ㅡThursday》🌱;; allegorical。

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Jueves ー Alegórico。
Julio, O2 ; 2O2O ~ 1112 palabras。
《Buttercup x Butch》


Para Butch, no había nada peor que estar dando vueltas sobre su cabeza, una y otra vez, mientras veía a aquella muchacha balancearse delante suyo. Todos los días iba a visitarla al hospital, pensando que así mejoraría, pero nada había cambiado desde que había pisado, por primera vez, aquel gran lugar de grandes y blancas paredes.

ㅡ Sólo el tiempo nos lo dirá ㅡdijo Mojo Jojo, el doctor del hospital.

ㅡ Está completamente bien, ¿acaso usted no puede verla? ㅡel doctor miró la cama, la niña que le sonreía de lado algo cansadaㅡ Buttercup sólo está algo cansada, no es nada de lo que tengamos que preocuparnos, en cerio.

ㅡ Lo sé, señor Him, pero no podemos cambiar el hecho de que, tarde o temprano, usted tendrá que irse del hospital.

No, imposible. El no iba a dejar aquel lugar sólo porque no podían hacer nada por su amiga.

ㅡ Escucha, doctor Jojo, sé que es difícil, pero tiene que haber una forma de ayudarla.

ㅡ Los doctores y yo haremos todo lo posible ㅡdijo, el mono de cara enfadada.

ㅡ Deberías irte a casa ya ㅡdijo Buttercup, al desaparecerse el doctor por las puertas de la habitación.

ㅡ Éso jamás, me has llamado porque no querías estar sola, ahora que estoy aquí; ¿quieres que me vaya?

ㅡ Sé que es difícil de entender, pero tus padres van a preocuparse...

Cierto. Tenía razón en ello. Hubo noches en las que Boomer, su padre, había venido a buscarle de imprevisto porque hacía ya mucho tiempo que estaba en aquella habitación de hotel. Lo mismo había ocurrido con su madre, Blossom, quién algo desesperada había recorrido todo el hospital con tal de encontrar a su hijo lo más rápido posible.

Ellos no lo entendían. No entendían, ni entenderían, que el amor que Butch siente por Buttercup es más fuerte que cualquier otra cosa que pueda haber conocido.

Era burrido estar en su casa sin su adorada Buttercup. Su teléfono se había roto hace casi tres meses, así que la única forma de mantenerse en contacto, era yendo al hospital dónde se encontraba para poder saludarle, preguntarle cómo le estaba yendo y si los medicamentos eran suficientes o él iría a comprarle más.

Buttercup se quejaba cuando tenía tiempo, pero ahora simplemente ha empezado a aceptar el hecho de que Butch jamás dejará su lado y seguirá ahí hasta que, finalmente, se harte de aquel ser. Sentado siempre al lado de una cama, mientras todo el mundo hablaba a sus espaldas sobre su enfermedad. Butch estaba enfadado, ¿cómo podían decir que Buttercup no mejoraría nunca?, ¿cómo podían decir que la llevarían a un hospital si ya estaba en uno, y éste era bueno?, ¿cómo podían decir que estaba ida, si estaba perfectamente cuerda?; no lo entendía. No podía comprenderlo. Pero, tampoco quería hacerlo.

ㅡ Te estás durmiendo ㅡdijo Butch, tocando las mejillas de Buttercup con su dedo índice.

ㅡ Hace meses que no he estado durmiendo bien, Butch ㅡmurmuróㅡ Debes de dejarme dormir ya.

ㅡ No puedo. No tengo tiempo para estar contigo en las mañanas, y me arrepiento de tener una escuela a la que asistir...

ㅡ Me prometiste que seguirías la escuela ㅡbufó Buttercup, con el seño fruncidoㅡ Prometiste estudiar lo suficientemente duro para encontrar una cura a mi enfermedad ㅡmurmuró, entrecerrando los ojos.

ㅡ Lo sé. Y éso es lo que haré, Butter.

ㅡ Entonces, ya vete ㅡle sonrióㅡ Debes entender que tienes que dejarme dormir.

ㅡ No quiero dejarte sola...

ㅡ No estaré sola, y no te dejaré solo a ti.

ㅡ ¿Vendrás cuando te necesite? ㅡpreguntó, dejando que la mano de Buttercup tocara su mejilla, sus manos estaban heladasㅡ ¿Estarás ahí el día de mi graduación?

ㅡ ¿Cómo no estar en el momento más hermoso que alguna vez tendrás? 

ㅡ El momento más hermoso fue cuando te conocí ㅡdijo, mirando a sus ojos completamente concentradoㅡ No quiero dejarte ir...

ㅡ Tienes que hacerlo ㅡsusurró, con una sonrisaㅡ Es mejor que te vayas ahora, y me dejes a mi aquí.

ㅡ ¿Me dejarás tú también? ㅡpreguntó.

ㅡ No, no lo haré ㅡrespondióㅡ Siempre estaré aquí ㅡseñaló, con su pálido dedo, a su pecho, un pequeño broche verde con rayos y estrellas de otras tonalidades en verdeㅡ Y siempre estaré contigo.

ㅡ Tengo que irme ㅡdijo, antes de que aquellas palabras salieran de sus labiosㅡ Te extrañaré, ¿sabes?

ㅡ Lo sé. Butch...

ㅡ ¿Sí?

ㅡ Ya no regreses al hospital. Yo estaré bien. Debes estar con tu madre, pronto tu hermanita estará contigo, y no puedes estar en un hospital y cuidar de ella al mismo tiempo.

ㅡ Tienes razón ㅡse levantó, y dejando un beso en la frente de Buttercup se despidióㅡ Adiós, cariño.

ㅡ Adiós, Butchy... ㅡmurmuró, con los ojos vacíos.

Abrió aquella puerta, viendo a sus padres frente a ella, y al doctor hablando con ellos.

ㅡ ¿Han venido por mi?

ㅡ Cariño, yo... Bueno, Buttercup... ㅡmurmuró su madre, mientras te inclinaba un poco a ver a los ojos de su hijo.

ㅡ Lo sé ㅡle sonrióㅡ Nos cuidará a todos y me enseñará a ser un buen hermano, así que no tienes de qué preocuparte, ma. Ahora, vamos a casa; te ves cansada,  y a Bubbles no va a gustarle éso.

ㅡ ¿Volverás, hijo? ㅡdijo, el doctor, de forma cariñosa.

ㅡ No, Buttercup me dijo que ya no volviera ㅡle sonrió tomando su manoㅡ Y, señor; no le haga caso a ésa niña traviesa, usted no tiene cara de mono, en absoluto.

Aquellas noche, entre sueños, Buttercup fue capaz de decirle a Butch la verdad. Aquella noche de junio, aquel día dónde tuvo el accidente con su motocicleta; desde ése día no ha dejado de estar un día en el hospital. 

Buttercup ya no estaba ahí cuando la ambulancia arribó al hospital. Pero, de alguna forma aún estaba en aquella habitación blanca y Butch lo sabía. Siempre tendida en aquella cama, pálida, sin color en los ojos y con las manos heladas.

Hacía mucho tiempo que Buttercup no estaba a su lado.

Pero, no podía superar aquello. Todos los días llegando con rosas a la habitación de hospital, oyendo a aquellos médicos decir que la llevarían a un hospital; no hablaban de Buttercup, hablaban de él.

Su madre estaba desesperada, quería que dejasen de tachar a su hijo de loco, que su cabeza ya estaba ida, que necesitaba terapia... Todo a sus espaldas, sin mencionar nombres, apellidos y pronombres, siempre pensando que hablaban de la niña de abultadas mejillas, ojos verdes cual pulida esmeralda y cabello oscuro cual carbón; cuando estaban hablando de otra persona, en realidad.

Pero, ¿cómo entender que se había ido para siempre?; le tomó un tiempo acostumbrarse a su ausencia, pero lo superó gracias a su pequeña hermanita, quién tenía los mismos rasgos faciales que la joven que él alguna vez amó.

Y que jamás pudo olvidar.

✧ 𝘂𝗻𝗮 𝘀𝗲𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗲𝗻 𝗦𝗮𝗹𝘁𝗮𝗱𝗶𝗹𝗹𝗮 ❚ ppg × rrb. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora