Parte del viaje es el final...

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Némesis oyó el rugido desafiante de alguien como ella, un pretendiente alfa compitiendo por su puesto, un ser tan poderoso que por primera vez causó su voluntad de responder en igual provocación. La presión atmosférica cambió y a pocos metros de donde estaba, apareció un macho con armadura brillante y capa flotante, desbordando un aura que inspiró a los humanos nada más que terror.

El Emperador levantó ligeramente la mano y chasqueó los dedos, evitando la ejecución previamente impuesta e invirtiendo la tortura, pero, además, alejó a los insectos como para protegerlos y se colocó frente al púrpura. Ojos en los ojos, cada movimiento podría comenzar una masacre y cada respiración podría significar una derrota. Ella repitió su gesto como una afrenta y chasqueó los dedos convirtiendo cada ser viviente en la Tierra en polvo, nada merecía más de su concentración que esa criatura. No tardó mucho en redirigir el chasquido nuevamente, permitiendo que la población volviera a la vida. Que los dioses ayuden a los más débiles, la mujer sonreía como en una delicia psicótica por la lucha digna que ella libraría y esto solo indicaba lo destructivas que estaban a punto de ser.

Pocos fueron capaces de mantenerse al día cuando se lanzaron uno contra el otro, tan rápido como la luz o incluso más, sus energías chocaron con terribles golpes y la intensidad con la que se mantenían el uno al otro era tal que el tiempo, el espacio, la realidad, la mente, el alma y el poder se convirtieron en una materia visible a los ojos de cualquiera. A esa velocidad se atacaron como bestias salvajes, pero en los ojos humanos ni siquiera parecía que se estuvieran moviendo.

Como en una danza mortal sus cuerpos entrelazados y sus extremidades se movieron con la gracia de destruir galaxias. Cada impacto más devastador que el anterior, cada conjuración más terrible de lo que jamás habían visto. El paisaje restante se desintegró rápidamente y los sobrevivientes se escondieron como pudieron, para no ser golpeados.

Un agujero negro apareció creado por uno de los partidos y pronto otro vino de la mano del oponente para luchar contra la embestida. El suelo se abrió en una enorme grieta con la colisión y se lanzaron a los cielos, una energía tratando de superar al otro, la fuerza de uno tratando de someter la fuerza del otro y ambos fallando en cada intento.

Némesis con el impulso de derrocarlo lanzó una ráfaga de su propio poder con sus manos, pero él logró anticipar sus movimientos para atacarla de la misma manera y, más que eso, de sus ojos salieron rayos rojos como los de un mutante, esta fuerza combinada hizo con que fuera el Original a chocar contra la tierra y no el Emperador.

- ¡ESTE ES MI HERMANO, CARAJO! - Chris gritó de la multitud sintiéndose como el dios del trueno mismo, levantando las manos en alegría y sonriendo con orgullo. No sabía cómo podía identificar a Loki en esa cosa, pero le parecía tan seguro que nunca podría dudar de la identidad de aquello que se escondía en esa armadura.

- Sí, lo es.

Odinson estaba allí (lo que hizo que cierto actor saltara de susto al verlo), fuerte y recién resucitado por una bestia inconsecuente con restos de lo que una vez fue el dios tramposo. Aunque se recuperó por completo había algo diferente en su rostro, había pasado mucho tiempo desde que miró a su hermano con tanto aprecio como ahora...

La mujer púrpura no dejó que el oponente se acercara a ella y golpeara, desapareció cuando estaba a centímetros de alcanzarla y reapareció a sus espaldas demasiado rápido para que pudiera evitar totalmente el golpe, demasiado fuerte para que no hubiera daño. La regeneración no fue un problema para ninguno de ellos, podían continuar en este conflicto durante bienios antes de llegar a un resultado, o tener la suerte de que alguien muriera antes de poder recuperarse.

La percepción de la localidad no era la misma para esos dos y los otros seres en el planeta, no les importaba y ni siquiera se daban cuenta como el mundo en sus pies cambió y la lucha fue arrastrada más lejos. Las ciudades colapsaron por sus poderes y el mar no era un lugar donde se volvería menos letal. Arrastrábanse con tanta violencia y furia que cruzaron los cielos de México y solo encontraron el suelo nuevamente en Costa Rica, golpe tras golpe, el Emperador terminó siendo arrojado a Colombia y, por defensa, hizo lo mismo con Nemesis, cuando su fuerza la obligó a ir directamente a Brasil y aterrizar en lo que quedaba de la Amazonía.

Loki - La Profecía Del InfinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora