud, presentando un aspecto serio y adormecido. Sonrío y se acercó unos pasos más y arregló los extremos de la sábana, deslizando su mano hasta su brazo izquierdo.

— Sing, ya es temprano, despierta — le dio una ligera sacudida, pero él continuó tieso ante su contacto, sin mover el más mínimo músculo.

La sonrisa de sus labios incrementó y se dejó caer sobre el borde del colchón, sentándose a su lado para luego inclinarse sobre él, descansar ambas palmas sobre su pecho desnudo y empezar a repartir pequeños besos en sus labios, su barbilla y el contorno de sus mejillas.

— Son más de las once — volvió a mirarlo y lo encontró de la misma manera que antes, profundamente dormido. Y no pudo evitar seguir sonriendo. — Tienes que despertar ahora, cariño.

Regresó sus labios a su mandíbula inferior, proporcionando besos en toda la línea de su cuello y él solo frunció el ceño en respuesta, continuando tan inmóvil como hace cinco minutos.

— Tu hermana y tu madre están acá — susurró, arrinconándose sobre su boca e intentándolo nuevamente — Despierta de una vez.

Singto removió sus hombros un poco, pero siguió con los párpados cerrados.

— Singto...

— ¿Hmm? — la voz entumecida abandonó sus labios semi-abiertos.

— Despierta, es algo tarde y ya has dormido mucho.

— ¿Hmm?

— Tu desayuno está servido desde temprano, pero lo pondré al microondas para que esté caliente.

Él parpadeó un par de veces, se agitó entre las sábanas y continuó con los ojos cerrados.

— Yo estoy caliente — masculló entre dientes, sin moverse.

— Eso es porque todavía no te levantas. Iré ahora a alistar tu desayuno, por favor, no demores en levantarte.

Krist se propuso levantarse enseguida, pero los brazos de Singto lo sostuvieron de los costados de repente y lo hicieron girar con rapidez, atrapándolo entre el colchón y su cuerpo. Sus párpados se abrieron para revelar esos orbes oscuros, que se enfocaron prontamente en sus labios.

— Quédate conmigo y bésame hasta que se me quite el sueño.

— Quisiera, pero no puedo — rió, sintiendo la calidez del colchón bajo su cuerpo y la presión de sus brazos a sus costados — Tengo que hacer muchas cosas.

Él dejó caer la cabeza sobre su cuello e hizo presión en su cuerpo contra el suyo.

— ¿Qué tienes que hacer? — su aliento cálido y adormilado acarició la zona baja de su cuello, avanzando por su vértebra dorsal como un suave cosquilleo — Estoy tan caliente.

— Tengo que atender a mi madre y hablar con tu hermana, ella está demasiado entusiasmada con todo esto y me está ayudando a...

Singto se reincorporó de un brinco sobre la cama, con los ojos a punto de abandonar sus órbitas.

Mierda.

— ¡¿Tu madre?! — dijo con tono sobresaltado, sin esconder su agitación y nerviosismo — ¿Ya está aquí? ¡Quedamos en que iríamos a recogerla...! ¡¿Qué hora se supone que es?!

Inocencia Pasional [SingtoxKrist]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora